(L437) El desfile del amor (1984)
Sergio Pitol, El desfile del amor (1984)
La reciente muerte de
este escritor mejicano me ha llevado a leer alguna de sus obras. Sergio Pitol (1933-2018)
obtuvo el Premio Cervantes 2005. El sugerente título de El desfile del amor fue lo que me llevó a elegir esta novela, entre toda su obra.
Argumento:
el
personaje principal debe rondar los cuarenta años. Ha dedicado los últimos dos
días a revisar las pruebas del libro en el que trabajó durante los últimos años y
del que no está particularmente satisfecho. Su libro trata del período de las
expropiaciones de las concesiones petrolíferas en México el año 1914. Pensando en
un próximo libro, se interesa por la historia de algunos alemanes nacidos en
Guatemala que perfectamente bilingües realizaban labores de proselitismo entre los alemanes residentes en México.
El narrador se remonta a
la fiesta que dio Delfina Uribe el
14 de noviembre de 1942 y a la que asistió buena parte de la intelectualidad de
la ciudad de México: pintores, escritores, políticos, cineastas, gente de
teatro. Figuras legendarias en su mayoría desparecidas. El motivo fue la
inauguración de su flamante galería de arte. Esa noche hubo unos disparos. Un
alemán muerto y dos nacionales gravemente heridos. Uno de ellos el propio hijo
de Delfina. El historiador Miguel del
Solar, viudo reciente y profesor de Historia Latinoamericana en la
Universidad de Bristol, pretende investigar las circunstancias y pormenores del
crimen que considera muy cercano a él.
Miguel del Solar va a
visitar a su tía Eduviges Briones de Diez Zepeda a la que no ha visto desde
hace doce años. Vive en una casa de Coyoacán de mediados del siglo XVIII.
Durante la visita intenta hablar con ella del asesinato ocurrido en el edificio
Minerva pero no consigue ninguna información nueva. Decide visitar a Delfina Uribe que
vive en una casa de dos grandes cubos luminosos. “La casa tiene un orden severo
y estricto pero no necesariamente frío. Con muebles diseñados por Alvar Aalto.
Con cuadros de Tamayo, Frida Kahlo, Caso, Julio Escobedo y un dibujo de
Matisse. La casa constituía un muestrario de las excelencias de finales de los
años treinta y cuarenta”.
Después de varias
tentativas, consigue entrevistarse con Delfina Uribe a quien le dice que quiere
escribir un libro sobre el papel de México durante la Segunda Guerra Mundial y
las presiones que sufrió para unirse al bando de los aliados. Le comenta el
asesinato del súbdito austriaco Erich Maria Pistauer en su fiesta. Ella dice
que no lo conocía y que siempre pensó que era un crimen político. En la
balacera quedó herido su hijo Ricardo quien ya no se recuperó y murió tres años
después. En una de sus visitas a Delfina, ella está junto a Malú Uribe, su
cuñada; contemplan un reportaje de las fotografías de la velada. Del Solar
accede al atestado policial y a las actas del crimen. En ellas no se hace
ninguna referencia a los otros dos heridos: Ricardo el hijo de Delfina y un tal
Balmorán…
Comentario:
hace
tiempo que no leía un inicio de una novela sudamericana con tan poca gracia, tan
poco empuje y tan falto de espíritu. Cierto es que la novela va ganando
conforme nos vamos adentrando en la trama y nos interesamos por las medias
verdades y ocultaciones de los personajes en la investigación que lleva a cabo
el historiador/narrador Miguel del Solar, pero si tuvieras que juzgar por ese
pésimo inicio no continuarías su lectura.
La idea de Pitol era
escribir una novela policiaca que a la vez fuera histórica, política y de humor. La sitúa durante la época de la Segunda Guerra Mundial en México, por su ambiente convulso y la
presencia de extranjeros procedentes de Europa (exiliados de la Guerra Civil
Española, agentes del Comintern y nazis). Es una novela sobre la confusión de
personalidades Cita mucho a Tirso Molina, un precursor clásico de Pirandello,
precisamente porque nunca se sabe quién es quién. Así las personalidades
ficticias parecen reales.
La estructura de la
novela es muy sencilla. Ya la utilizó Gogol en Las almas muertas: un forastero llega a un lugar y comienza a
visitar una a una a diferentes personas para tratar un tema determinado. La
novela policial lo ha utilizado casi desde el principio; buena parte de las
novelas de Agatha Christie están formuladas de esta manera. La excelente novela
de Eric Ambler, La máscara de Dimitrios,
es el modelo perfecto. En la novela policial el personaje que puede hacer ese
recorrido y lograr que la gente se vea obligada a abrirle las puertas y a
contestar sus preguntas es un funcionario de la policía o un detective privado.
En El desfile del amor es un
historiador con el pretexto de escribir un libro.
Ni que decir tiene que me
esperaba algo más de la prosa de Sergio Pitol. Sobre todo cuando se ha leído
con deleite a otros estupendos autores mexicanos como Juan Rulfo, Carlos
Fuentes, José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Laura Esquivel, Margo Glantz, Fernando del Paso o Elena
Poniatowska.
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