(L657) San Camilo, 1936 (1969)
Camilo José Cela, San Camilo, 1936 (1969)
Os traigo una novela del, en otro tiempo, controvertido escritor gallego y Premio Nobel de Literatura el año 1989, Camilo José Cela (1916-2002). Todo un personaje, un trepa, un delator durante la guerra civil y el franquismo, amigo de Fraga Iribarne, pero al que no se le puede negar su maestría y capacidad literaria para fabular. Aquí "juzgamos" los libros, no a las personas que los escriben.
Argumento: “A
la casa de la calle de la Madera le dicen la Sociedad de Naciones porque allí
hay de todo, moras, alemanas, belgas, francesas, portuguesas, de todo, la sala
de espera tiene un banco pegado a la pared todo alrededor, parece la sala de
espera de tercera clase de una estación de ferrocarril, en las paredes no hay
cuadros pero sí dos rótulos en esmalte de porcelana, blancos y con las letras
en azul, en uno dice visita 7 pts. y en el otro en esta casa no se hace el
francés, esto es mentira, en la Sociedad de Naciones se hace el francés aunque
no lo pida el cliente, a las chicas les es más cómodo escupir que andarse
lavando, el alma se puede escupir por la boca, lo más que puede pasar es que se
la lleve el diablo, pero el corazón no puede lavarse ni en casa ni en el tinte,
el corazón encoge, ¡agua al nueve! ¡Aparta guarra! ¿No ves que voy con prisa?”
“En el retrete del cine
Pleyel, los usuarios se ha ido entreteniendo en llenar las paredes de
inscripciones, La Novia de Luisito es más puta que las gallinas, Viva el rey,
Caga tranquilo caga contento pero hijoputa cágate dentro, Cabrón el que lo lea,
Más cabrón es el que lo escribió, Vivan las JSU, Caga el rey y caga el papa y
en este mundo de mierda sin cagar nadie se escapa, Aquí se caga y aquí se mea y
aquí el que tiene tiempo se la menea, No te cagues en la tapa maricón, Viva
Falange Española, Aquí cagó José Sacristán Gutiérrez el 12 de febrero de 1936,
¡viva la república!, La Mascota gomas higiénicas Gato 4, No tirar de la cadena
todo para el jefe, En este lugar sagrado donde entra tanta gente hace fuerza el
más cobarde y se caga el más valiente, El choco de tu hermana, Vivan los mozos
del 35, etc.” (He respetado la puntuación y las grafías del autor).
Uno de los múltiples
narradores de esta novela está obsesionado con matar a Magdalena Inmaculada
Múgica, una puta con la que se acuesta, pero de la que le molesta su olor. Don
Vicente Paneño y su mujer enferma. “la gente habla de que va estallar un
pronunciamiento”. Se está preparando un atentado contra el teniente Castillo.
Las dos hermanas tísicas,
Luipita y Juani, que se dejan magrear en los bailes y en los cines. Matiitas y
su novia Tránsito a quien ha bautizado como Toisha, con la que tiene relaciones
en un meublé. “La capilla ardiente
del teniente Castillo es un hervidero de visitantes que entran y salen (...) el
señor Alonso Mallol dice que de la dirección general de Seguridad no salió
ninguna orden de detención contra Calvo Sotelo”.
Miguel Mercader a quien
le abrieron la cabeza en una trifulca callejera. La Bella Turquesa, vedette de
moda “canzonetista frívola de fama internacional”. Don Genaro Sanemeterio, un
rico de Cáceres. Ginesa la Murciana, una puta con quien se acuesta Senen el
cerillero y don Genaro. Marlene Grey vedette del teatro Maravillas. Don León
Rioja y su señora Matilde “que lleva ya más de diez años enferma, ni se cura,
ni se muere”.
La Engracia es una
revolucionaria. Su novio Agustín “tiene aspiraciones más domésticas”. El tío
Guillermo Zabalegui está ciego y su sobrino Matías Serrano le lee novelas,
“algunas muy picantes”. Raúl Taboada el acompañante de la señora de Sánchez
Somoza está en la cama convaleciente. Ambos fueron sorprendidos por el marido
de ésta comiendo chocolate con churros y les obligó a sentar el culo en una
olla de chocolate hirviendo.
Don Olegario Murciego y
Gregorio Montes suelen ganar dos o tres pesetas cada uno cuando van a los
galgos; Aixa la Mora amiga tangerina de Magdalena Inmaculada Múgica; don
Leoncio Romero y su pierna ortopédica; Juanito Mateo es incansable, en cuanto su
novia, la Leonorcita, se descuida ya está metiéndole mano; el nieto del
Trespatas que está en la cárcel por falsificar moneda.
Los militares se han
sublevado en Marruecos el 18 de julio y el pueblo pide armas...
Comentario:
en este bullicio multitudinario (que puede llegar a saturar al lector) se empieza a colar la realidad histórica de los acontecimientos que
precedieron a la sublevación del 18 de julio, y ahí, como una grieta cada vez
más inquietante y profunda, contemplamos los dos crímenes tradicionalmente
considerados como desencadenantes inmediatos de los acontecimientos: el
asesinato del teniente Castillo (12 de julio) y poco después el de Calvo Sotelo
(13 de julio).
Con estos episodios
concentrados en pocos días, asistimos al derrumbe de aquel mundo que, aunque
imperfecto, representaba la cotidianeidad que ahora se resquebraja, la
irrupción del enfrentamiento y la muerte como seguramente nunca lo pudieron
sospechar aquellos personajes.
Ideológicamente, San
Camilo entra de lleno en el discurso de reconciliación nacional que ya era
común en 1969, tanto entre los exiliados como entre los franquistas menos
fanáticos. El importante libro de memorias de Juan
Simeón Vidarte (1902-1976) Todos
fuimos culpables (1973) o de José María Gironella con Ha estallado la paz (1961) van por ese camino.
“La política no es la
ciencia de machacar al enemigo como si fuera un diente de ajo en el almirez y
ponerlo después a secar al sol, sino el arte de serenar los nervios de todos,
amigos y enemigos, para que la vida siga discurriendo sin mayores agobios ni
más goteras de las precisas, la política es un arte muy humilde que
ensoberbecen los nervios, El país está nervioso, la chispa puede saltar en
cualquier instante, a lo mejor ha saltado ya con estas muertes estúpidas, y el
incendio, si llega a declararse, va a ser difícil de contener, muy difícil,
cuando los incendios no se sofocan antes de que cobren cuerpo y violencia no se
extinguen sino con sus propias y últimas cenizas arrasadas”. (p. 90)
La novela gira alrededor
de sus temas de siempre: el sexo, la humillación, la violencia, el casticismo,
el humor negro, el machismo, lo escatológico y el léxico raro. Cela nos
presenta a un Dios que “ni entra ni sale en lo que hacemos los hombres”. Cuando empiezas a leerlo no resulta fácil, pero una vez has entrado en el libro nos presenta un
microcosmos del Madrid anterior al estallido de la Guerra civil. Se nos
muestra la vida diaria y la cotidianidad de unos personajes sin lustre, como la
mayoría de nosotros, pero que van subsistiendo con sus carencias y
contradicciones como buenamente pueden.
BIBLIOGRAFÍA
Maryse Bertrand de Muñoz,
Estudio de la «voz» en San Camilo,
1936, Université de Montreal, Cervantes Virtual, 1983?
Camilo José Cela, Vísperas, festividad y octava de San Camilo
del año 1936 en Madrid, Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1989.
Angélica
Corvetto-Fernández, San Camilo, 1936 de Camilo José Cela
y Capital del dolor de Francisco Umbral, Espéculo.
Revista de estudios literarios. UCM, 2002.
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