(L545) La destrucción de la destrucción (s. XII)

Averroes, La destrucción de la “destrucción” (siglo XII)

No hay duda que el Kalam (estudio de las ciencias religiosas a través de la dialéctica) contiene muchos aspectos filosóficos, pero la filosofía en sentido tradicional también se encuentra en el mundo islámico. Pero el inicio de la filosofía es más tardío, a partir de la segunda mitad del siglo IX, y va ligado a la recepción de la ciencia greco-helenística. En este proceso las traducciones, a través del sirio o directamente del griego, de los eruditos de Al-Ándalus tuvieron un papel fundamental.

Abū l-WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd, conocido en el mundo latino como Averroes, nació en Córdoba el año 1126, poco antes que muriera su abuelo, que se llamaba como él. Ibn Rušd el abuelo era un jurista muy conocido de la escuela malikita, que era la escuela jurídico-religiosa más tradicional y que era la que predominaba en Al-Ándalus. Tal era su fama que los autores árabes conocen a Averroes solamente como al-hafīd, el nieto. Murió exiliado en Marrakech el año 1198.

La familia tenía importancia dentro de la sociedad hispanomusulmana destacando por su tradición jurídica. Sabemos que el padre Abu l-Qasim Ahmad (1094-1168), Averroes mismo y alguno de sus hijos harán de jueces. En el remolino de la desintegración política de Al-Ándalus, familias como la suya son unos puntales de la sociedad en los que se apoyan los gobernantes. Entre ellas hay a menudo rivalidades, y así sabemos que se acusaba a la familia de ibn Rušd de ser de origen judío “porque no se sabía que proviniera de ninguna de las tribus árabes de Al-Ándalus”. Como se verá después esta enemistad aumenta por causa de la trayectoria política e intelectual del Averroes filósofo.

Estamos en tiempo de los almorávides. Entre esta dinastía bereber y los andalusíes no hay graves diferencias ideológicas pero es patente que los segundos han buscado la ayuda almorávide en un momento de desesperación, cuando los reinos cristianos estaban a punto de arrasarlos. No es extraño que, pasado el peligro, intenten deshacerse de los nuevos señores, los cordobeses lo conseguirán en 1145 durante un periodo muy breve. En estas circunstancias parece ser que la familia de ibn Rušd se mantiene fiel al poder almorávide, aunque sin comprometerse a fondo.

Averroes recibe una formación tradicional: aprendizaje del Corán y de algunos poetas clásicos; después estudio del derecho islámico y de la teología. Entre sus maestros figura su padre, pero el más famoso de ellos es el qādī ‘Iyād (1083-1149), malikita y defensor de los almorávides.

Como novedad, dentro de la familia, aprende medicina y se supone que tiene contacto con la filosofía a través de algún médico. La infancia de Averroes coincide con los últimos años de la vida del primer gran filósofo de Al-Ándalus. Abū Bakr Ibn Bayya, conocido por Avempace, Éste había nacido en Zaragoza hacia el año 1070 y murió en Fes el año 1138. Es el comentador y probablemente introductor de las obras de Aristóteles. A pesar de que los escritos de Avempace influyen de manera significativa en Averroes, este no pudo ser nunca su discípulo por obvios motivos cronológicos. Sí que lo fue, en cambio, Abu Bakr Muhammad Ibn Tufayl (1100-1185), autor de una novela filosófica. El filósofo autodidacta de la que hemos hablado con profusión en el blog.

La subsiguiente revolución intelectual de los almohades favorece en general la actividad del pensamiento. Así, el sultán Abū Ya’qūb Yūsuf, que reina entre 1163 y 1184, es un gran valedor de la ciencia. Antes de subir al trono fue gobernador de Sevilla y allí se rodeó de sabios andalusíes que le dieron a conocer todos los aspectos de la ciencia, contando también la filosofía. Su conocimiento de Averroes sucede más tarde y gracias a Ibn Tufayl, la fecha más probable es la de 1168-1169 cuando aquel ya tenía cuarenta y dos años y había compuestos diferentes obras de medicina y filosofía.

La versión en catalán que he leído es la réplica de Averroes a la obra de Algatzel titulada Tahāfut al-falāsifa, la Destrucción de los filósofos. Averroes se propone “derrocar” la obra de Algatzel, que en su momento quería destruir las doctrinas de los filósofos, sobre todo los de Avicena.

Si consideramos las veinte cuestiones de la obra de Averroes, vemos que giran alrededor de unos cuantos problemas básicos. En cuanto a transcendencia filosófica y general, no hay duda que el problema de la causalidad es el más importante. Sobre ella trata la cuestión III y la XVII (primera de la sección “Sobre las ciencias naturales”). El segundo problema que podemos destacar en la obra es la demostración de la existencia de Dios y el conocimiento de su naturaleza. Las cuestiones que van de la cuarta a la treceava tratan, por ejemplo, de la unicidad de Dios, la negación de atributos, su diferencia absoluta ante todos los seres, su conocimiento de los particulares, etc.

El alma y la vida en el más allá son materia de debate en la sección final “Sobre las ciencias naturales” (Cuestiones 2, 3 i 4, XVIII, XIX i XX). La cuarta, sobre la resurrección del cuerpo, es una confesión tan clara de fe musulmana que tendría que deshacer cualquier duda sobre la religiosidad de Averroes.

Pero el tema que más ocupa la atención de Algazel —y también de Averroes— es el cosmológico. Hay unas cuestiones menores, como las que hacen referencia a si las esferas celestes son seres animados (Cuestión XIV) y si se mueven por una finalidad, la de realizar su perfección imitando a Dios (Cuestión XV). Las importantes tratan sobre la eternidad del mundo: la primera sin inicio y la segunda sobre su duración. La primera es la más conflictiva ya que los teólogos —basándose en el Corán— no pueden admitir que la creación del mundo sea eterna y le ponen un punto inicial. La postura de los filósofos helenizantes se considera, por tanto, herética.

El libro consta de seis apartados que tratan sobre: a) El factor desencadenante de la existencia del mundo. b) La noción de infinito. c) Particularizar, explica la producción de substancias individuales. d) La imposibilidad de las infinitudes de los seres contingentes. e) El análisis del tiempo y de la relación anterior/posterior. f) La eternidad del tiempo.

Los conceptos el arriba y el abajo; lo dentro (interior) y lo fuera (exterior); el antes y el después; lo lleno y lo vacío; el inicio y el final; el argumento de si el mundo puede ser más grande o más pequeño, todo ello relacionado con la existencia del mundo, el movimiento, el tiempo y el espacio. Estos conceptos son analizados por Averroes desde una vertiente filosófica de raíces aristotélicas.

BIBLIOGRAFÍA

Averrois, La destrucció de la “destrucció”, Edicions 62, Barcelona, 1991.

Idoia Maiza, La concepción de la Filosofía en el «Taháfut Al-Taháfut» de Averroes, Tesis Doctoral, Revistas Científicas UNAV, AHIg 7 (1998), pp. 390-396.

Idoia Maiza Ozcoldí, Filosofía y religión en Averroes, Revistas UCM, Madrid, 1998. pp.369-380.

Rafael Ramón Guerrero, Averroes: Explicación aristotélica del universo, Filosofía Unisinos, 9(1):25-42, jan/abr 2008.

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