(L333) Tokio Blues (1987)
Haruki Murakami, Tokio Blues (1987)
Segunda novela que
comentamos en el blog de este autor japonés. Norwegian Wood (1987) es su título original y fue la obra que
consagró a Haruki Murakami (Kioto,
1949) entre los lectores jóvenes de su país y también entre los
lectores de occidente.
Argumento:
El narrador tiene 37 años, el Boeing 737 en el que viaja aterriza en el
aeropuerto de Hamburgo. Siente nostalgia por el pasado. Recuerda cuando estaba
enamorado del perfil de su mujer, Naoko. Ella le pidió que se acordara siempre
de que existió y estuvo a su lado, él cree que ella nunca lo quiso.
Toru Watanabe nos habla
de sus primeros años de universidad en Tokio. Su estancia en una residencia
cuya ideología era de extrema derecha; cada día dos alumnos izaban la bandera.
Todas las habitaciones desprendían un hedor a sudor, olor corporal y basura. Su
compañero de habitación estudia Geografía, le gustan los mapas, lo denomina
Tropa-de-asalto. Tartamudea un poco y tiene una obsesión por la limpieza que
hace que tengan la habitación limpísima. El único problema es que hace gimnasia
con la radio puesta a las seis de la mañana. Toru nos explica cómo conoció a
Naoko en segundo curso de bachillerato, era la novia de su amigo Kizuki, que se
suicida a los diecisiete años. No se vuelven a ver hasta muchos años después,
cuando decide dejar Kobe e irse a estudiar a una universidad de Tokio. “La
muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella” nos dice.
Una vez en la
universidad vuelve a encontrar a Naoko, pasean juntos y recuperan su antigua
amistad, pero no son novios. A Watanabe le gusta leer a novelistas
norteamericanos, sobre todo El gran
Gatsby de Scott Fitzgerald. Traba amistad con un estudiante de Derecho
llamado Nagasawa. Ambos leen autores clásicos, también lo lleva a ligar por la
noche. Encuentra trabajo en una tienda de discos (al igual que Murakami en su
juventud). Pasa un curso y celebra el veinte cumpleaños de Naoko. Esa noche
ella no deja de hablar, después de llorar él la abraza y se quedan juntos, se
acuestan. “Fue el orgasmo más triste que había oído nunca”. Naoko desparece, se
muda de apartamento. Le envía varias cartas que no reciben contestación. Unos
meses después recibe una breve carta en que le dice que ha dejado la
universidad y que piensa ingresar en un sanatorio, pero que no está preparada
para verlo.
Después de la huelga de
estudiantes se inician las clases. Su compañero de habitación no ha vuelto. En
clase de Teatro II conoce a una chica llamada Midori. Quedan unos días después,
ambos son estudiantes pobres que han de trabajar para tener algo de dinero.
Midori lo invita un domingo a comer a su casa, es una excelente cocinera. Suben
a la terraza a contemplar la ciudad. Hablan del amor, de la vida y la muerte.
Se dan un beso, ella está saliendo con un chico y él piensa en Naoko: el
encanto se rompe. Sale de noche con su amigo Nagasawa. De vuelta a casa conoce
a dos chicas y se acuesta con una de ellas.
Recibe una larga carta de Naoko. Está recluida en una institución (mental) donde se recupera poco a poco, lleva varios meses. Le explica que el problema es que no nos adaptamos a nuestras deformaciones y por eso sufrimos. Practica deporte y cultiva hortalizas. Ella le pide que vaya a verla. La residencia está a las afueras de Kioto, en la montaña. Se entrevista con Reiko, compañera de habitación de Naoko que es también profesora de música. Viven en un régimen de libertad. Ella los acompañará cuando se vean ya que no lo pueden hacer a solas. Se reúnen los tres en el comedor, Watanabe no se acostumbra a un entorno tan silencioso. En la habitación fuman, beben vino y mientras Reiko toca la guitarra ellos hablan del porqué no se acostó con su novio Kizuki, de sus sentimientos. Naoko vuelve a llorar, se emociona y se tiene que echar un rato. Reiko y Watanabe hablan y ella le explica su pasado y el motivo por el que está internada allí…
Comentario:
la narrativa de Murakami ha atrapado a muchos lectores jóvenes y no tan jóvenes
de su país y de occidente. Norwegian Wood
es la más famosa novela de este escritor y la más comprensible al público
occidental, pero no la mejor. Las relaciones entre las parejas, generalmente
personajes jóvenes, son tristes, dificultosas, poco naturales, casi forzadas. A
veces tener relaciones es de lo más complicado, cuando entran en juego los
sentimientos, y fáciles y mecánicas cuando Nagasawa y Watanabe salen en busca
de una aventura.
Los enfermos tienen una
atracción especial, especialmente los locos, luego pasa lo que pasa, pero el
fregado ya se ha puesto en marcha y luego no hay quien lo pare. La novela es
una especie de Educación Sentimental
de Flaubert a la japonesa pero con mucha menos calidad literaria.
Norwegian
Wood
nos enfrenta a emociones y a lugares poco frecuentes, como los velatorios y los
hospitales, los puentes donde viven los mendigos. En esta novela se subraya un
tipo de belleza que no se ve en las revistas de moda: la belleza de la
fragilidad humana, de las cicatrices emocionales. Las mujeres de este libro son
hermosas por hipersensibles, frágiles e inadaptadas, y porque sus historias las
convierten en únicas.
Watanabe, indeciso,
sumido en un mar de dudas y temores, experimenta el deslumbramiento y el
desengaño allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte.
La situación, para él, para los tres protagonistas, se ha vuelto insostenible;
ninguno parece capaz de alcanzar el delicado equilibrio entre las esperanzas
juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo. Como dice Herman
Hess en su novela Demian (1919) “Para
crecer hay que romper un mundo”.
Como resumen final diré
que la novela no me convence en su totalidad. La trama se resiente porque hay
más suicidas por ahorcamiento, entre sus jóvenes protagonistas, que muertos en
una película de indios y cowboys.
Comentarios
Publicar un comentario