(L676) La historia (1974)
Elsa Morante, La historia (1974)
Primera novela que traigo
de la escritora italiana Elsa Morante
(1912-1985) que fue esposa del también escritor e intelectual
Alberto Moravia. En italiano se titula La
Storia pero en la traducción de los años setenta que manejo el traductor,
Juan Moreno, se ha empeñado en añadirle algo suyo y la titula Algo en la historia. Son surrealistas los
títulos del tardofranquismo en los libros y en las películas. Creo que la traducción es farragosa y necesita una
puesta al día.
Argumento: la
narradora nos presenta una breve historia del siglo XX: “No hay demasiadas
novedades en el gran mundo. De la misma forma que los siglos y milenios que lo
han precedido en la Tierra, el nuevo siglo se regula también de acuerdo con el
conocido principio inmóvil de la dinámica histórica: para los unos, el poder; para
los otros la servidumbre. Y sobre éste se fundan, conformes, tanto el orden
interno de las sociedades (dominadas actualmente por los «poderes» llamados
capitalistas), como en el externo internacional (llamado imperialismo), dominado por algunos Estados, llamados «potencias»,
las cuales se dividen prácticamente toda la superficie de la Tierra en las
correspondientes propiedades o imperios. Entre ellos, la última en llegar ha
sido Italia, que aspira al rango de gran potencia, y para merecerlo se ha
apoderado, por medio de las armas, de algunos países extranjeros ‒menos
poderosos que ella‒, para constituirse así una pequeña propiedad colonial,
aunque todavía no pueda llamarse imperio.
Aunque anden siempre
entre sí en competencia amenazadora y armada, en ocasiones las potencias se
asocian en bloques, para la defensa
común de sus propios intereses (que en el interior se confunden siempre con los
intereses de los «poderes». A los otros, a los sometidos a la servidumbre, que
no participan en los beneficios, pero a los cuales sirven, tales intereses se
le presentan en términos de abstracciones ideales, que varían con el cambio de
la práctica publicitaria. En estos primeros decenios del siglo, el término
preferido es el de patria).
En el centro de todos los
movimientos sociales y políticos se hallan las grandes industrias, promovidas
hace ya tiempo, gracias a su enorme y creciente desarrollo, a los sistemas de
las industrias de masa (que reducen
al obrero «a un simple accesorio de la máquina»). Para sus funciones y sus
consumos, las industrias tienen necesidad de masas, y a la inversa. Y puesto
que el trabajo de la industria se halla siempre al servicio de los poderes y
las potencias, entre sus productos ocupan necesariamente el primer lugar las
armas (carrera de armamentos), las cuales, a base de la economía de los
consumos de masas, encuentran su salida en la guerra de masas”.
La acción comienza en enero
de 1941. Günter es un joven soldado
alemán que está en Roma. Es alto y rubio. Hasta entonces apenas ha salido de su
ciudad natal, Dachau. Era un simple recluta campesino de la última leva de la
guerra. Se conjetura entre sus compañeros que su futuro podría ser África.
Pasea por el barrio de San Lorenzo buscando un burdel “no tanto por un deseo
sino porque se sentía demasiado solo”. En un portal donde se ha sentado llega
una chica. Se trata de Ida Ramundo
una maestra viuda de 36 años y pelo negro rizado. Sus padres son Giuseppe Ramundo de Calabria y Nora Almagià de Padua y ascendencia
judía. Su padre era lector de Bakunin y bebedor empedernido. “las libertades no
se dan. Se toman”, decía.
Iduzza (diminutivo de
Ida) padece desde niña ataques epilépticos que le desaparecen en la pubertad.
La cojera del padre hace que no vaya a la guerra de 1914. Después viene el
hambre y la escasez. Iduzza obtiene el título de maestra por el año 20 y se
promete con Alfio Maricuso huérfano
a causa del terremoto de 1908. Se casan y se van a vivir a Roma, al barrio de
San Lorenzo. Ella llega virgen al matrimonio, tanto física como mentalmente.
Allí gana unas oposiciones de maestra. La revolución fascista se produce en
1922. A los cuatro años de casada, mayo de 1926, será madre. El padre muere de
una cirrosis y el marido de un cáncer el año 1936.
El concepto de romanidad
de Mussolini va siendo sustituido por el de raza de Hitler. El año 1938 se
inicia en Italia una campaña contra los judíos. Nora, a pesar de sus
precauciones para ocultar su origen, tiene miedo. Se empieza a elaborar un
censo y se alienta la delación. Nora tiene sesenta y ocho años. Piensa huir a
la playa con la idea de que un barco la lleve a Palestina. Unos pescadores la
encuentran muerta ahogada en la orilla.
Iduzza tiene que
registrarse en el ayuntamiento de Roma como medio judía. Las leyes promulgadas
dicen: “No se considerará de raza judía aquel que haya nacido de padres de
nacionalidad italiana, uno solo de los cuales sea de raza judía y que, con
fecha de 1 de octubre de 1938 perteneciera a una religión distinta de la
judía”.
En 1940 Mussolini entra
en la guerra. El hijo de Iduzza, Nino
Maricuso, tiene catorce años y está entusiasmado con las noticias. Iduzza
ha oído que cuando triunfe el Reich las leyes raciales alemanas se impondrán en
Italia. Con su cabeza ocupada en estas cavilaciones llega a la puerta de su
casa donde se encuentra al soldado alemán al que cree un emisario ario enviado
para investigar su pasado. Nada más lejos de la realidad. El soldado le coge la
cesta y la acompaña a su casa. Una vez allí la posee ferozmente en el sofá y
luego más tiernamente hasta quedarse dormido. Al despedirse Günter le deja como
recuerdo su navaja suiza y se lleva una flor entre los papeles de su cartera.
Lo que no sabe es que pocos días después morirá en el norte de África.
Pasan algunas semanas sin
preocupación pues siempre ha tenido menstruaciones anómalas pero ya no hay
duda, su relación con el alemán la ha dejado preñada. Su cuerpo contrahecho de
amplias caderas oculta perfectamente de embarazo hasta la llegada de las
vacaciones escolares. A finales de agosto, cuando su hijo Nino se encuentra en
un campamento de juventudes fascistas, se pone de parto atendiéndola una
comadrona del gueto judío.
A la vuelta de Ninnuzzu
(Nino) éste no se acaba de creer que el bebé, a quien llaman Giuseppe (Useppe), sea de un pariente
lejano que ha muerto repentinamente, por lo que aprovecha el momento de
debilidad de la madre para poder tener un perro. El muchacho es pequeño pero
vivaz y crece sin que nadie en el barrio lo sepa.
Comentario:
la
novela, a través de sus protagonistas principales Ida y sus hijos Nino y Useppe
y toda una serie de personajes secundarios, es un fresco de Roma durante toda
la Segunda Guerra Mundial.
La
historia es una ficción que integra dos niveles, la
documentación histórica y el relato aparentemente neorrealista de las pobres
gentes. La novela arranca en 1941 en la Roma ocupada. Fue un éxito clamoroso.
Pero, por contra, buena parte de la crítica, vinculada mayoritariamente al
Partido Comunista Italiano, se le puso de uñas. “Porque ella no ondeaba bandera
alguna”. Aunque sí creo que desprende un humanismo cristiano, por ejemplo
cuando Iduzza habla de su hijo pequeño: “No bautizado ni circuncidado, ninguna
parroquia se había preocupado de redimirlo; y el estado de guerra, con la
creciente confusión de las órdenes, favorecía su destierro de la Creación”.
Fue catalogada de
populista, se le criticó su estructura decimonónica y sus consiguientes efectos
melodramáticos, más cercanos a los folletines que a las «verdaderas» obras de
literatura, se denostó la recreación «literaria» de los aspectos más sórdidos y
degradantes de la realidad novelada, próxima a la «crónica negra».
“No debió de ser fácil
ser Elsa Morante, criada en el humilde barrio del Testaccio, hija ilegítima de
una maestra judía, Irma Poggibonsi, llevando el apellido de Augusto Morante,
pero conocedora de la impotencia del padre legal y de los múltiples amantes de
la madre. Toda su obra girará en torno a la filiación. Una de las constantes de
sus universos serán las conflictivas, densas y, a menudo, dramáticas relaciones
familiares”.
Los personajes pertenecen
a las clases populares y hay un cierto infantilismo en ellos como si todavía
creyeran en los cuentos de hadas. Por ejemplo Iduzza cuando ha sido forzada por
el soldado alemán: “fijó otra vez sobre el durmiente sus ojos desmesuradamente
abiertos, con el aire estúpido de la muchachita de las fábulas cuando mira de
nuevo al dragón, que una poción encantada ha hecho inofensivo”. (...) “Y
dejando en prenda a Useppe esta promesa divina, desapareció nuevamente en su
riqueza y esplendor, semejante a las hadas de los cuentos”. (...) “Y, para
ella, las divas debían de ser algo semejante a Blancanieves o a las hadas de
las revistas infantiles”.
Me espera bastante más de
la novela. Al empezar a leerla creí que sería un clásico, un imprescindible.
Pero solamente me ha parecido una novela pasable, superada por el tiempo y hoy
prácticamente olvidada. Pero para eso estoy yo aquí, para resucitar a los
muertos literarios.
BIBLIOGRAFÍA
María Ángelica Giordano
Paredes; María Gracia Moreno Celeghin, Elsa Morante, una
tejedora de historias, UNED Radio, 21/12/2016. (28 minutos).
Elena Hevia, La
pasión según Elsa Morante, El Periódico, 13/02/2018.
Elisa Martínez Garrido, Palabra
y poesía en La Storia, de Elsa Morante, Cuadernos de Filología
Italiana, 2, 143-165. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid, 1995.
Mara Mennella, La
obra de Elsa Morante en España, Tesis Doctoral, Universidad Almería,
Mayo 2021.
Elsa Morante, Algo en la historia, Plaza & Janés,
Barcelona, 1976.
Lourdes Ventura, Elsa
Morante, un rescate necesario, El Cultural, 20/05/2017.
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