(L581) A contrapelo (1884)

Joris-Karl Huysmans, A contrapelo (1884)

Un clásico francés que tenía pendiente leer. Joris-Karl Huysmans (1848-1907) empezó en las filas del naturalismo como discípulo de Emile Zola para formar parte de la ruptura decadentista y acercarse al simbolismo. Baudelaire y Verlaine son sus modelos.

Argumento: de la familia de los Floressas Des Esseintes “que en tiempos aún no demasiado lejanos fue numerosa y que ocupaba casi todos los territorios de l’Île-de France y de la Brie, sólo quedaba con vida un único retoño, el duque Jean, un joven debilucho de treinta años, anémico y nervioso, de mejillas hundidas, ojos de un frio azul metálico, nariz respingona y recta, y manos secas y endebles”.

Durante su infancia sus padres apenas le prestaron atención. “Los criados eran viejos y aburridos. El muchacho, abandonado a sí mismo, se entretenía curioseando entre los libros, en los días de lluvia; y, cuando hacía bueno, se pasaba las tardes caminando por los campos”.

Cursó estudios en un internado de los jesuitas. Al llegar a la mayoría de edad toma posesión de su fortuna. Primero frecuenta a gente anciana, después a jóvenes como él y después a hombres de letras con los que pensaba encontrar “una mayor afinidad de ideas y sentirse más a gusto”. Pero resultó ser un espejismo. Se sintió desanimado por la mezquindad y el rencor de esa gente y el bajo nivel de educación.

“Su desprecio por la humanidad fue en aumento; comprendió que, en resumidas cuentas, el mundo estaba poblado, en su mayor parte, por bribones y por imbéciles. Sin lugar a dudas, no le quedaba ya ninguna esperanza de encontrar en el prójimo aspiraciones y odios similares a los que él sentía, ninguna esperanza de acoplarse con una inteligencia que se complaciera, como la suya, en una laboriosa y esmerada decrepitud, ninguna posibilidad de poner en relación a un espíritu agudo y refinado como el suyo, con el de un escritor o un hombre instruido”. (...) “Ya desde entonces soñaba en una Tebaida refinada, en un lugar desértico confortable, en un arca inmóvil y acogedora donde pudiera refugiarse lejos del incesante diluvio de la estupidez humana”.

Sus sentidos hartos de exceso y aletargados dejaron paso a la idea de esconderse lejos del mundo, de encerrarse en un apacible retiro. Rejunta lo menguado de su patrimonio asegurándose una renta suficiente y se compra una casita en Fontenay-aux-Roses que reforma y amuebla abandonando París...

Comentario: À Rebours se convirtió, sin que el autor lo pretendiera, en una especie de Biblia de la sensibilidad estética “decadente”, y el personaje de Des Esseintes, en el guía y el modelo de esta sensibilidad aristocrática, exigente, profunda y refinada.

La prensa de la época empleó el término “decadente” como etiqueta o calificación despectiva para designar a estos artistas rebeldes y anticonformistas que cultivaban la melancolía, el refinamiento y el cinismo crítico frente a las normas y valores sociales. “Haz a los demás lo que no quieras que ellos te hagan a ti; si aplicas esta máxima, llegarás lejos”.

“Odiaba también, con todas sus fuerzas, a las nuevas generaciones, esa oleada de horribles patanes que sienten la necesidad de reír fuerte de hablar dando voces en los restaurantes y en los cafés, que empujan a uno en la acera de la calle sin pedir perdón, y le lanzan las ruedas de un cochecito de niño contra las piernas (hoy son sus perros y sus excrementos), sin decir nada, sin presentar ninguna disculpa”.

Su comportamiento va unido al dandismo. El dandi se rebela contra la mediocridad y vulgaridad y el conformismo del ambiente social, y quiere cultivar su originalidad personal actuando con cinismo, refinamiento y extravagancia en su manera de vestir, de pensar y de vivir.

Los poemas de Baudelaire y las Aventuras de Arthur Gordon Pym de Poe tienen un lugar especial en su biblioteca. Des Esseintes, el protagonista, va caminando “a contrapelo” y “contra corriente” de las ideas que imperaban en el mundo y en la sociedad de su época; proyectando una mirada crítica sobre el entorno en el que se mueve, y replanteándose en cada momento, con sinceridad y lucidez, las etapas de su evolución artística y espiritual.

El primer traductor al español fue Germán Gómez de la Mata. En la introducción al libro Blasco Ibáñez escribe que se siente impresionado ante las “páginas magistrales” que aparecen en muchos capítulos de la obra. “Hay descripciones en este libro –señala– que sólo pueden ser designadas con el título de sinfonías: la “sinfonía de los perfumes”; la “sinfonía de las encuadernaciones”; la sinfonía de las flores raras; etc.”

À Rebours pertenece al género de lo que se conoce como “novela de artistas”, un tipo de novelas iniciado por los románticos alemanes (Heinse, Schelegel, etc.) en las que se planta el problema del arte y del artista en el mundo moderno, y se defienden los valores y las aspiraciones transcendentes del arte frente a la racionalización, el utilitarismo y el materialismo de la sociedad burguesa.

Des Esseintes acaricia la vida a contrapelo, haciendo todo lo contrario de lo que hacen sus semejantes, poniendo en tensión su imaginación, para corregir la realidad, sustituyendo lo natural con lo artificial. “almas destrozadas y en ruina, a las que el presente tortura, el pasado repugna y el futuro asusta y desespera”.

A ojos de un lector actual la obra ha perdido vigencia y algo del fuelle que tuvo en su época. La novela traspira una angustia ante la soledad radical del hombre. En la penúltima página Huysmans nos dice: ‒“¡Derrúmbate, pues, sociedad! ¡Muérete ya, viejo y asqueroso mundo!”.

BIBLIOGRAFÍA

Karl-Joys Hyusmans, A contrapelo, Cátedra, Madrid, 2007.

Enrique Vila-Matas, Al revés (À rebours) de Joris-Karl Huysmans, 17/04/2010.

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