(L601) La nada cotidiana (1995)
Zoé Valdés, La nada cotidiana (1995)
Primera y acertada novela
de la escritora cubana Zoé
Valdés (La Habana, 1959). Exiliada en París
después de tres matrimonios y múltiples penurias económicas y carenciales en la
Cuba posterior a la caída del Comunismo. Como nos dice la autora:”Esa isla que,
queriendo construir el paraíso, ha creado el infierno”. Creo que es una escritora
que merece la pena descubrir.
Argumento:
se nos cuenta en primera persona como le explicaron que fue su nacimiento:
“Cuenta mi madre que era el primero de mayo de 1959, ella tenía nueve meses de
embarazo, ya sabía que yo era niña. Cuenta que caminó desde La Habana Vieja
hasta la Plaza de la Revolución para escuchar al Comandante. Y en pleno
discurso comencé a cabecearle la pelvis, a romperle los huesos. La tuvieron que
sacar en hombros hacia la Quinta Reina. Antes de salir de la concentración
multitudinaria, al pasar por delante de la tribuna, el Che le puso la bandera
cubana en la barriga, pero ella apenas ni se enteró, porque yo seguía
jodiéndola, provocándole unos dolores del carajo. Y Fidel continuaba con su
arenga más verde que las palmas”.
Después de unos dolores
atroces y los manejos rutinarios de los médicos nace la niña. El padre está
desilusionado porque por unos minutos no ha nacido el 1 de mayo, día de los
trabajadores. Ella nos cuenta el día a día en el trabajo, para comer, para
vivir en Cuba en la época del llamado “período especial”, con una tremenda carencia
y falta de todo.
Dice que solo piensa en
las musarañas, el relato de su jornada es desalentador. A veces recibe la
visita del Traidor o del Nihilista. El primero fue su primer marido que no
quiso acostarse con ella hasta que se cambiara el nombre de “Patria” que le
puso su padre, “porque él no quería mancillar a la Patria”. El Traidor era un
escritor mayor que ella, famoso que había publicado dos o tres libros y viajaba
con una cierta regularidad al extranjero. Ella se apropió del nombre de uno de
sus libros: Versos de Yocandra.
Explica cómo lo conoció,
siendo menor de edad. Fue su primer amor y eso marca. Él la utilizó para sus
intereses más prosaicos: mecanografiaba, leía y hacia comentarios de libros,
cocinaba, limpiaba y planchaba, todo para él. Hasta que un día el Traidor le
dice que se han de casar porque le han dado un puesto importante en un país
lejano...
Comentario:
magnífica y a la vez terrible novela de Zoé Valdés donde nos explica sus
penurias en la Cuba de los años noventa cuando el comunismo de los países del
Este había caído y ya no recibían ninguna ayuda del exterior. La novela no está
exenta de un humor ácido que corroe todo el falso entramado del sistema cubano.
Mención especial merecen los cedeerres, Comités de Defensa de la República,
verdaderos comisarios políticos que se dedican a vigilar a los ciudadanos y a
hacerles la vida más imposible todavía si cabe.
Divertidísimo es cuando
el Traidor se define a sí mismo como filósofo, la réplica de ella es antológica:
“‒Encantado, soy filósofo. Mi ingenuidad –o ignorancia, llamémosle como quiera–
no llegaba a tanto como para no pasar vergüenza ante tan petulante y dudosa
afirmación. En este país hay boxeadores, peloteros, macheteros de avanzada,
constructores, internacionalistas, médicos, poetas, educadores, críticos de
arte, de cine, ¿pero filósofos? filósofos habrá en Alemania, pero no en este
país, con tanto calor y hambre y guardias de comité y reuniones, consejillos, asambleas
generales, asambleas populares, en las cuales se discute la misma bobada de
siempre, por qué el pan no llega a su hora, si es que llega. En este país que
no hay ni vergüenza, qué vergüenza va a ver si no hay desodorante, ni una
malanga, ni un cariño... ¿Un filósofo, viviendo en una cuartería cochinísima,
sin baño ni cocina? ¿Un filósofo, cargando cubos de agua? Aunque en verdad la
que los cargaba era yo. No importa, él es filósofo”.
Las cosas que más me
gustan de su prosa son su ironía, su humor ácido, su ritmo parecido al de un
bolero, y sobre todo el cultivo de los excesos. Por supuesto que si un primer
libro de un autor gusta es más fácil leer un segundo.
Leonardo Padura la
criticó diciendo: “[Zoé Valdés] produit une littérature qui
n’est pas de la littérature. Elle a toujours été un fonctionnaire et s’est
exilée en avion avec son mari et son enfant. Elle s’est inventé un personnage
de martyr qui est faux. Elle
ment beaucoup.”
¿Decir la verdad es el
oficio del escritor de novelas? ¿De qué personaje habla Padura, de Zoe Valdés o de
uno de sus múltiples personajes novelísticos? ¿El hecho de haber tomado el
avión con su familia para Paris cambia algo su talento?
Acabo el pequeño
comentario alabando su exuberante uso de la lengua, con toques caribeños, en
que ha convertido el español de Cuba. Ejemplos: malanda, grajo,
ripiar, chivatear, fulas, soya, tamal, parqueo, guaricandilla, pinga, chícharos,
merolicos, guagas, bugarrón, blúmer, singadito, jaberío, cabilla, comemierda, merequetén,
piñazo, maceta, jiba, bocón, pelar al moñíto, aseres, moninas, tanque (cárcel),
closet, morronga, levantar, maní, talco, sanacá, tota, pendejos, mamalón, milo,
toletón, colero, verdugones, morronga, pipisigallo, corisa, tanos, monga,
empatar, guanajo, orishas, mosquero, guasasero, chachareo, etc.
Os dejo estos ejemplos y
unos diccionarios estupendos para el que tenga curiosidad pueda buscarlos.
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV., Diccionario
de americanismos, AALE (Asociación de Academias de la
Lengua Española, 2010.
AA.VV., Tesoro
de los diccionarios históricos de la Lengua Española,
RAE, 2021.
Karina del Carmen García
Albadiz, Musaraña barroca: análisis textual de
La nada cotidiana de Zoé Valdés, Revista de crítica
literaria latinoamericana / Journal of Latin American Literary Criticism, Vol
4, nº 7 (2016).
Bojana Kovacevic, Los reflejos de la dictadura en la
obra literaria de Zoé Valdés, Actas del Congreso
Internacional organizado por el Departamento de Estudios Hispánicos de la
Universidad de Szeged, 19-20 noviembre de 2016, Inter-American Research Center,
Szeged, 2016, str. 317-329.
Zoé Valdés, La nada cotidiana, Emecé editores,
Barcelona, 1996 (7ª edición).
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