(G259) Restaurante Fábrica (Burgos, Castilla y León)

Restaurante Fábrica (Burgos, Castilla y León)

Camino hacia el frescor de la cornisa Cantábrica nos detuvimos en Burgos a comer y a ver los yacimientos de Atapuerca. La Fábrica, calle Briviesca, 4, 09004 Burgos fue el lugar elegido. Cocina de mercado burgalesa con toques modernos a cargo del chef local Ricardo Temiño, nominado a cocinero revelación de Madrid Fusión 2016. 

Su especialidad son las tapas, pequeños platillos con los que disfrutamos de lo lindo. Empezamos con un entrante, Salmorejo con sardina ahumada (foto), rico y refrescante. Los primeros consistieron en Carpaccio de gamba, sriracha, tomate y ajoblanco (foto). Plato muy fino.


Ensaladilla de anguila ahumada, tobiko, gamba y aguacate (foto). Últimamente me ha dado por las ensaladillas. Plato de la cocina “viejuna” por antonomasia que la gastronomía moderna ha sabido mantener con acierto en múltiples y divertidas variantes. Carpaccio de vacuno con foie y aliño de trufa (foto). Preparado al momento y con la opción de elegir el grado de picante del uno al cinco.


Vamos con los segundos propiamente dichos: Rape negro, tomate concassé y bilbaína picante emulsionada (foto). Elaboración muy conseguida. Pichón de caserío en tres pasos (foto). Sus higadillos como paté en una mini tostada, su pechuga a la plancha y la pierna asada con la garra, al estilo “carnívoro troglodita”, tal vez haciendo referencia a la cercanía de los neandertales de Atapuerca.


Los postres mantuvieron el buen nivel de la comida. Mango, curry rojo, helado de apio y lima (foto). Plato muy original de sabor y refrescante para un día caluroso, de aquellos a los que no están acostumbrados los burgaleses. Milhojas de hojaldre y crema pastelera caramelizada (foto). Otro clásico de la gastronomía. Bueno.


Para beber un agua mineral y varias copas de Caneco 2021 (foto). Se trata de un albariño monovarietal del Valle de Salnés. DO. Rías Baixas. Es un vino fresco y mineral con un punto afrutado. Caneco en gallego significa recipiente cilíndrico de cerámica con asa y boca, que se utiliza para contener y servir líquidos. Cumplió su cometido aunque no es un vino que me entusiasmara.

Con el postre probé un vino dulce de la tierra (Castilla y León). Dulce de Invierno 2019 (foto). Es una combinación entre la uva verdejo y Gorda de Moldavia (moscatel), de la zona de La Seca, Valladolid, elaborado por las bodegas de Javier Sanz. Simplemente delicioso. Tiene  aromas a orejones, higos y piel de naranja. Se recomienda servirlo a 8 grados y consumirlo tras las comidas, acompañando a postres con frutos secos o con chocolate.

Dos tipos de pan: blanco de harinas ecológicas e integral con semillas. Muy buenos. Para mojar con dos estupendos aceites (foto). Artajo de Navarra, mezcla de aceitunas hecho a partir de las variedades Changlot Real, Picudo y Koroneiki. Es afrutado, verde intenso en el que destacan aromas a hierbas aromáticas como el tomillo. También recuerda a hortalizas como la borraja, la alcachofa o el cardo.

Y un Castillo de Canena de la variedad picual. Como ya sabéis desde hace unos años está de moda recoger las aceitunas en verde para potenciar sus tonos herbáceos y picantes aunque el rendimiento sea menor. Se agradece cuando visitas un restaurante que cuida el pan y el aceite que ofrece. A mi entender son complementos importantes que ponen en valor nuestra agricultura: el cereal y el olivo.

Terminamos con un café solo. Precio de la comida 50/55 euros por persona. Fecha de la visita 3 de agosto de 2022.

PUNTUACIÓN: 7

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