(L564) El lugar (1983)
Annie Ernaux, El lugar (1983)
Sigo comentado con gusto
la obra de esta escritora francesa. Annie Ernaux (Lillebonne,
1940) nació en la Francia bombardeada y ocupada por las tropas
alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Su obra me fascinó hace ya unos cuantos
años y me sirvió de inspiración para escribir una parte de la introducción a mi
libro de memorias Así
que la vida era eso (2016).
Argumento: la
narradora/protagonista realiza el examen práctico de aptitud pedagógica
(nuestro antiguo CAP) en un Instituto de Lyon, por la zona de la Croix-Rousse.
Por fin es profesora titular. Su padre murió exactamente dos meses después a
los sesenta y siete años. Nos cuenta como amortajan el cadáver. “Toda la escena
se desarrollaba serenamente, sin gritos ni sollozos, (…) los gestos se sucedían
tranquilamente, sin aspavientos, con palabras corrientes”. Luego viene el
entierro, la misa, las esquelas, la ropa de luto.
“Mi marido llegó por la
tarde, bronceado, incómodo por un luto que no sentía como suyo. Se le veía más
fuera de lugar que nunca. Dormimos en la única cama de matrimonio, aquella en
la que había muerto mi padre”.
“la comida de después del
entierro tuvo lugar en el Café, en las mesas puestas una a continuación de la
otra. Al principio, todo el mundo estaba muy callado, luego la gente empezó a
hablar. (…) Hacia las cinco, los invitados se fueron. Ordenamos las mesas sin
hablar. Mi marido tomó el tren de vuelta esa misma noche. Yo me quedé unos días
con mi madre para las gestiones y formalidades habituales después de un deceso”.
Annie Ernaux ha decidido
contar la historia de su padre y empieza por sus abuelos. “Mi abuelo trabajaba
en una granja como carretero. En verano también segaba el heno y se ocupaba de
la recolección. No hizo otra cosa en su vida desde que tenía ocho años. El sábado
por la noche entregaba a su mujer toda la paga y ella le daba la semanada para
ir a jugar al dominó, a tomarse unos vinos. Volvía borracho, aún más sombrío.
Por cualquier cosa repartía gorrazos a los críos, Era un hombre duro, nadie se
atrevía a buscarle las cosquillas. Su mujer no
era precisamente feliz”.
El padre ordeña vacas a
las cinco de la mañana. Cuando regresó de hacer el servicio militar ya no quiso
volver a los cultivos. Prefirió ser obrero y, a causa de un accidente laboral, abre
junto a su mujer un pequeño comercio y a la vez Café en Y…
Comentario: Ernaux
nació en plena Segunda Guerra Mundial, bajo los bombardeos, cuando los nazis ocuparon Francia. En el libro aparece el sentimiento de vergüenza por sentirse inferiores. El patois y el francés popular que a su
padre y a ella les avergüenza: “era algo viejo y feo, un signo de inferioridad”.
En sus libros siempre parece que tiene un complejo de clase, por haber
abandonado sus orígenes normandos –un transfuguismo de clase– hacía una vida
más académica y burguesa.
Para ella escribir este
libro es recordar y volver a conversar con su padre de una forma directa y
dejando aparte la poesía y lo idílico: “Reuniré las palabras, los gestos, los
gustos de mi padre, los hechos importantes en su vida, todas las señales
objetivas de una existencia que yo también compartí. Nada de poesía del
recuerdo, nada de alegre regocijo. Una forma de escribir llana es la que me
resulta natural, la misma que empleaba en otro tiempo para escribir a mis
padres y contarles las noticias más importantes”.
“Desde luego no siento
ningún placer al escribir, en este empeño por mantenerme lo más cerca posible
de las palabras y las frase oídas, resaltándola a veces con cursiva. No para
indicarle al lector un doble sentido y ofrecerle la satisfacción de una
complicidad, que yo rechazo en cualquiera de sus formas, nostalgia, patetismo o
burla. Simplemente porque esas palabras y esas frases dibujan los límites y el
color del mundo donde vivió mi padre, donde también viví yo. Y donde jamás una
palabra se tomaba por otra”.
Sus libros son cortos en
su mayor parte, directos, parecen simples pero no lo son. Relatan su propia historia primero como si
se tratara de una novela de verdad ficcional (Los armarios vacíos), la de su padre (El lugar), la de su madre (Una
mujer), su complejo por provenir de una clase social inferior y por el
comportamiento de su padre (La vergüenza),
la de un juvenil aborto clandestino (El
acontecimiento), la de su matrimonio frustrado (La mujer congelada), la de su adulterio (Pura pasión).
Para mi gusto es una de
las novelistas francesas más personales y ocupa un lugar destacado en el blog
donde os iré comentando sus libros más interesantes a medida que los vaya leyendo.
BIBLIOGRAFÍA
Rafael Conte, Una
memoria humillada, El País, 25/05/2002.
Annie Ernaux, El lugar, Tusquets, Barcelona, 2002.
Israel Paredes, Los días
del pasado, Revista de Letras, 18/09/2019.
Nicolás Poblete Pardo, «El
lugar», de Annie Ernaux: Una exploración sobre el duelo paterno,
Cine y Literatura, 17/09/2020.
Hinde Pomeraniec, Entrevista exclusiva con Annie Ernaux, Infobae, 20/11/2020.
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