(G186) Cancook (Zaragoza)

Restaurante Cancook (Zaragoza)

Cerca del estadio de la Romareda se encuentra este coqueto y esmerado restaurante. Cancook, Juan II de Aragón, 5, 50009 Zaragoza. Diego Millán y Ramces González son los jóvenes cocineros que comandan el proyecto desarrollando una cocina joven y desenfada que rinde tributo a las salazones que han permitido llevar el pescado en la antigüedad a las tierras sin mar del interior.

Ofrecen tres menús cerrados de los que nos decantamos por el más liviano, los años no pasan en balde. El menú esencia constaba de diez pases. El Gran Menú de catorce y el Menú Festival de dieciocho.

Empezamos por unos snacks. Nos hicieron entrar en la cocina para probar una Botarga vegetal y un vinagre de pera (foto), un reconstituyente tradicional que limpia el cuerpo y lo prepara para empresas más audaces. Ya en la mesa le siguieron una Kombucha de especias (foto), muy rica y un Gofre ibérico, Piparra y Kimchi (foto), muy original. Todo ello acompañado de pan de tres tipos: integral, blanco de masa madre y de olivas (que acompañó al escabeche) con un buen aceite de la variedad arbequina de Bolea, Huesca y una mantequilla estupenda.

Maridamos los primeros con varias copas de vino. Un verdejo Nosso 2018 de las Bodegas Menade de Castilla León, con un intenso aroma floral, cremoso, muy sutil, menos herbáceo que los verdejos tradicionales y que ya habíamos probado con anterioridad, un Nosso 2016, en el Restaurante Céleri de Barcelona, y en su versión ecológica probamos un Menade en el restaurante Trigo de Valladolid.

Yo pedí un Kerpen Handpicked Riesling 2018 (foto). De color amarillo pajizo tiene un marcado postgusto dulce, con notas de albaricoques y melocotones. Es un Riesling típico de esta zona alemana en la ribera del río Mosel. Se deja beber con alegría ya que solamente tiene 10 grados de alcohol.

Los platos principales consistieron en: un Escabeche de sardina con encurtidos y salazones (foto), rico y muy conseguida la fusión de sabores. Le siguió una Menestra de la Ribera (foto), dieciocho verduritas a cual más sabrosa en una salsa de espinacas.

Llegamos al plato de Mar que consistió en Rape con espinacas, coliflor, angula y trompetas de la muerte (foto), bueno y contundente a la vez. El plato de carne para finalizar: Lomo de cordero asado, pistacho y alcaparras (foto), muy rico que estuvo acompañado con un paté del propio cordero.

Para armonizar este plato, el mejor vino de la comida, As Ladieras, Cuevas de Arom, Garnacha 2010 (foto), es un monovarietal del Campo de Borja de la bodega Frontonio. Sus viñedos en laderas están ubicados en el pueblo de Ainzón. El vino entra con toda la fuerza de la garnacha pero tiene una acidez equilibrada con el alcohol y termina con una suavidad y una redondez muy agradable. En nariz huele a frutos rojos (moras), regaliz y algo de fruta madura.

Los postres acabaron de rematar una muy buena comida. Su versión del Lemon – Pie (foto), muy rico. Es un homenaje a los Pirineos. Limón, helado, galleta y el merengue que representa a tres montañas.

No muchos restaurantes tienen cartas de cafés e infusiones, aquí sí, lo que es de agradecer. Yo pedí un Kenya Milima que se elabora con granos arábigos cultivados en altura. Es un café afrutado, suave y armonioso. La señora pidió una infusión de Hierbaluisa de maceta (foto), muy aromática. Aquí también nos llevamos una agradable sorpresa ya que la hierba fresca es mucho más sabrosa que la seca en bolsitas. Los petites fours (foto), muy ricos los chocolates y simplemente correcta la magdalena. La cubertería es de la casa portuguesa Vista Alegre.

Precio de los Menús, 62/80/100 euros más bebidas. Fecha de la visita el 7 de diciembre de 2019.

PUNTUACIÓN: 7,5/8