(L470) Teorema (1968)


Pier Paolo Pasolini, Teorema (1968)

De adolescente creo que vi buena parte de la filmografía de Pier Paolo Pasolini (1922-1975). Aquellos personajes jóvenes y púberes que descubrían la sexualidad, el amor y sobre todo la libertad me impresionaron gratamente. Pero no había leído ningún libro suyo. O sea que ya es hora de subsanar esta “deficiencia”.

Argumento: la novela trata de una familia pequeñoburguesa “en sentido ideológico no en el económico. Es, en verdad, el caso de personas muy ricas que viven en Milán”. El primer personaje es el principal accionista de la fábrica, sale en su Mercedes, donde es el Director. Su edad oscila entre los cuarenta y cincuenta años, tiene la piel bronceada y se mantiene ágil y musculoso porque practica deporte desde su juventud.

El segundo personaje es Pedro, hijo del primero, que sale del Liceo Parini (foto) y regresa a casa junto a sus compañeros de clase entre los que hay una rubita que pertenece a su mismo nivel y que, sin duda, es en estos momentos su chica.

La hermana pequeña de Pedro se llama Odetta y vuelve a su casa desde el colegio de las Marcelinas. También tiene un cortejante pero no le hace demasiado caso. “Como los hijos de los pobres, que se vuelve adultos de golpe y lo saben ya todo acerca de la vida, a veces los hijos de los ricos son precoces viejos, con la vejez de su clase”.

Lucia, la madre de Pedro y de Odetta, está en “un rincón sereno y secreto de la casa –dormitorio, o boudoir, o salón íntimo, o galería– con tímidos reflejos del verde jardín” pero está allí como una mujer hastiada.

La familia almuerza al aire libre aprovechando un hermoso día de sol. Tocan a la puerta y Emilia, la criada, una campesina de la Lombardía va a abrir. Es Angelino el cartero que trae un telegrama: “Llego mañana”.

“Pero ya hace un calor de primavera avanzada: se empiezan a recordar los profundos silencios, las ardientes y placenteras horas vespertinas del verano. También acuden a la mente las tardes antiguas, de los siglos pasados (una campana, apenas perceptible, pero nítida, indica el mediodía); los ramajes todavía secos, o apenas veteados por el verde de las primeras hojas, sobre el color herrumbre, sobre el color sangre, sobre el triste amarillo, son apenas como un bozo, más se siente que son la naturaleza, no representada, sino insinuada tras las escenas de piedra de los baptisterios románicos, figuraciones macizas y poderosas de una vida cotidiana, vivida a los largo de los afluentes del Po y, precisamente, caldeada por un sol como éste y circundada por bosquecillos igualmente frágiles y lechosos.”

Es domingo y en la casa hay una fiesta cuyos invitados son casi todos muchachos, compañeros de escuela de Pedro y Odetta, pero también hay señoras: las madres de estos muchachos. Aparece un personaje nuevo y extraordinario para el relato. “Es un joven de extraordinaria belleza; una belleza tan excepcional que hace casi escandaloso el contraste con todos los presentes” y que acabará perturbando a toda la familia. La criada Emilia, el hijo Pedro, la madre Lucía, la hija pequeña Odetta, incluso el padre, todos sucumben ante la belleza del muchacho.

“Inclinado sobre su plato, cada comensal come en silencio. Todos cultivan dentro de sí las secretas miradas de amor hacia el huésped, como algo que sólo a ellos les concierne”…

Comentario: el mundo ha cambiado mucho desde el sesenta y ocho. El clima de libertad y apertura ha desaparecido en aras del miedo, la codicia y la falsa seguridad. El libro es hijo de esa época, su prosa poética es excelente y su “ingenuidad” –llamémosla así– todavía me conmueve. Desgraciadamente ya no se escriben libros así.

Pasolini también era poeta además de novelista y director de cine. Un artista completo, como muchos de sus antecesores del Renacimiento italiano.

En esta obra explica las transformaciones que provoca la llegada de un enigmático personaje (el Otro, el extranjero) a la casa de una familia de la alta burguesía milanesa. Para Pasolini, en ese contexto, el revolucionario mensaje ha de pasar por el sexo: una zona liberadora que se revela en su elementalidad revolucionaria en el interior de un hogar que hasta ese momento lo ha contenido y disimulado para conservar el orden burgués. El visitante sacude el dogmatismo y la vida monótona burguesa de esta familia.

El único compañero que lleva el visitante es un libro de poesía de Rimbaud. La interpretación política del libro es que sin las clases populares la burguesía no puede subsistir.

Algunos críticos han creído ver la figura del Mesías, también la de un sofista que pone en jaque toda la estructura de relaciones de la familia que quedará perdida y convulsa tras su marcha. El visitante, es también el intelectual, aquel que sacude el conformismo y la normalidad en la que esta familia se encuentra sumida; así, el extranjero tiñe a la realidad de inconformismo y anormalidad.

Por lo tanto, el teorema de Pasolini demuestra que el Otro, el extranjero, también puede ser visto como un detonador de acción, como puerta y posibilidad de transformación, el Otro es también el agente de una conciencia crítica.

BIBLIOGRAFÍA:

Pier Paolo Pasolini, Teorema, Edhasa, Barcelona, 2005.

Iván Suárez Martínez, Crítica de “Teorema”, Ultramundo, Revista Pulp, 21/03/2016.

Lior Zylberman, El teorema de Pasolini, Revista Sans Soleil - Estudios de la Imagen, Nº4, 2012, p. 132-137

Comentarios

  1. Tomas, m'ha agradat molt el comentari que has fet al teu blog del llibre "Teorema" d'en Pier Paolo Passolini que recentment has llegit.

    També he vist les seves pel.lícules fa molts anys. Algunes d'elles les hauria de revisionar perquè gairebé les recordo.

    Odile

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