(L618) Lituma en los Andes (1993)

Mario Vargas Llosa, Lituma en los Andes (1993)

Sigo comentando novelas de este escritor peruano por el simple y razonable motivo de que escribe muy bien en castellano y sus historias son de lo más interesantes. Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) está muy bien representado en el blog. He leído la mayor parte de su obra. La que traigo hoy obtuvo el Premio Planeta del año 1993.

Argumento: el cabo Lituma y el guardia Tomás Carreño han recibido la denuncia de una mujer quechua por la desaparición de su marido. Ya es la tercera denuncia que reciben. “¿Se los habían tragado los cerros, entonces?”. Ambos están desorientados.

La vivienda que ocupaban “era una sola habitación, partida por un biombo de madera y protegida por una empalizada de costales embutidos de piedras y de tierra. A un lado estaba el puesto de la Guardia Civil, con un tablón sobre dos caballetes –el escritorio– y un baúl donde se guardaban el libro de registros y los partes de servicio. Al otro, juntos por la falta de espacio, los dos catres. Se alumbraban con lámparas de querosene y tenían una radio de pilas que, si no había desarreglos en la atmósfera, captaba Radio Nacional y Radio Junín”.

Creen que las desapariciones han sido obra de los terrucos de la milicia de Sendero. “Le voy a decir una cosa, Usted y yo no saldremos vivos de aquí. Nos tienen cercados, para qué engañarnos. Lituma se encogió de hombros. Por lo común él se desmoralizaba y su adjunto le levantaba la moral. Hoy cambiaban los papeles. No te hagas mala sangre, Tomasito. Si no, cuando vengan, nos encontrarán medio locumbetas y ni defendernos podremos”.

La petite Michèle y Albert son una pareja de jóvenes franceses que están realizando un viaje por los Andes peruanos. Han estado dos años ahorrando para poder realizarlo. Viajan en un viejo ómnibus. “La Pérou! ahí estaba: inmenso, misterioso, verdegrís, pobrísimo, riquísimo, antiguo, hermético. Era este paisaje lunar y las caras cobrizas, desabridas, de las mujeres y hombres que los rodeaban, Impenetrables, la verdad. Muy diferentes de las que habían visto en Lima, caras de blancos, de negros, de mestizos, con los que, mal que mal, podían comunicarse. Pero de la gente de la sierra lo separaba algo infranqueable. Varias veces había intentado conversar en su mal español con sus vecinos, sin el menor éxito. «No nos distancia una raza sino una cultura»”.

El ómnibus se ha detenido y hombres y mujeres armados y encapuchados hacen descender a los pasajeros...

Cholas peruanas

Comentario: la historia que nos cuenta Vargas Llosa se ubica en la serranía de los Andes, donde sus habitantes herederos de los antiguos pueblos huancas y chancas, anteriores a los Incas, famosos por sus sacrificios humanos todavía creen en los apus (espíritus tutelares de la comunidad) y los pishtacos (una especie de sacamantecas cuzqueño). Los “serruchos” están llenos de supersticiones. Todo ello mezclado con las andanzas de los guerrilleros maoístas de Sendero Luminoso (“terrucos” de terroristas) que tienen atemorizadas a las poblaciones (la nuestra se llama Naccos), y a los trabajadores de las carreteras y minas del lugar.

Una vez que Lituma reconoce que el cristianismo superficial de los personajes nativos está profundamente entrelazado con los cultos idólatras de sus antepasados y con los mitos fundamentales que influyen en todas las sociedades, también él puede entender cómo y por qué los tres hombres desaparecieron.

Estupenda la prosa del escritor arequipeño donde abundan peruanismos que son fáciles de interpretar por el contexto. Os dejo algunos de los más graciosos: cojudo, polilla, chompa, morochucas, calaminas, chupacos, huaycos, chullo, opa, chicherías, mote, chicha, ollucos, cuyes (de cuy), pascana, ichu, arrecharse, luqueada, pishtaco, chalinas, chancho, palomear, piurana (natural de Piura), puna, calata, pindingas, chachaban (de chachar), cachacos, cachan (de cachar), chupaco, terrucos, serruchos, humitas, pachamamas, trafa, mulizas, sinchis, caracho, apus, runa, tutuma, enchuchado. chuchonal, abigeo, garrotillo, chuño, bolondrón, micifuz, metete, arrechos, huacas, cacharpan (de chacharpa), chochoca, chume, chamba, mostacero, etc.

Por las noches, el Guardia Civil Tomás Carreño le cuenta al cabo Lituma su historia de su amor por Mercedes (Meche, la Mechita), que era la querida de un narco a quien Carreño protegía y al que mata para quedarse con ella. De su huida desesperada hacia la ciudad de Lima donde ambos creen que podrán camuflarse más fácilmente. Esas páginas son de lo más sublime y a la vez más divertido e ingenioso de todo lo que he leído de Mario Vargas Llosa.

BIBLIOGRAFÍA

AA.VV., Diccionario de americanismos, AALE (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010.

Mirtha Méndez Nilsson, Lituma en los Andes de Mario Vargas Llosa: Reflejo de un período de violencia y corrupción, Universidad de Växjö, Suecia, 2005.

Lucile Pittet, Peruanismos en Lituma en los Andes de Mario Vargas Llosa: una herramienta de análisis literario, Universidad de Neuchâtel, Agosto 2019.

Rebecca Thompson, Lituma en los Andes: optimismo escondido, University of Texas (Austin), 2009.

Mario Vargas Llosa, Lituma en los Andes, RBA, Barcelona, 1994.

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