(L409) Apegos feroces (1987)
Vivian Gornick, Apegos feroces (1987)
Os traigo un bonito
descubrimiento. Se trata de una novela autobiográfica de la periodista
americana Vivian Gornick (Nueva York,
1935). Es una escritora feminista con fama de tremenda, pero el
libro está escrito con tanta gracia y desparpajo que gusta y engancha desde sus
primeras páginas.
Argumento:
Vivian
vive con su madre en un bloque de veinte apartamentos, cuatro por planta, de
los seis a los veintiún años y lo único que recuerda es un edificio lleno de
mujeres. Todas infelices casadas con hombres a los que no aman.
Narrado en primera
persona, Vivian nos confiesa que su relación con su madre no es buena. Pasean
por la ciudad aunque se odian y rabian una contra la otra. De todas formas
pasean juntas. La hija tiene cuarenta y cinco años y la madre setenta y siete.
Sus mejores momentos juntas son cuando hablan del pasado. La madre le cuenta la
historia de cuando su tío Sol intentó acostarse con ella que sólo tenía
dieciséis años. La historia va cambiando con los años. Vivian le pregunta
porque no dijo nada. Estaba asustada, –le contesta la madre– ¿No será que te
gustaba? –Pregunta la hija–. Después de ese paseo están un mes sin hablarse.
El Bronx era un
territorio étnico de irlandeses, italianos, judíos, polacos y rusos. Ellos
provienen de Rusia (Ucrania). Su madre es la menor de dieciocho hermanos. La
madre se siente superior a los vecinos a los que tacha de subdesarrollados. Su
apartamento daba a la fachada exterior por lo que algunos vecinos la
envidiaban. La cocina da al callejón donde hay una abundante actividad humana.
A pesar de ser una competente ama de casa, su madre se enfurecía por “el vacío
de la vida de las mujeres”. Durante la Gran Depresión había sido presidenta de
la Junta de Inquilinos de su edificio. Se organizaban, con ayuda del Partido
Comunista, para evitar desahucios por impago del alquiler. Durante los veranos
las mujeres alquilaban bungalós en las montañas de Catskill. Los hombres subían
los fines de semana.
Vivian cree que sus
padres fueron felices juntos. La madre tenía una idea idealizada del amor.
Hablaba abiertamente de lo mucho que había odiado dejar de trabajar tras su
boda (había sido contable en una panadería). “Todo el vecindario tiene un
tonto, y ellos tenían tres”. La señora Kerner era una mujer diminuta que iba
por ahí con el pelo envuelto en un trapo haciendo aspavientos. Marilyn era hija
única de la señora Keiner y la mejor amiga de Vivian. La señora Kerner les soltaba
apasionados discursos sobre la vida y el arte.
La madre de Vivian habla sobre
la infelicidad del mundo actual en que todo el mundo se divorcia. La llegada al
edificio de Nettie, una ucraniana pelirroja y exuberante, conmociona a los
vecinos. Está casada con un judío que es marino. El marido muere y ella queda
embarazada y sola cayendo bajo la protección de la madre de Vivian, ya que
Nettie no posee ninguna dote doméstica ni tampoco ningún instinto maternal.
La madre siempre está
quejándose diciendo que los hijos ya no quieren a los padres como antes. Cuando
pasean juntas piensan en ellas mismas como un par de mujeres desdichadas e
incompetentes (“Ella viuda y yo divorciada” –dice Vivian–). Eternamente
incapaces de conformar por sí mismas una vida familiar…
Comentario:
excelente
novela sobre las relaciones madre/hija y sobre las restricciones laborales y de
promoción social y económica de las mujeres durante los años 30/50 del siglo
pasado en los Estados Unidos. Gornick nos dice: «Cuando era joven no recuerdo
que las mujeres hablaran de tener una vida propia o ganarse la vida, la
cuestión era casarse y tener hijos. Las chicas que como yo decíamos que aquello
era un mundo de hombres y no lo aceptaríamos, lo que queríamos decir es que
tendríamos una aventura antes de casarnos y tener hijos. No había ninguna duda
de que eso era el punto y final. Hoy no es así».
La temática puede parece
al principio difícil de digerir (literatura femenina y feminista), sin embargo,
el libro es divertido, humorístico, certero, ameno y contundente. A pesar de su
pobre opinión sobre los hombres y que retrata un mundo de mujeres, la muerte de
su padre marca un antes y un después en su vida.
Vivian se declara
influenciada por la obra de Natalia Ginzsburg quien le enseñó que es la
escritura compacta y a ser concisa en lo que explica. El libro —que ahora se ha
publicado en español— salió originalmente en 1987 y pronto fue saludado como un
clásico, con el que su autora se convirtió en pionera y maestra de un género
(el feminista) cuya influencia y popularidad hoy están fuera de duda.
BIBLIOGRAFÍA
Andrea Aguilar, Vivian
Gornick, la feminista feroz, El País, 26/07/2017.
Vivian Gornick, Apegos feroces, Sexto Piso, Madrid,
2017.
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