(G221) Restaurante Alba Granados (Barcelona)

Restaurante Alba Granados (Barcelona)

Nos acercamos a este bonito restaurante en este céntrico y concurrido paseo barcelonés lleno de curiosas tiendas, hoteles, bares y restaurantes. Alba Granados, Carrer Enric Granados, 34, 08036 Barcelona posee un local espléndido, amplio, con una decoración luminosa, algo recargada, eso sí, rayando lo Kitsch. La estética de la sala principal es neoyorkina, con una gran bodega y una cocina a la vista. Los butacones de piel comodísimos. En ellos pasamos un rato estupendo hablando y sobre todo comiendo y bebiendo.

Como aperitivo de la casa una Ensaladilla rusa, simplemente correcta. De primeros compartimos un Tartar de atún de Almadraba con aguacate, algas, jengibre y wasabi fresco (foto), muy rico. Le siguieron unas croquetas de carn d’olla y otras de sipia (foto), mejores las segundas que las primeras.


Los platos principales consistieron en Pulpo a la brasa con papada ibérica, espárragos trigueros, parmentier de patata y huevo poché (foto), bueno y sobre todo contundente, casi aniquilador. Solomillo de vaca vieja “Frisona” con parmentier de patata y mantequilla de trufa (foto), la carne muy buena. Creo que su cocina abusa del socorrido puré de patatas.


Como estábamos ahítos compartimos el postre. Tarta tatín de manzana. Muy buena aunque nos la presentaron en un plato rojo que la desmerecía porque hacía daño a la vista.

Para beber un vino de la DO Monsant. El Pispa 2019 (foto) de la bodega Vinos del Paseante. Se trata de una garnacha negra 100%. En boca tiene el punto áspero de la garnacha pero con un final redondo. Es un vino donde hay un equilibrio perfecto entre la fruta madura, los toques minerales y las notas de torrefacto. Permite un maridaje tanto de carnes rojas como de arroces o pescados a la plancha. Lo que encontré abusivo, por parte del restaurante, es que triplicarán el precio del vino en tienda.

El pan de coca con tomate y aceite (foto), bueno. El café con hielo (foto) y unos chupitos más que aceptables: fray Angélico con hielo y orujo de hierbas, ─regalos de la casa─, animaron el final de la comida.

La música que nos acompañó fue la de Michael Bublé. Versiones clásicas como La vie en rose (1946) junto a la vocalista Cécile McLorin Salvant en un disco del año 2018; Where Or When (1937) o Help Me Make It Throught The Night (1970) de Kris Kristofferson, esta última a dúo con Loren Alfred. La voz de Bublé recuerda en algunos momentos a la del joven Frank Sinatra.

Precio a la Carta entre 55/65 euros por persona, bebidas incluidas y café. Fecha de la visita 25 de mayo de 2021.

PUNTUACIÓN: 6,5

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