(L615) Nostalgia (1993)
Mircea Cartarescu, Nostalgia (1993)
No leía escritores
rumanos tan curiosos desde mi época universitaria cuando me sumergí en los
aforismos del gran Emil Cioran. Hoy os traigo un libro de relatos de Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956), un autor que
escribe sobre los sueños. Su literatura es onírica i anamnésica.
Argumento: el
libro está compuesto por varios cuentos:
1.-
El ruletista. “Desde hace unos cuantos años, duermo
mal y sueño con un viejo que enloquece por culpa de la soledad. Únicamente el
sueño me refleja de forma realista. Me despierto llorando de soledad, incluso
aunque de día me sienta acompañado por aquellos de mis amigos que aún viven. Ya
no puedo soportar mi vida, pero el hecho de entrar hoy o mañana en una muerte
infinita, me obliga a intentar pensar. Por ello –puesto que tengo que pensar,
como aquel que, arrojado en el laberinto, tiene que buscar una salida entre
paredes embadurnadas de estiércol, o incluso a través de la boca de una
ratonera– y solo por ello, escribo esta líneas”.
“La primera vez que
descendí a aquel sótano, me decían, para insuflarme valor, que solo la primera
partida resulta difícil de soportar, que luego el aspecto “anatómico” de la
ruleta no solo deja de causarte disgusto, sino que llegas a descubrir en él el
auténtico y dulce encanto de ese juego; al que se le cuela a la sangre,
añadían, le llega a resultar tan necesario como el vino o las mujeres”.
2.-
El Mendébil. El narrador nos relata un sueño. “Hace
unos meses soñé que estaba simplemente encerrado en un frasco, pero en uno que
parecía tallado en cristal de roca. Daba vueltas de aquí para allá por aquel
frasco en el que, de vez en cuando, centelleaban arcoíris, y contemplaba
encantado a través de sus paredes el mundo fluido, tembloroso, del exterior…”.
Nos dice que no pretende llevar a cabo una mise-en-abysme
y se propone realizar una anamnesia del sueño que lo lleva a su más tierna
infancia en el bloque de pisos donde vivía en la Avenida Ştefan cel Mare (foto). La
llegada de un niño al que apodan Mendébil que les cuentas historias y leyendas
cambiará sus vidas.
3.-
Los gemelos. Un joven se maquilla y se depila, se pone
una peluca rubia y se viste de mujer. Pretende tomarse unas pastillas y aparecer
muerto a la mañana siguiente. A partir de aquí el narrador nos explica su
infancia y adolescencia en relación con las mujeres a las que ha amado. “¿Quién
podría explicar por qué los ojos de una mujer parecen inmensos, con una llama
negra-morada, cuando la amamos y no vemos sino dos ojos corrientes cuando
dejamos de amarla?”. Sabemos que quien escribe éste relato está internado en un
manicomio.
4.-
REM.
Un narrador que entra y sale de la mente de los protagonistas nos cuenta la
historia de un joven estudiante de Universidad, que encuentra a las chicas de
su edad poco interesantes: “Les tengo manía a esas adolescentes ñoñas que te
dejan, que te dejan pero no te dejan. Perdí el tiempo inútilmente, durante
varios meses, junto a una de esas, así que estoy saturado. No he vuelto a
intentar convivir durante mucho tiempo, en serio, con una mujer”.
Tiene una relación con
una mujer once años mayor. “La miro con atención para poder describírosla.
Parece tener unos treinta y cinco años. No tiene un rostro bello, es más bien
extraño. Ahora está sonrojada por el frío de la calle, pero en otros momentos
está pálida como la muerte. (…) ahora lleva los ojos perfilados con un lápiz
demasiado negro y alargados en un rabillo grasiento. Su boca sería bonita sin
esa sombra de bigote, bastante visible. Con unos pómulos prominentes, con el
pelo corto y ondulado a la altura de las orejas, con el cuello erguido, de una
cierta majestuosidad inútil, recuerda en cierto modo a la figura bizantina de
un mosaico dogmático y minucioso”.
5.-
El arquitecto. “Emil Popescu era arquitecto. Se había
especializado en el diseño de fábricas de aceite y se puede decir, sin
exagerar, que allí dónde, en los últimos cinco o seis años, se hubiera
construido en este país una fábrica de aceite se apreciaba, en la resolución de
los problemas técnicos, la mano competente y el ingenio del arquitecto
Popescu”. Se casa con Elena, también arquitecto, y en cuanto a su vida familiar
era feliz. Pasados unos años, con los ahorros conseguidos, se compran un Dacia
Lada. A los pocos días ocurre un hecho sorprendente que cambiará la vida de la
pareja.
Comentario:
podríamos definir la literatura que escribe Cărtărescu como una mezcla entre
Borges, Sábato y Kafka donde los sueños y su análisis (anamnésis) forman parte del tema de estos relatos, retrotrayéndose
siempre a la infancia del narrador o a la de sus protagonistas.
El propio Cărtărescu en
una entrevista explica cómo son sus historias: “Son dos historias lineales, dos
parábolas metafísicas que ilustran el poder del pensamiento asintótico. ¿Cómo alcanzar el infinito en solo unos
pasos? Mi modelo fue el famoso problema del inventor del ajedrez, que le pidió
al califa sólo un grano de trigo por el primer cuadrado, dos por el segundo,
cuatro por el tercero, ocho por el cuarto, etcétera. O: ¿cuántas veces has de
doblar una hoja de papel para que su grosor vaya de la tierra a la Luna? (la
respuesta es 50 veces). Así, este tipo de relato es una herramienta para
alcanzar el cielo con la mano, en sólo muy pocos movimientos. Para esto usé mi
capacidad mental más que mi capacidad de hacer obras reales, redondas y
complejas”.
“¿Qué habrá, qué existirá
después de la muerte? ¡Me gustaría creer, cuánto me gustaría hacerlo! Creer que
allí se abrirá una vida nueva; que nuestra situación actual es larvaria, un
compás de espera. Que el yo, puesto que existe, debe encontrar una forma de
asegurar su permanencia. Que me convertiré en otra cosa infinitamente más compleja.
De lo contrario es absurdo, y no encuentro espacio para lo absurdo en el
proyecto del mundo. Miles de millones de galaxias, campos imperceptibles, en
fin, este universo que rodea mi cabeza como un aura no podría existir si yo no
tuviera que conocerlo en su totalidad, poseerlo, ser él”. (p. 37-38)
“¿Te refieres a la bomba
atómica? ¿A la destrucción en masa? Esta es mi respuesta. Mira este álbum de
fotografías del siglo pasado. Contiene mi respuesta a todos los problemas del
mundo y de la historia. Mira a esta gente, a estas niñas, a los críos de las
fotos. Todos están muertos, todos, hasta el último. No queda un solo
superviviente de todas estas personas nacidas hace ciento cincuenta años. ¿Qué
es un arma atómica en comparación con esto, con el ángel exterminador, el
tiempo que no deja heridos? ¿Qué son los conflictos, qué es la lucha por el
poder en comparación con la victoria meticulosa, tranquila, casi dulce, del
tiempo sobre todo lo demás? Las bombas, las guerras, los terremotos, las
enfermedades, los diluvios son superfluos, no hacen más que acelerar
irreflexivamente la obra del tiempo, son miradas arrojadas a un futuro
inmediato, son miradas indiscretas tras levantar una esquina del telón”. (p.
315-316)
Es un libro para quienes
gustan de gozar con las complejidades de la conciencia. Para quienes no temen
los espejos y son capaces de mirar de frente la triste radiación de un sol
oscuro. Historias fantásticas dentro de historias normales. REM es un lugar
mágico muy parecido al Aleph de
Borges. La prosa de Cărtărescu se puede amar o se puede odiar, parece no tener
un término medio, por lo que me es difícil saber a qué lectores recomendarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Mircea Cărtărescu, Nostalgia,
Impedimenta, Salamanca, 2019 (8ª edición).
Claudia
García-Minguillán, Poética Cuántica: Ficción del Cosmos
de Mircea Cartarescu, Universidad de Salamanca, Estudios
Románicos, Volumen 28, 2019, pp. 247-258.
Jaime Molina, Nostalgia, de Mircea Cartarescu: el
lirismo onírico, Cicutadry.es.
Ignacio Vidal-Folch, Mircea Cartarescu: “Mi mundo tiene el
diámetro de mi cráneo”, El País, 01/11/2012.
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