(L406) Cómo me hice monja (1993)
César Aira, Cómo me hice monja (1993)
Sigo comentando novelitas
(por su extensión) de este original escritor argentino. César Aira (Coronel
Pringles, 1949) escribe novelas cortas por procedimiento según nos
dice. La gracia que le encuentro es que en cada una de ellas me parece estar
leyendo a un escritor diferente. Cómo me
hice monja consta de tres relatos breves que voy a extractar someramente
intentando no desvelar el sorprendente final de cada uno de ellos.
1.- Cómo me hice monja. La/el protagonista (porque va cambiando de
género durante la narración) recuerda cómo se mudaron a la ciudad de Rosario.
Tenía seis años y su padre le compró un helado por primera vez. No le gustó
nada. Le vienen arcadas. El padre se enfada hasta que lo prueba y ve que está
malo. Se lo dice al heladero quien al principio lo niega siendo agredido por el
padre. La niña se pone mala, coge unas fiebres, por la intoxicación del helado.
Delira y tiene pesadillas atroces. Al mes empieza a recuperarse en el Hospital
de Rosario. Hay una única enfermera llamada Ana-Módena para cuarenta camas con
niños. Nunca se para, siempre se la ve atareadísima. Las madres se quejan. La
enfermera es gorda, corpulenta y a la vez torpe para tratar a los niños. Pero
la verdadera conciencia del hospital es la madre Corita, una monja enana que
reza por la salvación de los enfermos…
2.- La prueba. María tiene sobrepeso y un problema con las vértebras
que a los dieciséis años no era grave, pero podría llegar a serlo. Camina por
instinto terapéutico, sin que nadie se lo haya recomendado. Pasa por una zona
de divertimento juvenil, con disquerías y bares. Dos chicas punks la interpelan
diciéndoles que quieren comerle la c… Ella sale huyendo. Las dos chicas,
llamadas Mao y Lenin, la siguen hasta convencerla para que hable con ellas. Se
dirigen juntas a un local a tomar algo. María quiere hacerles muchas preguntas.
Mao está enamorada de María y le va a ofrecer una prueba de su amor…
3.- El llanto. El protagonista se despierta angustiado, llora. Sin
darse cuenta entra en los óvalos del pensamiento e intenta entender una escena
donde un perro, tal vez Rin-Tin-Tin,
intenta avisar a unos soldados de que algo malo está sucediendo. Es escritor,
ha publicado catorce libros y tiene una cierta fama en círculos, cada vez más
pequeños, de la Argentina. El gobierno le concede una beca para ir un año a
Polonia, donde sin recursos, amigos, ni conocer el idioma, las ha pasado
canutas. Su mujer Claudia le dice que «quiere empezar a vivir», ambos están por
la cuarentena y llevan doce años de matrimonio. Un día en un restaurante de
lujo al que ha asistido por motivos profesionales encuentra a su mujer comiendo
embelesada con un misterioso japonés…
Comentario:
A
pesar de la incontinencia imaginativa de su autor y las situaciones absurdas
que tienen lugar en sus obras (que pudieran provocar la impresión de una
indiferencia o una pérdida de control sobre la narrativa por parte del autor), su
literatura está muy bien pensada.
Con este libro publicado
en 1993 y seleccionado por el diario El
País como uno de los diez mejores libros de ficción del año comenzó a ser
conocido a nivel internacional.
En el libro aparecen algunos
elementos habituales en sus narraciones como son: la proyección autobiográfica,
la intención paródica y la autorreflexión. César Aira posee una imaginación
desbordante y una capacidad extraordinaria de convertir la fábula en literatura
de alto voltaje.
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