(L509) Tiempos recios (2019)

Mario Vargas Llosa, Tiempos recios (2019)

El escritor de esta semana no necesita presentación pues quien más quien menos ha leído alguna obra suya. Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) es un grande la literatura universal. Independientemente de las opiniones políticas que tenga: liberal en lo social y conservador en lo político. Os traemos una de sus últimas novelas.

Argumento: Sam Zemurray y Edward L. Bernays son dos emigrantes judíos que viven en los Estados Unidos. El segundo era algo así como el inventor de las Relaciones Públicas. El año 1948 empiezan a trabajar juntos. El primero es el director de la United Fruit Company que tiene muy mala fama, tanto en los Estados Unidos como en Centroamérica. Contrata a Bernays como relaciones públicas de la empresa para mejorar esa imagen. En los años siguientes, Bernays, lo acerca al mundo aristocrático de Boston y a las esferas del poder político. Los ricos de Boston tenían prejuicios y eran por lo general antisemitas, pero el dinero abre todas las puertas.

Durante el período de Juan José Arévalo (1945-1950) en Guatemala saltan las alarmas de la United Fruit. Mandan a Bernays a comprobar que está ocurriendo en el país. En su informe dice que el riesgo de que Guatemala se vuelva comunista es mínimo pero que los deseos de su presidente de convertirla en una democracia moderna pueden ir en contra de los intereses de los Estados Unidos y de la United Fruit en particular. El gobierno guatemalteco ha elaborado una ley antimonopolio calcada de la norteamericana que garantiza la libre competencia lo que junto al pago de impuestos, los seguros médicos y las jubilaciones de los trabajadores, disminuirán considerablemente el beneficio de la empresa. Otro problema será el riesgo de contagio de los países vecinos como Colombia.

Para frenar esta situación, Bernays, propone crear un clima en la opinión pública americana, a través de la radio y la TV, de que Guatemala es un problema y de que está a punto de caer en manos comunistas. La acción se hará no a través de los diarios de derecha sino de los progresistas y demócratas, gracias a los contactos que tiene Bernays. Todo ello ha de salir de la prensa liberal para que la opinión pública obligue al gobierno a actuar. La llegada de la guerra fría hizo el resto. Los corresponsales de los periódicos norteamericanos visitaban Guatemala, se alojaban en el Hotel Panamericano y desde allí enviaban sus crónicas. Se habían entrevistado con empresarios, políticos, militares y religiosos locales que aleccionados por Bernays confirmaban los temores.

Martita Borrego Parra es la única hija del matrimonio formado por Arturo Borrero Lamas, joven jurista de buena familia y Marta Parra, proveniente de una familia de bodegueros y panaderos de origen italiano. Después del nacimiento de Martita, la madre permaneció “alunada” el resto de su vida. En la fiesta de “quinceañera” de Martita, el año 1949, el doctor Borrero descubre que su hija está embarazada. El responsable fue su amigo el doctor Efren García Ardiles, veintiocho años mayor que Martita. Arturo Borrero lo obliga a casarse para evitar el escándalo. A partir de entonces decide no volver a ver más a su hija. El futuro de Martita, llamada Miss Guatemala, estará ligado a Carlos Castillo Armas, golpista que tomará el poder después de la renuncia de Árbenz, y al dictador Trujillo, cuando se vea obligada a huir a la República Dominicana para salvar su vida.

Jacobo Árbenz Guzmán (1913-1971) está obsesionado con el suicidio de su padre, un farmacéutico suizo que emigró a Guatemala y se casó con una maestra local, Octavia Guzmán Caballeros. Acaba de ser elegido Presidente. Al mismo Árbenz también le preocupa su afición al alcohol que adquirió en su etapa militar. Cuando obtuvo el grado de alférez se casó con María Cristina Vilanova que pertenecía a una de las familias más notables de El Salvador.

La dictadura del general Jorge Ubico Castañeda (1878-1946) duró trece años hasta el 1944, siendo sustituido por otro general Federico Ponce Vaides (1889-1956) que pretendía perpetuarse en el cargo. Pero es obligado a renunciar por una Junta formada por el mayor Francisco Javier Arana (1905-1949), el capitán Jacobo Àrbenz y un civil, el comerciante Jorge Toriello Garrido.

En las primeras elecciones democráticas de Guatemala sale elegido el pensador y maestro Juan José Arévalo (1904-1990) que había vivido exiliado en Argentina. Árbenz, promotor de su candidatura, fue ascendido a mayor y nombrado Ministro de Defensa. Su prestigio en el ejército evitó varios golpes de Estado, algunos de ellos liderados por un oscuro oficial, Carlos Castillo Armas (1914-1957), alías “Cara de Hacha”. La muerte del Coronel Arana en una emboscada fue achacada por la oposición a Árbenz.

Al terminar el mandato de Juan José Arévalo, Jacobo Árbenz fue apoyado para sucederlo por los partidos y agrupaciones que habían sostenido a aquel gobierno. El 15 de marzo de 1951 gana las elecciones y decide que mientras sea Jefe de Estado de Guatemala no beberá ni una gota más de alcohol, promesa que cumplió. La elección de Eisenhower como Presidente en 1953, junto a la tímida reforma agraria que repartió las tierras no productivas entre los campesino indígenas, hizo que los Estados Unidos se decidieran a derrocar a Árbenz por todos los medios, incluso por una intervención armada.

Comentario: aunque la novela no tiene la frescura de La ciudad y los perros (1963); ni la complejidad de Conversación en la Catedral (1969); ni la exuberante fantasía y creatividad de La tía Julia y el escribidor (1977); ni la madurez y maestría de La fiesta del Chivo (2000); no deja de ser una obra muy digna para un octogenario algo distraído en los temas del corazón.

La novela narra el golpe que se fraguó contra el gobierno democrático de Jacobo Árbenz en Guatemala. Se preparó por orden de la CIA y la United Fruit, y con la connivencia de los dictadores militares de la zona: Somoza en Nicaragua; Óscar Osorio en el Salvador y Trujillo en la República Dominicana. Tiene un papel principal el hombre de confianza de Trujillo: Johnny Abbes García que tiene un papel fundamental en la magnífica novela La fiesta del Chivo.

El arranque de la novela es en forma de un ameno ensayo de historia política. Puede que Vargas Llosa tenga bastante razón al pensar que aquel error chapucero y sangriento de los norteamericanos llevara a buena parte de la juventud rebelde americana de 1954 a las filas de la ortodoxia comunista y a la protección de la Unión Soviética.

Vargas Llosa me ha parecido siempre un gran narrador al que han intentado menospreciar por sus “supuestas ideas políticas de derechas”. Los intelectuales europeos de izquierdas, fascinados por la figura del “barbudo revolucionario”, han dado su apoyo a la idea de extender ese tipo de revolución por toda Hispanoamérica. Mientras que Vargas Llosa, por el contrario, siempre ha soñado con llevar la democracia parlamentaria de estilo europeo a todos esos países sudamericanos.

“¿Sabes a que conclusión he llegado con todo lo que me ha pasado, Arturo, con todas las cosas que le pasan a este país? A una idea muy pobre del ser humano. Pareciera que en el fondo de todos nosotros hubiese un monstruo”.

BIBLIOGRAFÍA

José-Carlos Mainer, Piedad en tiempos recios, El País, 12/10/2019.

J.A. Masoliver Ródenas, Festival Vargas Llosa, La Vanguardia, 14/10/2019.

Santos Sanz Villanueva, Tiempos recios, El Cultural, 14/10/2019.

Mario Vargas Llosa, Tiempos recios, Alfaguara, Madrid, 2019.

Manuel Vilas, Árbenz, El País, 15/07/2019.

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