(567) La belleza del marido (2001)
Anne Carson, La belleza del marido (2001)
Vuelve la poesía al blog (de donde nunca se había ido) con una escritora canadiense que está últimamente
muy en boga. Anne Carson (Toronto, 1950)
es una poeta en lengua inglesa que entre múltiples premios tiene el Princesa de
Asturias de las Letras 2020.
El libro que comentamos es su aclamado La belleza del
marido (The Beauty of the Husband, A
Dictional Essay in 29 Tangos, 2001). Un ensayo sobre la idea de Keats de
que la belleza es verdad y es también la historia de un matrimonio. Se cuenta
en veintinueve tangos. Un tango (como el matrimonio) es algo que hay que bailar
hasta el final. La historia del matrimonio se cuenta a través de diversas
escenas con saltos en el tiempo y que constituye la historia de una relación
que empieza en la adolescencia, se consagra en una boda temprana y acaba en
divorcio debido a las constantes infidelidades del marido.
De los dos cónyuges
sabemos muy poco. Nunca se citan sus nombres. Ella ha sido una joven ingenua pero culta, aficionada a escribir. Él ha sido al parecer muy guapo –aunque
nunca se nos describe su físico-, locuaz, seductor, aficionado a los juegos de
guerra y perdidamente mujeriego. Se nos habla también de un tal Ray, amigo del
marido y paño de lágrimas de la esposa. Toda la historia se construye a través
de un espacio de intimidad en la que la voz de ella resuena en la ausencia de
él, pasando del detalle episódico a la meditación moral, apoyándose a menudo en
referencia literarias y filosóficas ‒recordemos que Anne Carson es una
brillante especialista en clásicas y se gana la vida enseñando griego antiguo‒
siempre muy precisas y perfectamente engastadas en la corriente de emoción que
atraviesa los poemas. Pero más que el matrimonio, el asunto que se explora en
el libro es el deseo, "el deseo como movimiento indeseable en sí mismo".
En tiempos de crisis social y personal que mejor cosa que refugiarnos bajo el cobijo la poesía. Solo ella nos salvará de la debacle. Porque en lo demás creemos que estamos a salvo pero no hay ningún refugio. Adapto a mi estilo una frase de Torrente Ballester: “Cuando los hombres, a fuerza de Ciencia, hayan alcanzado el colmo de la infelicidad, solamente los poetas podrán restituirlo a lo verdaderamente humano”.
Cuando escribí este comentario estaba en un momento
de especial sensibilidad y la poesía me llegaba más profundamente que en otras
ocasiones. El libro de Carson es diferente, muy original, culto y bello.
Algunas imágenes poéticas del mismo dejan una fuerte sensación en el lector, como
si lo electrizara. El enamorado busca en las palabras decir lo indecible. He
seleccionado los poemas y fragmentos que más me han gustado para vosotras. Como
decía Baudelaire en Les fleurs du mal:
“¡Qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! ¡Qué pequeño a los ojos del
recuerdo!” (Ah! Que le monde est grand a
la clarté des lampes! Aux yeux du souvenir que le monde est petit!).
Poemas (fragmentos)
II
Leal a nada
mi marido.
¿Entonces por
qué le amé desde la temprana adolescencia hasta entrada la madurez
y la sentencia de
divorcio llegó por correo?
La belleza. No tiene
mucho secreto. No me da vergüenza decir que le amé por su belleza.
Como volvería a hacerlo
Si se acercara. La
belleza convence. Ya sabes que la belleza hace posible el sexo.
VII
Mi marido mentía en todo.
Dinero, reuniones,
amantes,
Dónde habían nacido sus
padres,
la tienda donde se
compraba las camisas, la grafía de su propio nombre.
Mentía cuando no hacía
ninguna falta.
Mentía cuando ni siquiera
le convenía.
Mentía cuando sabía que
sabían que mentía.
Mentía cuando con ello
les rompía el corazón.
Mi corazón. El corazón de
otra. A menudo me pregunto cómo acabó ella.
VIII
Solía decir. «El deseo
duplicado es amor y el amor duplicado es locura.»
La locura duplicada es
matrimonio
Añadí
Cuando el sarcasmo se
enfrió, sin intención de establecer
Una regla de oro.
XI
Era en clase de latín,
primavera tardía, al final de la tarde, perifrástica pasiva,
por alguna razón me giré
en mi sitio
y ahí estaba él.
Ya sabes, dicen que un
carnicero zen hace un solo corte preciso y el buey entero se derrumba
como un puzle. Sí un
tópico.
y no pido perdón porque
como digo yo no tuve la culpa, estaba sin escudo
cara a cara con la
existencia
y la existencia depende de la belleza.
Al final.
La existencia no parará
Hasta que alcance la
belleza y entonces ahí seguirá con todas las consecuencias hasta el final.
XXI
Me
muevo por la inercia adquirida en otra vida (escribió el marido).
El
cuarto está frío. Tengo que deshacer la maleta. Pero no aún. Ya casi
Es
de noche. Otra sin ti iba a decir pero eso sería demasiado suave.
Otra.
Sigo
aferrado a los fundamentos del amor que intenté, si nuestro amor.
No
estarás de acuerdo. Pero mira en tu interior. Veras un mundo
Viajando
en silencio por el espacio. Con dos motas. Somos
Indisolubles.
¡Tres minutos de realidad! Es todo lo que pedí.
XXII
¿Por
qué tristeza? Este fluir del mundo hacia su fin. Por qué en tus ojos...
BIBLIOGRAFÍA
Anne Carson, La belleza del marido. Un ensayo narrativo
en 29 tangos, Lumen, Barcelona, 2020.
Eduardo Lago, Anne Carson: “La gran paradoja es
escribir con placer sobre algo trágico”, El País,
04/05/2019.
Andrés Seoane, Anne Carson: “La poesía es el espacio
que hay entre dos realidades”, El Cultural,
24/05/2020.
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