(L655) El percherón mortal (1946)

John Franklin Bardin, El percherón mortal (1946)

Hace poco que he descubierto a un estupendo autor de novela negra norteamericano. John Franklin Bardin (1916-1981) pasó desapercibido en su momento pero ha sido reivindicado en lengua española por Guillermo Cabrera Infante. La traducción, magnífica, por cierto, es del escritor argentino César Aira del que hemos comentado en el blog varias de sus novelas.

Argumento: Jacob Blunt visita al doctor George Matthews, psiquiatra, para que dictamine si está loco o no. Hay unos hombrecillos parecidos a los duendes irlandeses que le dan órdenes. Uno le dice que lleve un hibisco en la solapa, otro que reparta monedas de veinticinco centavos, otro que silbe una melodía en el Carnegie Hall. Por esos pequeños trabajos los hombrecillos le pagan. “Son leprechauns. Son oriundos de Irlanda, pero ahora andan por todo el mundo. Durante toda la eternidad han tenido un inmenso tesoro y, hasta hace poco, lo han guardado celosamente. Ahora por motivos privados que Eustace no ha querido decirme, han empezado a distribuirlo. Joe dice que tienen cientos de hombres trabajando para ellos en todo el país. Y algunos son gente importante, según Joe. Gente que uno nunca se imaginaría”.

El doctor Matthews le pregunta por su infancia y por su vida. Jacob es huérfano, tiene veintitrés años, recibe una asignación de mil dólares, por lo que no le falta dinero, hasta que cumpla veinticinco y herede toda la fortuna de su difunto padre. Había llevado una vida muy desordenada, siempre al cuidado de criados, pues su madre murió cuando él era un bebé. Su padre nunca se ocupó de su educación. “John Blunt había sido el último de los grandes piratas de las finanzas”.

Jacob le pide al doctor que lo acompañe puesto que se ha citado en un bar con uno de los hombrecillos, para que compruebe la veracidad de su historia. La acción transcurre en el año 1943. Cuando llegan al bar se encuentran con Eustace, un enano de noventa centímetros, quien le ofrece a Jacob repartir esa noche un percherón a la actriz Frances Raye. El doctor le dice que el enano es un farsante y no un duende y que se puede negar. Le dice que seguramente unos amigos suyos le están gastando una broma. El doctor decide abandonarlo. Esa noche suena el teléfono en casa del doctor, han arrestado a Jacob por el asesino de la actriz Francesc Raye.

El doctor acude a la oficina de policía para ver al teniente Anderson con el que ha colaborado en algunos casos periciales. Éste le pide ayuda, pero cuando vuelve a su casa, donde vive con su esposa Sara, es golpeado en el metro. Matthews despierta en un hospital psiquiátrico aquejado de amnesia donde le dicen que era un vagabundo que recogió la policía y que se llama John Brown. El insiste en que llamen a su consulta y a su casa. La consulta no existe y su mujer se ha mudado de ciudad. Vuelve a pedir que llamen al teniente Anderson. Este les dice que debe ser un impostor ya que el doctor George Matthews se suicidio hacía aproximadamente un año...

Comentario: ¡Qué trama más interesante! Como podéis ver os dejo con “la miel en la boca” y deseosos de saber más. El autor nos despista con este fulgurante inicio. La trama está redactada con el ritmo, la incoherencia y la oscuridad de una pesadilla. Su obra pertenece más al mundo de Edgard Alan Poe y Patricia Highsmith que al de Agatha Christie o Conan Doyle. La esquizofrenia de la madre de Bardin le hizo interesarse por los problemas mentales y el desdoblamiento de la personalidad. Sus novelas están pobladas por personajes asediados por los más variopintos trastornos mentales –de la neurosis a la amnesia–, donde explora la neblinosa línea que separa cordura y locura, fantasía y realidad, con unas tramas envolventes y angustiosas.

El percherón mortal es fascinante, pues hasta las últimas páginas sabe mantener la tensión. Estamos antes un efecto trompe-à-l’oeil (trampantojo), ante una treta para atrapar al lector. Nos tiene totalmente confundidos, ya que a falta de quince páginas para el final todavía no sabemos quien ha sido el asesino de la actriz.

Bardin fue un autor casi desconocido, que en su época (los años 40) no tuvo prácticamente ninguna repercusión, pero que fue recuperado en los años noventa del pasado siglo. Es uno de esos escasos autores que, aceptando las convenciones de la literatura de género, logra trascenderlas mediante la imposición de un clima esquizofrénico y opresivo.

Sus libros han sido traducidos por profesionales de la categoría de César Aira o Miguel Martínez-Lage; fue reivindicado nada menos que por Guillermo Cabrera Infante como uno de los escritores más relevantes de la historia de la novela negra; y Fernando Savater incluyó El percherón mortal en su lista de dieciséis obras maestras del género.

BIBLIOGRAFÍA

John Franklin Bardin, El percherón mortal, Ediciones B, Barcelona, 1996.

Jaime Molina, El percherón mortal, de John Franklin Bardin: suspense psicodélico, Cicutadry, s/f.

Juan Manuel de Prada, Al salir del infierno, ABC, 02/12/2016.

Antonio Rodríguez Vela, El centro del laberinto: John Franklin Bardin, Revista Cultural La Soga, 29/03/2017.

Comentarios

  1. Pues habrá que leerlo, sin duda. Gracias, Tomás, por tu buen análisis y por dejarnos con la intriga de compañera. A ver si este verano le hago un hueco.
    Que paséis unas buenas vacaciones.

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