(L458) Lugares fuera de sitio (2018)
Sergio del Molino, Lugares fuera de sitio (2018)
Segundo ensayo que traigo
del periodista y escritor Sergio del
Molino (Madrid, 1979), quien irrumpió con fuerza en el panorama de
las letras españolas con su estupendo ensayo titulado La España vacía (2016) que comentamos en su momento en el blog. En Lugares fuera de sitio sigue indagando
en parajes españoles que marcan fronteras reales o imaginarias y que a pesar de
ser anacronismos, fruto de antiguos litigios, no dejan de tener su sentido de
existir.
Argumento:
al
fabricarse las naciones, excretaron una serie de detritus que permanecen sobre
el mapa muchos siglos, como una molestia para todos y como una seña de
identidad, también molesta, para unos pocos. España tiene unos cuantos ejemplos
de estos territorios-frontera. No se distingue por ello del resto de Europa,
donde el feudalismo se ha hecho fuerte en enclaves y ciudades anacrónicas como
Mónaco, Liechtenstein, Malta, San Marino, el Vaticano, Luxemburgo,
Alsacia-Lorena, las islas británicas del Canal, el Tirol italiano o
Kaliningrado.
Los territorios-frontera
son espacios privilegiados para estudiar y promover España como un conglomerado
de identidades y que, según Sergio del Molino, merecen ser preservados con el
mismo cariño que una especie en extinción.
El (no) viaje comienza
por las fronteras vivas, aquellas que siguen vigentes y separan estados
soberanos. Se divide esta parte en tres bloques: «Las columnas de Hércules», «La
Raya» y «El Pirineo». En la primera se ocupa de las esquinas del estrecho de
Gibraltar, con un capítulo para Gibraltar, otro para Melilla y otro para Ceuta.
Dado que son lugares densamente poblados y muy problemáticos, donde se cruzan
tres naciones y muchas comunidades, ocupan una parte central del libro.
En «La Raya» se visita lo
que presume de ser la frontera más antigua de Europa, pero no por ello libre de
rarezas y enfrentamientos, la de Portugal y España. Se centra en dos lugares
especialmente curiosos: Rihonor de Castilla o Río de Onor, una aldea en el
límite de Zamora y Tras-os-montes que está dividida entre los dos países y que,
hasta el siglo XX, tuvo una gestión comunal, y Olivenza, en la provincia de
Badajoz, el territorio disputado desde 1801, cuando terminó la guerra de las
naranjas y España se la robó a Portugal.
Finalmente en «El Pirineo»
recorre dos lugares extraños donde se solapan hasta cuatro sentimientos
nacionales en muy pocos kilómetros cuadrados; Andorra, el microestado más
grande de Europa occidental, y Llívia, en la provincia de Gerona, un pueblo
rodeado por territorio francés, un caso único.
La última parte del libro
está dedicada a las fronteras fósiles. No marcan el límite entre estados, sino
entre provincias y comunidades autónomas. Son curiosidades de la historia,
territorios fuera de lugar que, a veces de forma inexplicable, sobrevivieron a
la división provincial que Javier de Burgos diseñó en 1833 y que sigue vigente
hoy.
«Ramón Carnicer y su hijo
Alonso, fotógrafo, les dedicaron en 1993 un libro, Viaje a
los enclaves españoles, donde visitaron los veintiséis que
existen. Yo no he querido ser tan exhaustivo porque solamente me interesan
aquellos más relevantes y que no solo implican la invasión de un trozo de
provincia por otra, sino a comunidades autónomas distintas, pues, aunque hay
varios pueblecitos que pertenecen a una provincia diferente de aquella en la
que están enclavados, sólo unos pocos tienen peso y significado histórico para
integrarse en el relato de este libro. Son el Condado de Treviño, que ocupa el
centro de la provincia de Álava pero pertenece a la de Burgos; el Rincón de
Ademúz, comarca de Valencia enclavada entre Teruel y Cuenca; el Valle de
Villaverde, pequeño trozo de Cantabria situado en Vizcaya, y Petilla de Aragón,
una localidad navarra emplazada en la provincia de Zaragoza.»
Estos fósiles son olvidos
que representan un olvido mayor, el de una forma de españolidad, interior y
rural, en extinción, que también reclama integrarse en el país moderno.
Comentario:
si
recurrimos a la terminología de las series televisivas podríamos decir que Lugares fuera de sitio es un spin-off de La España vacía (Turner, 2016). Una obra que recibió el Premio de
los Libreros de Madrid al Mejor Ensayo y el Premio Cálamo al Libro del Año. Un
texto que nos adentra en la España despoblada.
Pese a que es un tema –la
España interior– que ya ha sido tratado desde los autores de la Generación del
98 (Lucas Mallada, Joaquín Costa, Ricardo Macías Picavea o Damián Isern), lo
cierto es que Sergio del Molino aportó una visión actual y más sugerente.
«No es un mero recurso
que el primer capítulo de este volumen comience por referirse al Johann W. von
Goethe de Viaje a Italia. Corre el
verano de 1786 y el genio alemán debe detenerse en Malcesine, un lugar situado
en el límite entre la República de Venecia y el Imperio austriaco. Al ponerse a
dibujar las ruinas del castillo local es tomado por espía y retenido. Este
incidente da pie a nuestro autor para iniciar su reflexión en torno al
significado de las fronteras, primero las europeas y luego las españolas».
La prosa de Sergio del
Molino es excelente pero este ensayo viajero, que parece un encargo editorial,
no tiene, a mi gusto, la brillantez de su España
vacía que nos cautivó a tantos lectores y que puso el listón tan alto. Aunque, eso sí, se deja leer con
gusto. Su pretensión es entender “porque España es como es y si no puede ser de
otra manera”.
BIBLIOGRAFÍA:
Sergio del Molino, Lugares fuera de sitio, Espasa, Madrid,
2018.
Ana Teresa Roca, Sergio
del Molino gana el Premio Espasa con ‘Lugares fuera de sitio’,
El País, 07/09/2018.
Bernabé Sarabia, Lugares
fuera de sitio de Sergio del Molino, El Cultural, 07/12/2018.
Qué temática más curiosa. Siempre me he preguntado qué había pasado con el condado de Treviño y este autor nos da la explicación. Procuraré hacerle un hueco.
ResponderEliminarUn abrazo y seguimos en contacto.
Adelaida