(L610) Jane Eyre (1847)
Charlotte Brontë, Jane Eyre (1847)
Os traigo a la mayor de las tres hermanas Brontë. En este caso a Charlotte
Brontë (1816-1855). Las tres hermanas tienen en común
el haber escrito al menos una gran novela cada una y haber muerto jóvenes de
tuberculosis. Parece ser que lo victoriano vuelve a estar de moda entre algunos jóvenes.
Argumento: en
un día de lluvia y tormenta del mes de noviembre, Jane, una niña de diez años
está mirando un libro. “Cada estampa me sugería una historia, a veces
misteriosa para mi entendimiento poco desarrollado, pero siempre profundamente
interesante, tan interesante como las que nos relataba Bessie en las noches de
invierno, cuando, por casualidad, estaba de buen humor. Entonces, llevaba al
cuarto de los niños la mesa de plancha y, mientras preparaba y encañonaba los
encajes nos permitía sentarnos cerca de ella y alimentaba nuestra ansiosa
atención con relatos de amor y de aventuras, sacados de antiguos cuentos de
hadas y de romances más antiguos aún –como descubrí más tarde– de las páginas
de Pamela y Enrique, conde de Morelanda”.
Jane es maltratada por el
señorito John, cuatro años mayor que ella. La señora Reed la ha recogido, mejor
dicho su tío Reed al quedar huérfana la llevó a su casa pero éste murió. La
señora Reed, a pesar de la promesa que hizo a su difunto marido de cuidar a la
niña, no la quiere. Después de una pelea con su primo la encierran en el
“cuarto Rojo”. Allí cree ver fantasmas y se desmaya. A la mañana siguiente se
encuentra en la cama atendida por el boticario. Ha tenido una depresión
nerviosa. Vive en la mansión familiar de “Gateshead Hall”. Pasados unos meses
recibe la visita del señor Brocklemust, director del colegio Lowood donde han
decidido internarla.
El día de su marcha
solamente se despide de la criada Bessie, única persona de la casa que la
apreciaba. La escuela de Lowood era un lugar inhóspito donde están internas
unas ochenta muchachas de todas las edades. Jane siente admiración por el porte
de la señorita Temple, que ejercía de Directora de la escuela. “Vista a la luz
del día resultaba más bella y arrogante. Sus ojos eran oscuros, de expresión
suave y sombreados por largas pestañas que realzaban lo blanco de su frente; el
pelo negro, recogido en bucles, según la moda de aquel tiempo, en que no se
usaban ni los bandós lisos ni los rizos largos, y su vestido, también a la moda
de entonces era de paño granate con guarniciones de terciopelo negro. Llevaba
colgado un reloj de oro, cosa poco corriente en aquella época; añadamos a todo
esto unas facciones delicadas y un cutis pálido y fino, y nos haremos idea del
aspecto de la señorita Temple”.
En el colegio, debido a
su ubicación en unas marismas y a la pésima alimentación, se produce una
epidemia de tifus que diezma la escuela. Su mejor amiga, Helen Burns, que
estaba delicada de salud, muere. El número de víctimas y la insalubridad del
lugar llamaron la atención de todo el mundo. Se construyó un nuevo edificio en
un lugar de clima más apropiado y gente más humanitaria se hizo cargo de la
inspección.
En la nueva institución
pasa ocho años. Se ha convertido en profesora y decide ofrecerse como
institutriz en una casa particular para lo que pone un anuncio en el periódico.
Recibe la contestación de la señora Faifax quien le ofrece trabajo para educar
a una niña de diez años y un sueldo de 30 libras anuales. Una vez instalada en
la mansión de Thonsfield hace buenas migas con la niña que se llama Adèle y con
la señora Faifax que resulta ser el ama de llaves. Han pasado tres meses desde
su llegada. Un día, de camino a Correos, Jane ve pasar a un caballero a quien
su caballo derriba. Ella intenta ayudarlo pues se ha dislocado un pie. De
vuelta a la mansión Jane se lleva una sorpresa. El caballero al que ayudó es el
señor Rochester, el dueño de la casa.
Comentario:
sin lugar a dudas la Inglaterra de la primera mitad del siglo XIX no era un
lugar demasiado amable para niños huérfanos. No solamente nos lo muestra
Charlotte Brontë en esta novela sino que tenemos las obras magistrales de
Dickens (David Cooperfiel, Casa Desolada, u Olivert Twist). Huérfanos a quienes el hambre, el frio y toda clase
de penalidades los esperan.
El clima de Lowood es
durísimo: “El frío era intensísimo y tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano
para tirarme de la cama y vestirme temblando”. “El día resultaba durísimo para
estar al aire libre, y, aunque no llovía, la niebla amarillenta oscureció la
atmosfera y el suelo apareció cubierto de charcos por la lluvia del día
anterior. Las chicas más resistentes estaban en pleno movimiento, pero unas
cuantas, pálidas y anémicas, trataban de resguardarse del frío refugiadas en la
galería, y, a pesar de ello, temblaban, escuchándose constantemente el timbre
seco de las toses”.
Y la comida pésima:
“Desfallecida y hambrienta como yo me encontraba, me abalancé sobre aquel
mejunje sin saber lo que era; más en cuanto probé dos o tres cucharadas, fue
tal la repugnancia que sentí que me produjo verdaderas náuseas; porque las
gachas quemadas tienen el sabor de patatas podridas y ni con el hambre más
espantosa se pueden tragar”. (…) “Pero en aquel momento llamaron para almorzar
y todas entramos. El olor que llegaba del refectorio no era mucho más apetitoso
que el del desayuno. La comida estaba servida en dos grandes fuentes de metal,
olía a manteca rancia, y consistía en patatas sosísimas en pedazos de una carne
dura y extraña, todo ello cocido al mismo tiempo. Sirvieron a cada chica una
ración abundante y yo comí lo que pude, preguntándome si todos los días
comeríamos igual”. (…) “Poco después de la cinco nos dieron una especie de
merienda, que consistía en una jícara pequeña de café y media rebanada de pan
moreno. Lo tomé con deleite, pero hubiera necesitado mucho más de ambas cosas,
pues aún estaba hambrienta. Tuvimos luego media hora de recreo, y más tarde,
después de tomar el pedazo de torta de avena y el vaso de agua, rezamos las
oraciones de la noche y nos acostamos”.
Hay en la novela una
incipiente rebeldía de la protagonista, un protofeminismo podríamos llamarlo
así. Jane es una mujer que no quiere ser mantenida, ni tampoco ser una mujer
objeto, quiere ganarse su sustento. “Sería un alivio para mí –pensé– saber que
puedo tener cierta independencia; no me es posible permitir que el señor
Rochester me componga como una muñeca, viviendo como una segunda Dana (la madre
de la niña Adèle) y viendo caer diariamente sobre mí un chaparrón de oro. (…)
Si tengo la esperanza de aumentar algún día el capital del señor Rochester me
resultará más tranquilizador consentir que ahora me sostenga él a mí”.
Es una obra que se ha
convertido en un clásico de la literatura inglesa y ha sido elogiada por su
exploración de temas como la independencia femenina, la moralidad y el amor. Pero
sobre todo y lo que atrapa al lector es el misterio, la aventura, lo
desconocido, lo terrorífico que desde la llegada de Jane intuye que esconde la
mansión de Thonsfield. Un buen ejemplo de novela gótica, mezclado con novela de
huérfanos, de aventuras y a la vez de pasiones amorosas conjugadas con la gran tozudez de los
protagonistas. ¿Qué más se puede pedir?
BIBLIOGRAFÍA
Inmaculada Arboleda
Guirao, Jan Eyre. Reseña,
Cartaphilus 6 (2009), 229-231. Revista de Investigación y Crítica Estética.
ISSN: 1887-5238.
Charlotte Brontë, Jane Eyre, Plaza & Janés, Barcelona,
1977. (Fragmentos págs. 43, 44, 45, 48, 49 y 260).
Lola Jaqueline Carrillo
Elkin, Origen del feminismo en la novela
victoriana, Universidad Rey Juan Carlos, Madrid,
Curso 2017/2018.
Antonio Martínez Asensio,
'Jane Eyre', una novela deslumbrante,
Cadena Ser, Un libro una hora, 29/01/2023.
Ángela Rubira Micó, Análisis de los temas presentes en
Jane Eyre y su relación con sus paralelos en la Inglaterra victoriana y en la
vida de Brontë, 19/05/2016.
Robert Stevenson, Jane Eyre, USA, 20th Century Fox, 1944, 97 minutos. (V.O.)
Una vez más has hecho un estudio brillante.
ResponderEliminarJame Eyre es una magnífica escritora. Su escritura y sus historias te atrapan.
Gracias, Tomás, por compartir.
Adelaida
Les germanes Brontë es converteixen en un lloc literari entranyable, al qual tornes i retornes sense cansar-te'n. Fa poques setmanes, amb un grup de lectores amigues, hem fet un recorregut pels llocs de Haworth on elles van viure. Quina coincidència trobar aquest post, Tomàs!
ResponderEliminarHe trobat molt encertada la selecció dels fragments comentats.
Dolors P.