(G255) Restaurante Avenir (Barcelona)
Restaurante Avenir (Barcelona)
Un restaurante situado en
las proximidades del trabajo nos sirvió de buena excusa para juntarnos, hablar
y ponernos al día. Lo que cada vez nos resulta más difícil por lo complicado de
cuadrar nuestras agendas, por motivos diferentes eso sí, pero por trabajo y
obligaciones en ambos casos. Avenir,
carrer l'Avenir, 72, 08021 Barcelona, está a cargo del dúo formado por Roger Viñas en la cocina y Chesco Salrach en la sala.
Su cocina es de fondos,
de concentraciones. Es una casa de comidas, realista con la situación actual del
mercado gastronómico. En Avenir se puede comer perfectamente por treinta o
treinta y cinco euros. Nos ofrecen una serie de platillos a la carta y tres
Menús. De los menús nos decantamos por el mediano que nos pareció suficiente
para tener una idea amplia de lo que es su cocina. El local no es demasiado
bonito pero por sus propuestas gastronómicas se merecen una visita.
Empezamos al centro de la
mesa con unos Ajos confitados, unos Mejillones con tomate, Boque-choa, Bombón
de anguila al “all i pebre”(fotos).
Todos ricos, pero destacó por encima de los demás el bombón.
Seguimos con los
platillos más consistentes. Pez Escolar a la Meuniere (foto). Curiosa elaboración con la mantequilla en forma helada (enfriada con hidrogeno líquido). Caballa curada con “ajoblanco” de coco i laurel al
curry (foto). Plato muy bueno y
conseguido.
Vieira a la carbonara,
con crema de beicon y bull blanco (foto).
Muy bueno y delicado. Suquet de pescado con habichuelas (foto). Bueno.
Ravioli relleno de
calamar relleno (foto). Curiosa
elaboración. Cap i pota de sipia (foto).
Una combinación de mar y montaña exquisita.
Cordero con sabayón de
ajos tiernos y picatostes de pan (foto).
Correcto.
Lástima que los postres
bajaron considerablemente el buen nivel que llevaba la comida. Mini pastel de
queso (foto) y Crema chocolate con
avellanas y bizcocho (foto). Muy
flojos.
La comida se desarrolló
sin pan. Para beber elegimos un Albariño. Sacabeira 2019 (foto) de la enóloga Iria Otero en el
Valle de Salnes. No es un típico albariño al uso ya que su mineralidad, obtenida de los suelos graníticos, amortigua su ramillete floral, lo que permitió
acompañar perfectamente los platos de carne. El vino se deja macerar sobre sus
lías durante diez meses. En nariz se descubren claros aromas frutales, a fruta
blanca, cítricos, aromas herbáceos y flores blancas. Posee ese fondo salino
inconfundible de los albariños.
Terminamos con dos cafés.
Los entretenimientos finales de acompañamiento sin demasiado interés. Precio del Menú 50
euros, más bebidas y café. Fecha de la visita 25 de mayo de 2022.
PUNTUACIÓN: 6,5-7
Ohhhh, "estèticament lleig", doncs per la foto publicada, a mi no m'ho sembla pas!
ResponderEliminarBueno, gustos son gustos...
Alícia F.