(G257) La Mundana (Barcelona)
Restaurante La Mundana (Barcelona)
Hacía tiempo que no nos reuníamos los amigos Maite y Miguel Ángel. Así que para despedir el mes de julio antes de vacaciones nos citamos en La Mundana, Carrer Vallespir, 93, 08014 Barcelona. Se trata de una vermutería gastronómica en el barrio de Sans. Ejecutan las cocciones con distintas técnicas: la brasa, el horno, la robata, el escabeche… En la cocina Alain Guiard y en la sala Marc Martí. Es la segunda vez que el blog visita este local, la primera fue el 7 de marzo de 2018, gracias a las buenas sensaciones que nos dejó.
Lo que nos ofrecen son platillos de cocina fusión a compartir. Fui el único que se atrevió a probar una Ostra ahumada (foto). Muy flojita. Sin demasiado interés.
Los seis platillos
elegidos fueron: Calamares asiáticos con polvo chilli, lima rallada y mayonesa
de Kimchi (foto), buenos. Tartar de
atún con perfume de Asia. Salsa mismo, salicornia, y aceite de limas Kaffir (foto). Muy rico. La potencia del aliño
ocultaba la bondad o maldad del atún.
Puerros braseados, queso idiazábal,
vinagreta de ceniza y brotes (foto).
Plato tibio de extraña combinación. Katsu
Sando (bikini japonés) de secreto ibérico, mole poblano, col
lombarda fermentada y ají amarillo (foto).
Bueno.
Caballa marinada y
ahumada, escabeche de curry rojo y huevos de codorniz (foto). Plato que decepcionó y que no terminamos. Costilla Koreana a
la brasa, jengibre, cacahuete y cilantro (foto).
Rica.
El postre, que es donde
suelen fallar estos restaurantes, salió resultón. Torrichuelo. Torrija rellena
de crema de vainilla (foto).
Correcta. Más que una Torrija parece un pain perdu francés.
Babá al ron con crema de Chantilly (foto).
Bueno y sedante. Que nos recordó a un Tap
de Cadaqués.
Para beber un agua
mineral y un par copas de un vino italiano Pietracupa
Fiano di Avellino 2019 (foto).
Monovarietal de uva blanca Fiano
de la Campania. Este vino posee una DOCG. Se perciben notas de espino blanco,
melocotón, cedro y tomillo. En boca es afrutado, fresco, intenso, largo, con
una buena nota mineral.
Acompañó la comida un pan
blanco de “puntas” con mantequilla ahumada (foto).
Bueno.
En el apartado musical
distinguimos, al final de la comida cuando el local ya estaba más tranquilo, la
estupenda Baby, I Love Your Way
(1975) de Peter Frampton. ¡Qué tiempos aquellos!
El restaurante en general
pincho. Me esperaba más de su cocina. Me supo mal porque lo había elegido yo.
Las extrañas combinaciones y lo mal ligados que resultaron los ingredientes en algunos platos
malograron la experiencia gastronómica en su conjunto. Menos mal que la compañía
y la conversación salvaron la jornada.
Precio a la carta unos 40
euros por persona, aproximadamente, con bebidas, sin café. Fecha de la visita 13
de julio de 2022.
PUNTUACIÓN: 6
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