(L365) Habla, memoria (1967)
Vladimir Nabokov, Habla, memoria (1967)
Se trata de unas
memorias noveladas que abarcan el período europeo de Vladimir
Nabokov (1899-1977) y que van de 1903 a 1940. De la
misma os voy a hacer un pequeño pero esmerado y fidedigno resumen.
CAPÍTULO
PRIMERO. Qué es la vida sino “Una breve rendija de luz entre dos eternidades de
tinieblas” (p. 19). Ataque a Freud: “He saqueado mis sueños más antiguos en pos
de llaves y claves, y permítaseme que declare inmediatamente que rechazo por
completo el vulgar, raido y en el fondo medieval mundo de Freud, con su
chiflada búsqueda de símbolos sexuales (algo así como buscar acrósticos
baconianos en las obras de Shakespeare) y sus rencorosos y diminutos embriones
espiando, desde sus escondrijos naturales, la vida amorosa de sus padres.”
(p.20) Su primera conciencia se produjo a los cuatro años. Las luces de su
primer viaje en tren. En 1905 su madre regresa del extranjero con sus tres
hijos. El padre comprueba que saben leer y escribir en inglés pero no en ruso
por lo que les pone un maestro llamado Vasily Zhernosekov. Cuando venían
campesinos a hacer alguna petición a su padre, que generalmente concedía, a
continuación y como muestra de agradecimiento lo lanzaban al aire tres veces.
CAPÍTULO
SEGUNDO. Los espejismos hipnóticos de sus sueños. Las
letras del alfabeto las ve como coloradas en su audición. Sus numerosas
enfermedades infantiles y su aptitud para las matemáticas. Su madre le regala
un lápiz enorme de un aparador. A su madre le gusta recoger setas. De la casa y
de la comida se ocupa figuradamente una vieja niñera que había nacido en 1830.
Con un personal permanente de unos cincuenta criados, el latrocinio estaba a la
orden del día. La guerra con los alemanes y su exilio a Chequia.
CAPÍTULO
TERCERO. La familia Nabokov se remonta a 1380. Su abuelo
Ministro de Justicia bajo dos zares se casó con una joven alemana, hija del
Barón von Korff. Sus antepasados tienen relaciones con escritores y músicos:
Kleist, Carl Heinrich Graun. Una de sus antepasadas, Anna-Christina Stegelman
prestó su carruaje y su pasaporte en París en 1791 a los reyes de Francia en la
huida de Varennes. Rozhestveno es la casa de sus antepasados donde vivió el
decembrista Kondraty Rileev que fue ahorcado en 1826 y donde Puskin acudió con
dos amigos a celebrar un duelo. Su abuelo materno Ivan Rukavishnikov era un
terrateniente, filántropo e hijo de un industrial millonario. Su tío Vasily Ivanovich
“Ruka” como lo llamaban sus amigos italianos y franceses incapaces de
pronunciar el largo apellido ruso, lo deja heredero de su fortuna al morir en
1916. La revolución rusa se lo llevará todo.
CAPÍTULO
CUARTO. El tipo de familia rusa a la que pertenecía tenía
afición a los productos anglosajones. Aprendió a leer en inglés antes de saber
leer en ruso. El ritual para irse a dormir. La sucesión de institutrices. Mr.
Cummings, el profesor de dibujo. Yaremich un pintor impresionista a quien
sustituye Dobuzhinski.
CAPÍTULO
QUINTO. La llegada de Mademoiselle procedente de Suiza. El
año 1905 a causa de los disturbios lo pasan en el campo. El perro del ama de
llaves y el gran danés Tenka con el que se escapan a la nieve. Mademoiselle era
la profesora de francés. Sus lecturas y dictados de los clásicos. El regular
flujo de su voz. A Nabokov siempre le ha horrorizado irse a dormir.
Mademoiselle estuvo siete años con ellos, su carácter fue empeorando, en las
reuniones familiares se sentía marginada. Además su sordera iba en aumento. La
llegada de un, para ella, insolente preceptor ruso la animó a hacer las maletas
de vuelta a Suiza. A ella le hubiera gustado ser una especie de Madame de
Rambouillet. En 1920 Nabokov la visita en Suiza. Se había sentido toda la vida
desdichada, pero este era su elemento para sentirse viva.
CAPÍTULO
SEXTO. Su afición por las mariposas y las polillas. En el
desván encuentra numerosos libros sobre lepidópteros en varios idiomas. Una
grave pulmonía le quita toda habilidad para las matemáticas pero la mantiene
para las mariposas. En los complicados camuflajes de estas y en su
comportamiento evitativo que va mucho más lejos de lo que pueda apreciar ningún
predador, Nabokov descubre en la naturaleza los placeres no utilitarios que
buscaba en el arte. Su afición por las mariposas es una afición solitaria. Hay
pocas descripciones de mariposas en la poesía. el efecto que produce el cazador
de mariposas en los otros seres siempre es negativo. En sus primeros
descubrimientos quiere poner su nombre a especímenes ya descubiertos
anteriormente. Sus correrías iníciales por los bosques cercanos a su casa. Para
él encontrar mariposas poco frecuentes y verse rodeado del paisaje elegido al
azar es el éxtasis.
CAPÍTULO
SÉPTIMO. El Nord-Express que unía San
Petersburgo con París. Recuerda haber viajado al menos cinco veces. En el viaje
de 1909 iban once personas. Los cables suben y bajan a través de la ventanilla,
las casas huían a toda velocidad, los camareros se tambaleaban con sus
bandejas. Los cambios de velocidad del tren, las noches, el dormir en las
literas, la oscuridad. La llegada a París. El Sub-Express que los deposita
en Biarritz. La villa, el baño, los vendedores ambulantes. Encuentra una
compañera de juegos llamada Colette. En los dos meses que la trata su pasión
aumenta, tienen diez años. Ambos intentan escaparse. Como en un sueño ve la
despedida en París, seguramente arreglada por sus padres. La caja de almendras
garrapiñadas que le regaló solo para él.
CAPÍTULO
OCTAVO. Las institutrices con los años fueron sustituidas
por preceptores rusos. Un profesor de ortografía a quién llamaban Ordo acabó
enamorándose de su joven y bella madre. Uno de sus preferidos era Max, un
polaco estudiante de medicina, que llevaba una pequeña automática en su
bolsillo y era amante aquel verano de una mujer casada. Después tienen a un
protestante de origen judío llamado Lenski, muy buen profesor pero al que han
de defender de sus tías. Les organiza unas sesiones de linterna mágica. Los
niños se aburren soberanamente y el proyecto se abandona. El último año que
Lenski está con ellos se casa. Después monta en Crimea un parque de atracciones
con ayuda de una herencia. Con la llegada de los bolcheviques en 1919 Lenski huye
a París.
CAPÍTULO
NOVENO. El padre de Nabokov (Vladímir
Dimítrievich Nabókov) estudió con institutrices francesas e inglesas y
preceptores rusos y alemanes. Estudió leyes, enseñó jurisprudencia en la
Universidad. Escribió en el periódico liberal Rech y fue elegido en 1906 miembro del primer parlamento ruso. En
1917 durante la fase del gobierno provisional fue secretario ejecutivo del
Consejo de Ministros. Huye a Crimea donde participa en el gobierno local. En
1919 con la llegada de los bolcheviques se exilia con la familia. Vivió en
Londres y luego en Berlín donde fue asesinado en 1922 por un siniestro rufián
encargado de los asuntos de los emigrados rusos. En 1904 escribió un libro
sobre artículos de derecho penal. en 1911 matriculan a Nabokov en la Escuela
Tenishev, una de las más notables de San Petersburgo. En casa Monsier Loustalot
le da clases de boxeo y esgrima. Tenían dos coches: el Benz o el Wolseley. Con
ambos iba al colegio. El padre dimite del gobierno de Kerenski y uno de los
ayudantes le pide un coche robusto por si el presidente ha de huir, lo que le
recuerda a Nabokov a la historia de su antepasada Cristina von Korff en el
episodio de Varennes de 1791. Nabokov no quiere participar en las reuniones y
grupos del colegio. Su padre organiza reuniones clandestinas en su casa de
oposición al Zar. Un diario conservador lo insulta gravemente y reta en duelo
al Director del periódico. El duelo no se produjo, el Director pidió disculpas.
Eso le recuerda la conferencia en Berlín el año 1922 en que su padre protege al
orador (su viejo amigo Milyukov) de las balas de dos fascistas rusos. Derriba a
uno pero el otro lo hiere mortalmente.
CAPÍTULO
DÉCIMO. Las novelas del salvaje Oeste de Mayne Reid,
traducidas y simplificadas eran muy populares entre los niños rusos. La historia
del primo Yuri, hijo de padres divorciados, que era un par de años mayor que
él. Adolescente ya fuma y ha tenido algún affaire
amoroso. Muere en 1919 al atacar un nido de ametralladoras de los rojos. La
lectura de El jinete sin cabeza de
Mayne Reid. Su inocencia al hablar de temas sexuales. El dentista en Berlín. La
visión de Polenka, hija de los cocheros, por la que se siente fascinado.
CAPÍTULO
UNDÉCIMO. En 1914 con quince años descubre un Pabellón
abandonado y se despierta, al contacto con una hoja y la lluvia, su pasión por
la poesía. Se convierte en un joven versificador ruso que imitaba a poetas
mayores y menores. El tema de la pérdida de una amante. “Mi elegía trata de la
pérdida de una amante –Delia, Tamara o Leonore– a la que jamás había perdido,
amado ni conocido, pero que estaba completamente dispuesto a conocer, amar y
perder.” (p. 223)
CAPÍTULO
DUODÉCIMO. Cuando conoció a Tamara con sus ojos levemente
inclinados fruto de una gota de sangre tártara o circasiana. Vivía junto a su
familia en una modesta dachka. Pasean
por los bosques cogidos de las manos. Él le promete que se casarán a los
diecisiete. Hacen novillos de la Escuela, se ven en Museos donde buscan salas
poco frecuentadas y cines solitarios. Nabokov escribió unos versos sobre su
amor y los publicó. Las pocas críticas fueron feroces. En el otoño ella se fue
a la ciudad a buscar trabajo y no la volvió a ver más. La pureza del dolor de
su recuerdo (p. 239) Los bolcheviques toman el poder en 1917. Su padre los
envía a Crimea, zona todavía libre. Se instalan cerca de Yalta. La situación es
confusa. El padre se une a ellos y la ciudad es tomada por los blancos. Las
cafeterías y los teatros están llenos a rebosar, la ciudad está llena de vida.
(Ver Chaves Nogales, El
maestro Juan Martínez que estuvo allí, El Asteroide, Barcelona, 2007). En 1919 los
rojos llegan a Crimea. La familia se tiene que embarcar camino de
Constantinopla. Milagrosamente le han ido llegando cartas de Tamara que ahora
con su huida se perderán.
CAPÍTULO
DECIMOTERCERO. La familia pasa a Grecia y luego a
Inglaterra. Sus hermanos pequeños, Kiril (1911-1964) casado con una belga y que
murió de un ataque al corazón. Sergei (1900-1945) tiene gustos diferentes a él
aunque estudiaron la misma carrera y tuvieron buena relación ya de mayores en
París. Murió en un campo de concentración. Durante los años veinte existe en
Inglaterra y los Estados Unidos una corriente de simpatía intelectual hacia
Lenin y los bolcheviques. Bajo el despotismo del Zar había ideas liberales que
se podían manifestar, jueces independientes y exilios relajados en comparación
con los campos de concentración de Lenin. Ya que sus ideas políticas son
tomadas con ironía y con cierta incredulidad se concentra en la literatura para
preservar el bien más preciado que se ha traído al exilio: la lengua rusa. Sigue
jugando al futbol en la posición de portero. Se siente extraño. No visita la
biblioteca de Cambridge en los tres años que pasa allí. Visita el College años
después, buscando trabajo, habla con sus antiguos profesores.
CAPÍTULO
DECIMOCUARTO. La espiral y la síntesis tríadica de
Hegel. Los rusos blancos exiliados tenían una carta verde y dificultades para
moverse por los países de Europa. Las colonias más numerosas de exiliados rusos
están en Berlín y París. La vida del emigrado y la publicación en diarios y
revistas rusas donde se gana poco. Para sobrevivir Nabokov daba clases de
inglés y de tenis. Los escritores jóvenes del exilio: Vladislav Hodasevich,
Ivan Bunin, Sirin. Sus composiciones de problemas de ajedrez. Ver la de mayo de
1940 cuando están a punto de dejar Europa e Hitler de invadir los Países Bajos:
“Tengo ante mí la hoja de papel en la que, aquella noche en Paris, dibuje el diagrama de la posición del problema.
Blancas: Rey en a7 (que significa primera fila, séptima hilera), Reina en b6,
Torres en f4 y h5, Alfiles en e4 y h8, Caballos en d8 y e6, Peones en b7 y g3;
Negras: Rey en e5, Torre en g7, Alfil en h6, Caballos en e2 y g5, Peones en c3,
c6 y d7. Juegan blancas y hacen mate en dos movimientos. La pista falta, la
“probatura” irresistible es: Peón a b8, donde se convierte en caballo, y a
continuación tres bellos mates en respuesta a los jaques declarados por las
Negras. Pero las negras pueden frustrar toda esta brillante operación renunciando
a hacer jaque a las blancas y llevando a cabo en su lugar un modesto movimiento
dilatorio, en otra zona del tablero”. (p. 291).
CAPÍTULO
DECIMOQUINTO. El recuerdo de otro mes de mayo de
1934 en Berlín cuando nació su hijo. Como esperaban el paso de los trenes
debajo de los puentes con el cochecito del niño. La suciedad de los jardines de
Berlín era el menos grave de los peligros que le acechaban. En 1939 se
trasladan a París y en mayo de 1940 cogen un barco hacia los Estados Unidos.
Comentario:
es difícil hacer una valoración de un libro estrictamente autobiográfico.
Aunque Nabokov siempre escribe a la mayor gloria de sí mismo, en este libro
podemos saber detalles importantes sobre su familia, formación y estudios. Ayudándonos
a comprender un poco sus filias y fobias políticas y por supuesto literarias.
Hay algunos pasajes que sin duda son de una gran belleza.
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