Películas para indignarse con el confinamiento por el Covid-19


Como el confinamiento parece que será largo, casi eterno, aquí tenéis unas películas para sobrellevar mejor los días de encierro. Tienen en común, como antes pasó con los libros, que su escenario es un confinamiento, un encierro obligado producido por una peste, una epidemia o una catástrofe apocalíptica con muchas similitudes a lo que estamos viviendo estos días.

El ser humano es un animal social y este confinamiento y falta de contacto interpersonal que incluya la corporeidad, ‒darse la mano, un abrazo‒, nos va a hacer mucho daño a nivel psicológico y cognitivo. Este “estado de shock” será muy propicio para que aceptemos medidas restrictivas a nuestra libertad individual con más conformidad.



1) La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) de Alfred Hitchcock. La película se desarrolla en el patio interior de un pequeño edificio de grandes ventanas. Prácticamente todos pueden verse unos a otros si lo desean siempre que no bajen las persianas.

El aventurero y fotógrafo profesional LB "Jeff" Jefferies (James Stewart) se está recuperando de una pierna rota. Está confinado en una silla de ruedas en su bonito departamento de Greenwich Village. Están pasando una ola de calor, Jeff mira a sus vecinos a través del teleobjetivo de su cámara, ya que éstos mantienen sus ventanas abiertas por las altas temperaturas. Observa a una extravagante bailarina a la que apoda "Miss Torso"; una mujer soltera de mediana edad que él llama "Miss Lonelyhearts (corazón solitario)"; un compositor-pianista talentoso, soltero y de mediana edad; varias parejas casadas, una de ellas recién casadas; una escultora; y Lars Thorwald (Raymond Burr), un vendedor ambulante de joyas con una esposa postrada en cama.

Su sofisticada y bella novia, Lisa Fremont (Grace Kelly), lo visita periódicamente, al igual que la enfermera de su compañía de seguros, Stella (Thelma Ritter). Stella quiere que Jeff se establezca y se case con Lisa, pero Jeff no está muy convencido; y es que las mujeres sofisticadas (Lo digo por las pocas que he conocido, porque no pertenecen a mi mundo ni mi nivel económico me lo permite) son muy caprichosas y dan mucho trabajo.

Esta película viene “al pelo” por nuestra situación actual. El protagonista no puede salir de casa en cuarenta días, hasta que se le suelde el hueso roto. La situación es la excusa ideal para que todo “cotilla” o “fisgón” pueda observar la vida de sus vecinos, “la vida de los otros”. Claro está que a veces puedes ver cosas que no deberías haber visto. Y hasta aquí puedo contar.



2) La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) de Don Siegel.  El protagonista es el doctor Miles Bennell (Kevin McCarthy), un médico de provincias que regresa al pueblo de Santa Mira tras un congreso médico. Al llegar se encuentra con una situación extraña: algunos de sus pacientes acuden a él asegurando que un pariente cercano (cónyuge, padre o hermano) no es quien dice ser, que tiene su apariencia y sus recuerdos, pero que carece de afectividad. Al cabo de uno o dos días ese mismo paciente acude a la consulta asegurando que todo ha vuelto a la normalidad y que no hay nada de qué preocuparse.

Bennel recibe la llamada de un amigo que, sin darle demasiados detalles, le pide que acuda a su casa. Al llegar, el amigo y su mujer le muestran un extraño cadáver: un cuerpo con la complexión de un adulto, pero sin rasgos definidos, ni tan siquiera huellas dactilares. Poco a poco van descubriendo que los habitantes de Santa Mira están siendo sustituidos por réplicas que nacen en unas misteriosas vainas, sin procedencia verificable; una invasión invisible e implacable en toda regla.

La crítica, en su momento, tacho la película de anticomunista. El enemigo (extraterrestre o comunista) permanece oculto, actuando en la sombra y, tal vez, pueda tratarse de alguien muy cercano, quizá un familiar, por lo que hay que desconfiar siempre de todo y de todos y no bajar nunca la guardia.

Esta paranoia la podemos comparar con la que existe ahora con el coronavirus. Basta ir a por un medicamento a cualquier Farmacia o toser un poco en la calle. Nos advierten para que no te cruces con nadie, no hables, no pasees, no salgas de casa, que vayas a comprar solamente lo imprescindible. ¡Basta ya de tanto acoso mediático-científico!



3) El séptimo sello (Det sjunde inseglet, 1957) de Ingmar Bergman. La película se desarrolla a la vez en dos planos, el real y el alegórico de la lucha del caballero con la Muerte. Antonius Block, un caballero cruzado, regresa con su escudero Jöns a su pueblo natal, en Suecia, después de diez años de ausencia en las Cruzadas. Se encuentra con una comarca diezmada por la peste. La figura de la Muerte se le aparece para reclamar su vida. Antonius decide retar a la Muerte a una partida de ajedrez, y con ello ganar tiempo para así encontrar un acto cuya ejecución le dé sentido a su vida antes de morir.

¡Cómo me fascinó esta película en mi juventud! Aquella partida de ajedrez ante la muerte y que Max Von Sydow, recientemente fallecido, no podía ganar de ninguna forma. Cuando yo tenía doce o trece años dieron un ciclo de Bergman proyectando la mayor parte de su filmografía en la 2 de TVE. Las películas eran versiones originales suecas subtituladas al español. Mis padres aburridísimos y desconcertados se iban a dormir y me dejaban solo en el sofá ante la televisión. Allí vi: asesinatos, violaciones, incestos, mujeres desnudas, sexo, crisis matrimoniales y a los protagonistas hacerse muchas preguntas filosóficas que se ha hecho el hombre desde el principio de los tiempos y que no parece que tengan respuesta. Pues bien, esto también fue parte de mi formación.



4) El ángel exterminador (1962) de Luis Buñuel. Un grupo de burgueses de la Ciudad de México es invitado a una cena en la mansión de los Nóbile, después de asistir a la ópera. Mientras, los sirvientes y los cocineros sienten muchos deseos de abandonar la mansión y se marchan. Al terminar la cena, los invitados se dan cuenta de que no pueden salir de la habitación por una razón misteriosa totalmente desconocida, aunque aparentemente no hay nada que lo impida. A medida que van pasando los días, el alimento y la bebida empiezan a escasear, los anfitriones y los invitados enferman, la basura se acumula y duermen donde pueden. A partir de ese momento, la etiqueta, las buenas costumbres y la cordialidad poco a poco se acaban perdiendo y los burgueses se comportan como auténticos salvajes.

Curiosa película que de joven no entendí demasiado bien. Nos basta el confinamiento actual que sufrimos para captar todos los matices del film, también lo absurdo del encierro que lleva dentro de sí la historia. Nuestro “Ángel exterminador” parece ser que es el Covid-19 y por supuesto nuestros gobernantes.



5) Fahrenheit 451 (1966) de François Truffaut. La película se sitúa en una sociedad posterior al año 2010, en donde la tarea de los bomberos ya no es la de apagar incendios sino la de quemar libros, ya que, según su gobierno, leer impide ser felices a los hombres porque los llena de angustia; al leer, empiezan a pensar, analizan y cuestionan su vida y la realidad que los rodea. El objetivo del gobierno es impedir que los ciudadanos tengan acceso a los libros, pues vela para que éstos no cuestionen sus acciones y rindan en sus trabajos.

En este contexto se encuentra Guy Montag (Oskar Werner), un bombero que en principio no cuestiona estas leyes y está dispuesto a cumplirlas. Durante el transcurso de la película Montag conoce a una muchacha, Clarisse McClellan (Julie Christie), quien le cuenta que a ella y a su familia los consideran "antisociales” porque piensan por sí mismos. Al principio, Montag la tacha de loca, pero es esa joven la que empieza a generar en él la duda sobre si verdaderamente es feliz, además de despertar su curiosidad sobre los libros que quema. Montag comienza a leer, y esto implica no sólo ir contra las leyes que antes no ponía en tela de juicio, sino que comienza a darse cuenta de la realidad que lo rodea, de la infelicidad en la que está inmerso, tanto en su vida laboral como matrimonial.

Extraordinaria película a la que Truffaut supo dotar de una ambientación futurista lineal y aséptica, que potencia la sensación de frialdad en las relaciones de los personajes. El film todavía se deja ver con gusto y produce mucha inquietud. Nos recuerda las grandes quemas de libros realizadas por los nazis. Muy poético el final cuando encuentran el bosque de “los hombres libro”. También es muy recomendable leer la novela de Ray Bradbury en la que está basada.




6) El último hombre vivo (The Omega Man, 1971) de Boris Sagal. Durante una terrible guerra entre la URSS y China, como parte de los ataques bacteriológicos se ha liberado un virus que acaba siendo mortal, y que ha exterminado a la población mundial. Robert Neville (Charlton Heston), un científico militar de la ciudad de Los Ángeles, había preparado a tiempo una vacuna que se inyectó y que le salvó de la muerte. Han sobrevivido también unos centenares de individuos que se llaman a sí mismos La familia, liderados por Jonathan Matthias (Anthony Zerbe), a los que los agentes biológicos les han causado una hipersensibilidad a la luz, por lo que se esconden durante el día en el subsuelo de la ciudad, y salen a la superficie durante la noche. Sienten la necesidad psicótica de acabar con todo lo que tenga que ver con la ciencia y la tecnología, a las que consideran causantes de la guerra. Por ello, cada noche intentan entrar en el lugar donde vive Neville para matarlo, pero éste se atrinchera y se defiende con todos los medios a su alcance.

La vi muy jovencito (tenía once años) y me impresionó. La película a ojos de un adulto hoy sería malucha, de serie B, como La fuga de Logan (1976) que comento a continuación. Cada domingo Neville se vestía de gala y preparaba una suculenta cena, descorchaba una botella de buen vino y se sentaba a la mesa. Era importante no caer en la desidia y no perder los buenos usos sociales. Frente a él estaba sentado un maniquí femenino con la que conversaba. Otra de sus actividades era jugar solo al ajedrez. Pues bien, quien me iba a decir que estos últimos domingos iba yo a repetir las mismas acciones ‒solo me falta el maniquí‒. Los puntos de conexión entre el pasado y el presente, como decía Steve Jobs, han acabado por unirse.



7) La fuga de Logan (Logan's Run, 1976) de Michael Anderson. Es el año 2274, una catástrofe ha diezmado la vida en la Tierra. Algunos supervivientes viven en una cúpula gigantesca (Dallas Market Center, derruido en 2006) construida por sus antepasados en las cercanías de la ex capital de Estados Unidos, que los tiene aislados del mundo exterior. El mantenimiento de la vida está a cargo de computadoras, y los habitantes llevan una vida dedicada al ocio y el placer. 

Para mantener estable el número de habitantes, la reproducción se realiza por clonación, pero la longevidad está limitada a los 30 años de vida. Llegada dicha edad, hay que someterse a una ceremonia semirreligiosa llamada el Carrusel que se celebra en un anfiteatro, para desaparecer flotando en el aire entre las aclamaciones de los otros habitantes más jóvenes. En el Carrusel, existe la esperanza del Renacimiento, la creencia de que si un ciudadano ha obedecido las leyes se reencarnará en un clon que le sustituye (parecida a la creencia en la reencarnación hindú). Si alguien desobedece, por el contrario, se considera que "desaparece para siempre".

Pero algunos ciudadanos quieren vivir más tiempo y no tener que someterse al suicidio voluntario e intentan huir. Las computadoras que rigen la ciudad han creado una especie de policía para evitarlo compuesta de ciudadanos a los que se conoce como Vigilantes.

¿Cómo puedes obligar a alguien a morir a los treinta años? Yo me sentía cómplice y simpatizante de los fugados. Seguramente vista con los ojos de hoy es una película tan infumable como la anterior. Lo que nos pasa actualmente es que nadie quiere morir, ni siquiera a los noventa años. La salud se ha convertido en la nueva religión, los médicos de bata blanca en los nuevos sacerdotes y los Hospitales en las nuevas iglesias.



8) Matrix (1999) de los hermanos Wachowski (Cuando se rodó la película eran hombres, hoy son mujeres. Cosas de los americanos.). Thomas A. Anderson (Keanu Reeves) es programador informático de día y un jáquer llamado Neo de noche. Lleva toda su vida intuyendo que hay algo más, que hay algo que falla en la vida que lleva y esa duda se ve reafirmada con un mensaje recibido en su computadora: «Matrix te posee». Así, Neo comienza la búsqueda desesperada de una persona de la que solo ha oído hablar: otro jáquer llamado Morfeo (Laurence Fishburne), alguien que puede darle la respuesta a las preguntas que persigue: ¿qué es Matrix? y ¿por qué lo posee?

Morfeo y su equipo, al darse cuenta de que sus enemigos están buscando a Neo, deciden entrar en contacto con él. Trinity (Carrie-Anne Moss), amiga de Morfeo, lo conduce hasta él. Pero para obtener las respuestas que busca debe renunciar a su vida anterior y a todo lo que había conocido hasta ahora. El símbolo de dicho proceso es aceptar tomar una píldora roja; en cambio si toma una píldora azul ésta lo devolverá a su mundo actual sin que recuerde nada de lo sucedido. Neo acepta tomar la pastilla roja para descubrir que es en realidad Matrix. ¡Ay la curiosidad humana!

De la película se hicieron dos continuaciones: The Matrix Reload (2003) y The Matrix Revolutions (2003) ambas prescindibles. Realidad, ficción y sueño se mezclan entre sí logrando atrapar a espectador y que éste se formule preguntas: ¿Vivimos en un sueño? ¿La realidad es realidad tal y cómo la conocemos o es una simulación? ¿Nos controlan sin que nosotros lo sepamos? A mi entender la película es una atractiva actualización del “mito de la caverna” platónico que está explicado en su obra La República, fragmentos 514a-521c. y cuya lectura resulta muy interesante e instructiva.



9) La doctrina del shock (The Shock Doctrine, 2009) de Michael Winterbottom. Es un documental basado en el libro de Naomi Klein del mismo título. Su argumento es que el capitalismo neoliberal se alimenta de los desastres naturales, de la guerra y el terror para establecer su dominio. En ese “estado de shock” la población será más partidaria de que alguien ponga “orden” aunque se le pida a la población que realice enormes sacrificios; limitando su libertad y sus derechos individuales a cambio de seguridad.

El documental propone que las políticas económicas del Premio Nobel Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago han alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares. Pone varios ejemplos: el primero de ellos el golpe militar de Augusto Pinochet en Chile el 11 de septiembre de 1973.



10) La teoría sueca del amor (The Swedish Theory of Love, 2015) de Erik Gandini. En Suecia, la mayoría de los beneficios del estado de bienestar están conectados con el individuo y buscan promover su autonomía individual, mientras que en otros países las instituciones del estado de bienestar están más centradas en los hogares. En Suecia esta ideología se llamó “individualismo de estado”. La película examina de qué manera esto ha afectado a la sociedad sueca desde los años sesenta.​

Internacionalmente Escandinavia es vista como “la sociedad perfecta”, un modelo a seguir, un ejemplo de los mayores logros que los humanos pueden alcanzar... ¿Es esto cierto? El documental trata de penetrar en las grietas de esa perfección escandinava y de examinar los lados disfuncionales de esta sociedad en apariencia tan perfecta.

Es un perturbador documental sobre la tremenda soledad a la que ha llevado ese nefasto experimento de la socialdemocracia sueca, a la que yo tenía idealizada, hasta hace unos años. Sin lugar a dudas necesitamos autonomía personal pero no es menos cierto que el contacto y la relación con “el otro” son fundamentales para un adecuado desarrollo psicológico y emocional de la persona.

A modo de conclusión: como recapitulación a este artículo, sobre películas y al anterior sobre libros para afrontar el confinamiento, quiero remarcar que las películas de miedo o de terror siempre se han propagado mejor y han tenido un excelente caldo de cultivo en tiempos de crisis. El pánico, lo sabemos todos, paraliza y hace que tengas menos capacidad de respuesta, menos capacidad de defensa ante los abusos del poder. Como dice la filósofa Marina Garcés, “el control social será uno de los grandes ganadores de esta pandemia”.

Hay muchos científicos a favor del confinamiento pero otros muchos de nivel mundial que son contrarios y a los que no se les ha escuchado. Por ejemplo a Wolgang Wodarg, epidemiólogo y expresidente de la Comisión de la Salud del Consejo de Europa; Manuel Elkin Patarroyo, descubridor de la vacuna contra la malaria; Pablo Goldsmith, prestigioso virólogo; Luis Enjuanes investigador del CSIC, por citar solamente unos cuantos y no extenderme en demasía. Nuestro planeta es víctima de un nuevo fenómeno sociológico, el acoso científico-mediático al ciudadano.

Para Emilio Lledó (29/03/2020) “el ciudadano debe ser capaz de plantearse las preguntas propias de una mente libre: quién nos dice la verdad, quién nos engaña, quién quiere manipularnos”. 

Las preguntas que os formulo son estas, pero si no os gustan, puedo haceros otras como diría mi admirado Groucho Marx:

a) La gripe estacional del año 2018 afectó a 800.000 españoles y dejó 15.000 muertos. ¿Os llegó alguna noticia? ¿Alguna alarma o alerta se disparó? ¿Los servicios sanitarios se declararon desbordados? Entonces todos los años deberíamos vaciar los supermercados.

b) La famosa alarma de la gripe A del año 2009 hizo ganar millones a la industria farmacéutica. ¿Sabéis que ha producido la décima parte de muertes que una gripe estacional “normal”?

c) Hay que tener cuidado con el coronavirus y tomas medidas de protección adecuadas, racionales y proporcionales, pero ¿Ello justifica el confinamiento de personas y ciudades instalando una histeria colectiva?

d) ¿El miedo no es una plaga en sí? La calma no vende mascarillas, respiradores, ni provoca un gasto descomunal en vacunas. ¿Evitar la enfermedad para convertirnos a todos en enfermos?

e) ¿Por qué mueren tantas personas en Italia y España en comparación con Alemania o Corea? ¿No será que nuestro, tan cacareado, sistema de salud es de cartón piedra? Basta con ver las estadísticas del número de camas y ucis por países para entenderlo. Otro sapo que nos han colado, como en su momento fue lo del “Rey campechano”. Llevamos años de recortes sociales y sanitarios. Ahora es cuando se han notado más.

f) En Europa hay 800.000 muertes al año por contaminación ambiental. ¿Dónde ha sonado la alarma que no la he oído?

g) ¿Quién puede medir los daños psicológicos, emocionales y físicos de mantener a una población aislada y lejos de sus seres queridos? ¿Cómo ha afectado esto a nuestro sistema inmune?

No me deja de sorprender de qué manera tan fácil nos hemos dejado quitar las libertades básicas de golpe y porrazo. Libertades y derechos constitucionales que nos han costado décadas y generaciones conseguir y a las que todo el espectro político de izquierdas se le llena la boca a la hora de defenderlas.

Estamos inmersos en una sociedad distópica en la que la tecnología servirá (sirve) para vigilar, controlar, someter y confinar a la población en vez de para mejorarles sus vidas.

Y mientras consumimos terror y miedo a través de las plataformas televisivas, y aceptamos toda esta locura y nos vamos preparando para la próxima alarma que justifique un siguiente estado de encierro, el ejército ocupa tranquilamente las calles.

FILMOGRAFÍA y BIBLIOGRAFÍA

Michael Anderson, La fuga de Logan, MGM, USA, 1976, 120 minutos.

Javier Aymat, La histeria interminable, Diario Tierra, 22/03/2020.

Ingmar Bergman, El séptimo sello, Suecia, 1957, 96 minutos. VOSE.

Ray Bradbury, Fahrenheit 451, Minotauro, Barcelona, 2019.

Luis Buñuel, El ángel exterminador, México, 1962, 93 minutos.

Juan Cruz, Géraldine Schwarz: “La espiral de pánico es peligrosa”, El País, 06/04/2020.

Erik Gandini, La teoría sueca del amor, Suecia, 2018, Documental, 90 minutos.

Marina Garcés, El control social será uno de los grandes ganadores de la pandemia, El Diario de la Educación, 02/04/2020.

Alfred Hitchcock, La ventana indiscreta, Paramont Picture, USA, 1954, 112 minutos.

Naomi Klein, La doctrina del shock, Planeta, Barcelona, 2012.

Concepción Pérez García, Matrix. Filosofía y Cine, Madú Ediciones, Asturias, 2006.

Françoise Truffaut, Fahrenheit 451, Universal Pictures, RU, 1966, 112 minutos.

Hermanos Wachowski, Matrix, Warner Bros, USA, 1999, 131 minutos.

Boris Sagal, El último hombre vivo, Warner Bros, USA, 1971, 98 minutos.

Don Siegel, La invasión de los ladrones de cuerpos, Walter Wanger Productions, USA, 1956, 80 minutos.

Michael Winterbottom, La doctrina del shock, Documental, Renegade Pictures, UK, 2009, 79 minutos.

Comentarios

  1. Tomàs,

    Quan estava confinat a la caserna, durant el servei militar,
    vaig llegir, en VO, brave new world, d'Aldous Huxley,
    molt recomanable.

    De rear window, una escena en que es baixa el gosset amb una cistella lligada a una corda, s'ha fet viral una foto del confinament actual, però amb menys "glamour"
    https://www.schnauzi.com/senora-desliza-perro-balcon-atado-correa-no-salir-calle-cuarentena/
    https://jnpickens.files.wordpress.com/2014/08/fire-escape.jpg

    He vist la majoria de les pelis que suggereixes, les més modernes no.

    records

    JL

    ResponderEliminar
  2. Quiero hacer unos comentarios a algunas de las preguntas que planteas Tomás.


    a) La gripe estacional del año 2018 afectó a 800.000 españoles y dejó 15.000 muertos. ¿Os llegó alguna noticia? ¿Alguna alarma o alerta se disparó? ¿Los servicios sanitarios se declararon desbordados? Entonces todos los años deberíamos vaciar los supermercados.

    Esta información veo que varia depende quién la pública. Está claro que los laboratorios ven incrementadas sus grandes ganancias con nuevas vacunas. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones. No soy partidaria de las vacunas por desconfianza. Eso no quiere decir que esté en contra.


    c) Hay que tener cuidado con el coronavirus y tomas medidas de protección adecuadas, racionales y proporcionales, pero ¿Ello justifica el confinamiento de personas y ciudades instalando una histeria colectiva?

    No, no creo que lo justifique..... pero, en teoria, si confiáramos plenamente en nuestros gobiernos y especialistas sanitarios, cosa que dudo, y ellos determinan que ha de haber un confinamiento total, no deberíamos entrar en pánico. Simplemente estaríamos convencidos que es la mejor opción.

    El problema reside en la desconfianza, ganada a pulso, por todos ellos. Sin distinguir colores. Al hilo de la muerte de Aute, ya él en 1979 ( creo) hizo una canción que se titulaba: La belleza habla sola. Premonitoriamente de los políticos de entonces; una estrofa dice:

    "Míralos como reptiles, al acecho de la presa, negociando en cada mesa maquillajes de ocasión. Siguen todos los raíles que conduzcan a la cumbre, locos porque nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban de profetas, y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza".

    Un abrazo,

    Ana C.

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    Respuestas
    1. M'agrada molt el teu comentari Ana C.
      Me gustaría añadir que se puede confiar en los científicos tanto como en cualquier otra persona; lo que no debería hacerse es creer, para eso ya estaba la religión.

      Suficientes científicos de talla discrepan de la versión oficial de los virus y de la pandemia de SARS-CoV2 pero no se oye su voz pues los medios de comunicación están politizados como bien se pudo comprobar con el tema del "proces".

      Por otro lado ya se sabe suficiente de los intereses que predominan en la ONU, eliminación del dinero físico, teletrabajo, reducir la movilidad, acceso a toda nuestra información, vacunarnos masivamente, revolución industrial 4.0, implementación del 5g, etc. Y están dispuestos a hacerlo todo en unos pocos años.
      En 2019 los supuestos benefactores de la humanidad ya practicaron un simulacro de pandemia global por un coronavirus. Ellos mismos lo anuncian en una web. "201 event"
      Me dezoriinoo!

      Salut.

      Manel B.

      Eliminar
  3. Quin article més interessant Tomàs!
    Estic convençut que en aquest Estat ens estant bombardejant informativament amb el covid-19 com en pocs altres.
    Hem de recordar que junt amb Itàlia som els països pobres més grans d'Europa. Arruïnats i sense teixit tecnològic i empresarial potent ( de nou recordo aquelles grans paraules "España va bien"), fills del totxo i el turisme, ara necessitem reestructurar el país com cap altre...i ho estàn fent a base d'hòsties amb aquesta eina nova anomenada pandèmia, dissenyada per la OMS després de llargues discussions com molt bé explica en Germán Velázquez, exdirector de l'agència pel medicament de l'OMS. Aquell any, el 2009, quan el Wolgang wodarg va dir que amb aquelles modificacions es podria declarar pandèmia fins i tot els esternuts.

    Salut companys.

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