(L128) Como la lluvia (2009)
José Emilio
Pacheco, Como la lluvia (2009)
Antes que nada
decir que José Emilio Pacheco (México 1939) representa al
gran romántico del siglo XXI. Estamos ante un hombre que les habla a los
hombres en un lenguaje carente de artificios o de excesiva filigrana y
verdaderamente empleado por ellos, comunicándoles un propósito que
espontáneamente rebosa sentimientos poderosos; y que se concibe, con toda
modestia, como un simple traductor de lo que le es dado percibir.
Czeslaw Milosz
publicó una antología bastante fuera de lo común en cuanto a la organización de
sus contenidos, A Book of Luminous Things
(1997), cuyo ensayo introductorio argumenta “en contra de la poesía
incomprensible”. Ahí el autor explica el porqué del interés contemporáneo en la
poesía oriental. En la antigüedad china y japonesa, el sujeto y el objeto se
entendían no como categorías de oposición sino de identificación. Ya que a
nosotros nos resulta ardua tarea, al menos debemos de aprender de Oriente a
rendir honor al objeto. Sólo practicando esta observación-descripción se nos
concederá la manifestación de una realidad más profunda, según la cual no
tendríamos por qué escapar del sufrimiento sino hacerlo coincidir con la
maravilla. José Emilio Pacheco, haciendo de su voz algo comprensible que rinde
alabanza a todo por el hecho de ser, de existir.
Como la lluvia (2009): con estas tres escuetas
palabras concluye un poema encontrado, después de dos mil años, en un muro de
la sepultada ciudad de Pompeya. La pared, luego de haber resistido la erupción
del Vesubio, se derrumbó. Pero el poema permanece. Con estas mismas palabras,
Pacheco decidió titular su más reciente volumen, simbolizando a nuestro modo de
ver la frágil resistencia de la poesía.
Como la lluvia
compila cinco libros que, a la vez que diferentes entre sí, resultan
complementarios. Los personajes del drama contienen poemas narrativos y fusión
de textos. Los textos breves de Como si
nada consiguen la precisión del haiku
y del epigrama griego. El mar no tiene
dioses tiene textos organizados por secuencias. Celebraciones y homenajes regresa al Siglo de Oro y al Modernismo.
Finalmente, Los días que no se nombran
son una meditación sobre la enfermedad y la muerte.
A continuación
os transcribo tres poemas del libro aunque tiene muchos más que merecerían
reproducirse:
CONTRA EL TIRANO
Escribió un
libro entero contra el tirano.
Quinientas
páginas
De epigramas
hiriente y prosa ácida,
Inflamada por el
más noble afán de justicia.
Documentó sus
crímenes atroces,
Su poder
tenebroso, su corrupción
Y el final
desamparo de todo autócrata.
Esperó la
condena a muerte,
La tortura, la
cárcel o el destierro.
Pero al tirano
le fascinó la invectiva.
Nada le agradó
tanto como el revés de la trama.
Leyó bajo tanto
odio la admiración,
En el tono
indignado la voz de un cómplice.
Y lo nombró su
secretario perpetuo
Y el redactor de
sus edictos monstruosos.
PREGUNTAS
Total misterio a
cada instante la vida.
¿Quién soy, para
qué estoy aquí,
Qué va a pasar
de ahora en adelante conmigo?
No lo sé,
Nunca lo sabré.
Vivir
Es encarnar esta
ignorancia sin fondo.
COMO LA LLUVIA
Dos mil años
después de que el Vesubio
Sepultó entre
cenizas a Pompeya
Encontraron un
muro en que estaba escrito:
Nada es eterno.
Brillan los soles y en el mar se hunden.
Arde la luna y se desvanece más tarde.
La pasión de amor
Se termina también
Como la lluvia.
Al tercer día de
copiado el grafito
el yeso en que
lo inscribieron se vino abajo.
Se acabaron los
versos
Como la lluvia.
Hola Tomàs,
ResponderEliminarAl veure en el teu blog el poema sobre Pompeia de J. Emilio Pacheco, he recordat el que vaig llegir
jo mateixa en la paret d'una casa pompeiana:
Res no po durar per sempre,
el Sol desprès d'harver lluït torna al mar,
decreix la LLuna que abans va ser plena,
de la mateixa manera,
els plaers solen ser vent lleuger.
(Pintada anònima, entrada d'una botiga
del carrer de l' Abundancia. Pompeia)
Una abraçada,
Montse José