(L504) Las uvas de la ira (1939)
John Steinbeck, Las uvas de la ira (1939)
Un clásico de la
literatura que tenía pendiente leer pero para el que no encontraba el momento
adecuado. Gracias a la elección que hizo el Club de Lectura de Martorell os lo
puedo traer al blog. John Steinbeck
(1902-1968) fue un escritor norteamericano al que se le concedió
el Nobel de Literatura el año 1963 y el Premio Pulitzer por la novela que os
traigo hoy.
Sus críticas al capitalismo
y a las pésimas condiciones de la clase trabajadora le valieron la repulsa de
la crítica literaria americana, que lo acusó de sentimentalismo y de que sus
obras estaban a medio camino entre la propaganda y la creación artística, y del
establishment político y económico
que lo veía como a un izquierdista.
Argumento: la
narración comienza con una bonita descripción de los campos de cultivos en
todas sus estaciones. El viento hace que el polvo entre en las casas y se
deposite en las cosechas de maíz echándolas a perder.
Tom Joad le pide a un
camionero que lo lleve, vuelve a casa de sus padres. Las preguntas del curioso
camionero lo molestan. Ha estado preso en la penitenciaría del Estado por
homicidio. Asistimos a las peripecias de una tortuga para atravesar una carretera.
Tom se la encuentra y la envuelve en su chaqueta, pretende llevarsela como
regalo a sus hermanos pequeños. En el camino se topa con un antiguo predicador,
Jim Casey, que ha perdido la fe porque que le atraían demasiado las mujeres.
Conversan bajo la sombra de un árbol y beben whisky. Ambos se dirigen caminando
a la casa de los Joad pero cuando llegan no hay nadie.
Los campesinos pueden
conservar la tierra si consiguen comer y pagar la renta. Pueden hacerlo hasta
que un día pierden la cosecha y se ven obligados a pedir dinero prestado al
banco. Los enviados del banco les dicen que como no pueden pagar la renta se
han de ir. El sistema de arrendamiento ya no funciona. Un hombre con un tractor
puede sustituir a doce o catorce familias. No saben dónde ir, les dicen que
vayan a California donde el clima es bueno y hay montones de naranjas por
recoger. Llegan los tractores, “monstruos que aran y fecundan la tierra sin
pasión ni amor”; y si queda algún arrendatario que todavía no se ha ido le
hunden la casa.
El reverendo Casy y Tom
encuentran la propiedad de los Joad abandonada. La casa medio derruida y el
pozo seco. Sus habitantes han recogido sus enseres y se han marchado. Un viejo
llamado Muley es el único que no se ha ido y les dice que su familia se ha
trasladado a casa de su tío John. Esa noche los tres comen un par de conejos que
había cazado Muley mientras hablan de lo sucedido. Durante la noche se acerca
un coche que seguramente ha debido ver la fogata. Se esconden estirados en los
surcos de algodón y duermen en el interior de una cueva. Mientras tanto, la
familia está recogiendo algodón para reunir algún dinero y emigrar al Oeste ya
que también van a desahuciar al tío John.
En las afueras de las
ciudades, en campos y solares vacíos, se venden coches de segunda mano,
verdaderos cacharros. Vendedores sin escrúpulos endosan a los incautos
compradores que los necesitan para irse a California. Antes del amanecer, Tom y
Casy, se pone en marcha en dirección a la casa del tío John. Muley no ha
querido acompañarlos a pesar de que su familia se marchó a California hacía
unos meses. Cuando llegan el padre de Tom está preparando el auto para irse.
Los padres y los abuelos los reciben con alegría y desayunan todos juntos. El
reverendo, apremiado por la familia, bendice la mesa.
La familia piensa vender
todo lo que tienen y echarse a la carretera. Hay más de dos mil millas hasta
California y han comprado un camión por setenta y cinco dólares. Los granjeros
venden todo lo que tienen por unos cuantos dólares: arados, herramientas, los
carros y los tiros. A lo que no han podido vender o llevarse le prenden fuego.
La madre le dice a Tom que teme que lo que han visto en los anuncios de los
periódicos no sea tan bonito como dicen. Tom le contesta “no te preocupes y
vive día a día”. Matan los dos cerdos que tienen y salan su carne colocándola
cuidadosamente en barriles. Empaquetan la ropa y los cacharros de cocina que
les harán falta para el gran viaje. El abuelo quiere quedarse en la que
considera su tierra y tienen que emborracharlo para llevárselo. A primera hora
de la mañana parten en el camión, atestado hasta los topes, doce personas
camino de la California prometida…
Comentario:
excelente novela la que os comento hoy. No pensaba que me gustaría tanto y me
la he leído, a pesar de su extensión, en poco más de una semana. Es una novela
de pensamiento, de crítica social (son los capítulos que yo llamo didácticos),
estos describen el funcionamiento del mercado de trabajo, de los bancos y del
capital; también nos dicen que la única cosa que pueden hacer los trabajadores
para no morirse de hambre es unirse. “Dos es más que uno”. Su indignación por
cómo viven los pobres es una indignación ética más que política. Describe
también, sin piedad, lo que se considera hacer negocios que no es más que
engañar a los pobres incautos y necesitados.
Pero la novela posee algo
más, es una novela con alma, posee sentimiento (soul) (son los capítulos que yo llamo líricos). En estos se no describe
la belleza de la naturaleza, del cambio de las estaciones, del campo en todo su
esplendor. Nos enseñan como se ha de vivir, cuales son los valores por los que
vale la pena seguir adelante.
Por último encontramos
los pasajes dialogados en lo que los personajes se expresan por sí mismos.
Están plagados de coloquialismos, donde queda reflejada su habla, su slang, propio de la falta de educación.
El más instruido de todos es Tom, porque estuvo en la cárcel y allí aprendió a
dibujar y a escribir.
La estructura de la
novela se divide en tres partes: 1) La sequia y los preparativos del viaje. 2)
El viaje en sí mismo. 3) La llegada a California y sus consecuencias. Este
viaje se hace a través de la mítica carretera 66. Es el camino del Éxodo, de la
esclavitud, la pobreza y la explotación, hacia la liberación de la tierra
prometida. La novela está llena de pasajes religiosos pero toda ella trasluce
un descreimiento: “las oraciones nunca han traído tocino”.
La verdadera catalizadora
de todo es el inconmensurable personaje de la Madre. Ella es quien, ante la
pasividad del padre y el tío John ─los hombres adultos de la familia─, toma el
mando de las operaciones. Dice qué se ha de hacer y cuándo. Dónde ir en busca
de trabajo y cuándo quedarse en un lugar. Su principal preocupación es que la
familia coma y que no se separe, que permanezca unida; porque esto es lo único que
poseen. Son como esos animales que se protegen y refugian en la manada de los
ataques exteriores.
Es muy graciosa y
sugerente la metáfora de la tortuga con su caparazón a cuestas que inicia su
viaje, lenta pero incansable, como la familia Joad, hacia una nueva tierra.
A todos los emigrantes se
les llama, por extensión, Okis, que son los procedentes de Oklahoma, pero en un
tono despectivo, que equivale a llamarlos harapientos y muertos de hambre. Los
campamentos de chabolas que levantan improvisamente se denominan Hoovervilles,
en honor al Presidente Hoover (1929-1933) que era quien gobernó los Estados
Unidos durante la terrible crisis de 1929. Durante el New Deal del Presidente Roosevelt (1933-1945) se crearon los
llamados Campamentos del Gobierno para que estas gentes en constante movimiento
tuvieran un refugio donde reponerse unos días.
La traducción de María
Coy Girón es muy esmerada y a mi entender muy lograda. Es una novela bonita pero
muy dura. El sufrimiento de los personajes nos llega y golpea sin piedad. No
quiero hacer spoiler así que dejo que
vosotros mismos comprobéis su belleza y el efecto “catártico” que produce en el
lector.
BIBLIOGRAFÍA
John Ford, Las
uvas de la ira, 20th Century Fox, USA, 1940, 129 minutos.
Luis Matías López, El
origen de “Las uvas de la ira”, El País, 02/07/2007.
Justo Navarro, Emigrantes
épicos, El País, 14/11/2002.
John Steinbeck, Las uvas de la ira, Cátedra, Madrid, 2007,
págs. 612.
Hola Tomás,
ResponderEliminarNo he llegit el llibre, però he vist la pel.lícula repetidament al llarg dels anys en V.O.S.E.(títol original en anglès The Grapes of Wrath) realitzada per John Ford l'any 1940.
La pel·lícula va ser nominada a sis Oscars dels quals en va rebre 2: al millor director i a la millor actriu secundària (Jane Darwell), que en fa una interpretació immillorable!!
https://ca.m.wikipedia.org/wiki/El_ra%C3%AFm_de_la_ira_(pel%C2%B7l%C3%ADcula)#/media/Fitxer%3AEl_ra%C3%AFm_de_la_ira.jpg
He gaudit molt llegint el teu comentari, Tomás. Moltes gràcies ������������������������
Odile
Enviat des del meu iPad