(L526) Sangre de amor correspondido (1982)

Manuel Puig, Sangre de amor correspondido (1982)

Séptima novela que comento del escritor argentino Manuel Puig (1932-1990), muerto prematuramente a los cincuenta y siete años de infarto agudo de miocardio. Tenía su misma edad cuando leí el libro y contuve la respiración.

Argumento: la última vez que se vieron fue en el baile de Cocotá, ciudad del estado de Río. Ella tenía quince años. El pueblo no tenía más de seis mil habitantes. Era un baile con música de Roberto Carlos. Ella lo esperaba en la plaza, o a la salida de la iglesia, porque era muy católica, luego la llevaba a su casa y se quedaba. “Le servían un cafetito, o un bife, de aquellos que a él le gustaban y se quedaba hasta la doce hablando”. Estaba la madre y la abuela. Pero la noche del baile se fueron a un hotel y al día siguiente quedaron citados. “Él llegó tarde y ahí se quedaron conversando, peleando, discutiendo, él se quería escapar, y todo el mundo se le vino encima, la madre, y se le vino encima la abuela, «¡No abandone a mi hija!», toda esa historia. Y él siempre escurriéndosele”. Pero no volvió nunca más. 

Llevaban tres años de novios. Ella quería que estudiase para ingeniero pero él le dice que “las finanzas no le llegan” y que se quiere marchar del pueblo “fue entonces que ella le entregó aquello, pensando que así lo amarraba”.

Juegan el partido para el campeonato entre el Club de Deportes Cocotá y el Náutico de Teixeira. Él estuvo brillante marcó los goles del triunfo y a la siguiente mañana cogió el autobús hasta Baurú donde pedían personal para la CESP (Compañía Eléctrica del Estado de San Pablo). “Dieciséis horas de viaje nada más llegar se quería volver, añoraba a los compañeros del Club, pero no tenía dinero”.

Josemar recuerda que eran “una porretada de hermanos”. Él era el tercero, pero el padre siempre lo mandaba a trabajar, le tenía una especie de manía. Ella le dice que sabe el porqué, porque era diferente, más blanco, no tenía la cara de indio como los demás, “era más lindo todavía que los hijos del dueño del campo”.

Así que pasó una infancia difícil y a los doce años se tuvo que ir a vivir con una tía. Solamente volvió, ya mayor, con su automóvil, un Gordini, y entonces fue cuando vio a María da Gloria a quien espera a la salida del colegio…

Comentario: Sobre el nítido y vasto fondo de Río, Manuel Puig revive toda una historia de amor adolescente en una remota localidad del Brasil campesino. Los dos protagonistas solos, y ya mayores, reviven los hechos en la distancia y se preguntan sobre lo que pasó. Se interrogan y responden el uno al otro, afirmando y negando hechos y situaciones que han quedado falseados por la memoria. Tornándose así míticos, leyendas que solo sirven para consolar la vejez.

El protagonista Josemar va narrándonos la historia y es interpelado por María da Gloria, por su madre y por Azucena y Gloria, otras dos pretendientes que tuvo, en una telaraña de idas y venidas, reproches y fantasías que edulcoran, aunque no hace falta, una historia de amor adolescente, que suelen ser las mejores o las que nos dejan las huellas más profundas. Aunque quizás el único lugar en donde el amor de verdad puede ser correspondido es en la escritura.

BIBLIOGRAFÍA

Pamela Bacarisse, Sangre de amor correspondido de Manuel Puig: subjetividad, identidad y paranoia, Universidad de Pittsburgh, Revista Iberoamericana, 1982.

Rogelio Demarchi, Una lectura de Puig (4). Relaciones personales, relaciones peligrosas, Argentina, Crítica, CL, 04/07/2013.

Suzanne Jill Levine, Manuel Puig: Edipo ronda La Pampa, Universidad de California, Santa Bárbara, Revista de Literatura nº 31, Enero-Junio 2012, pp. 48-64.

Manuel Puig, Sangre de amor correspondido, Seix Barral, Barcelona, 1982. 

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