(L424) El jardín de los frailes (1927)


Manuel Azaña, El jardín de los frailes (1927)

Novela autobiografía del presidente de la II República Española, Manuel Azaña (1880-1940). En ella nos relata sus estudios en el Seminario de El Escorial y de cómo abandonó su temprana vocación religiosa.

Argumento: El protagonista nos habla de su época de estudiante. De la primera vez que oyó hablar de Schlegel. Las clases del padre Blanco, un agustino inteligente. Los jóvenes estaban preparándose para bachilleres.

Sus lecturas de joven fueron libros de imaginación que estaban en la biblioteca de su abuelo: Verne, Reid, Cooper, Scott, Dumas, etc. También leía los folletines de Rocambole recibidos a escondidas. El padre Blanco quiso enmendarle el gusto dándole a leer a Pereda y más adelante a Pepita Jiménez de Valera que le aburrió soberanamente.

El fraile que les daba Metafísica era también buen jinete y tenía una cuadra con seis u ocho caballos, picadero y guadarnés bastante bien puestos. El colegio de donde venía pasaba por bueno. En los Escolapios pegaban con vara, en el suyo el que más, atrapaba media docena de correazos. “Te vas a ir con los frailunos –le dijeron al acabarse el verano–. Los parientes le dijeron adiós como si emprendiera la exploración del Amazonas. ¡Si tu abuelo levantara la cabeza…! Amaneció en El Escorial. Lo recibió el padre Valdés quien le preguntó: -Tú ¿por qué estudias? ¿Por convicción?”.

A algunos alumnos las horas de aislamiento y recogimiento en su celda les parecían un suplicio. El profesor de Derecho Canónico tuvo que dar Mercantil del que no tenía la más remota idea. Más que las féminas, demasiado amaneradas para su gusto, fue el paisaje lo que lo cautivó. Declara que fue un buen alumno en El Escorial. En las clases niegan a Hegel, el panteísmo y al materialismo, y se ríen del judío Spinoza. Algo de teatro y la música son sus únicas distracciones.

Comentario: Nacido en Alcalá de Henares (foto de la casa familiar), por decisión de su abuela, Manuel Azaña realizó sus estudios superiores de Derecho interno en el recién creado Real Colegio Universitario María Cristina de El Escorial.​ Dado que el colegio carecía de la facultad de expedir títulos de licenciatura, los alumnos debían examinarse por libre en la Universidad de Zaragoza.


Tras tres cursos (el preparatorio y los dos primeros de Derecho), durante el curso 1896-1897 sufrió una crisis religiosa que lo llevó a abandonar el colegio, continuando sus estudios en casa: «No fue hostilidad, tampoco rencor, ni alguna especie de "rebeldía impieteista", como algún fraile ha dictaminado, confundiendo los sentimientos de un joven de dieciséis años que un día dice que no quiere confesarse con los de un ateo militante: fue sencillamente que la religión, en todas las dimensiones en que la había vivido de niño y adolescente, dejó de tener sentido para él».

El libro está escrito en una prosa poética que lo hace bello en algunos párrafos pero también amanerado y cursi en otros. El lenguaje que emplea Azaña ha quedado superado, en apenas noventa años desde que escribió el libro resulta ilegible para un joven de nuestra época.

«Se aguarda por instantes un gran bullicio. Algo es inminente en respuesta al vértigo luminoso que no admite espera: un cataclismo que enganche por fin la tierra al móvil de la luz. Es aguardar en vano. La tierra no resucita. Arabescos de boj, bojes cortados en prismas, en esferas, un destello azulino en la balsa distante, mendrugos de roca dentellados por la intemperie famélica, oponen al hervor fluente de los cielos la quietud de un rostro muerto. La profusa caricia solar resbala sobre el gran bulto inerte. Acaso palpita un anhelo, torturado por falta de expresión, bajo esa apariencia. La tierra, de cuerpo presente, quisiera florecer y no puede: es invierno».

BIBLIOGRAFÍA

Manuel Azaña, El jardín de los frailes, Ediciones Albia, Madrid, 1977. (p. 146).

Fermín Ezpeleta Aguilar, El jardín de los frailes de Azaña en la novelística de internados religiosos, Revista de Literatura, 2012, julio-diciembre, vol. LXXIV, n.o  148, págs. 497-516.

Andrés Padilla, 'El jardín de los frailes', de Manuel Azaña, El País, 22/11/2003.

Comentarios

  1. Hola, Tomás:
    De nuevo, una vez más, me ha gustado tu comentario. Tenía interés en leer algo de M. Azaña. Quizá empiece por este.
    Un abrazo
    Adelaida

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