(L508) La espuma de los días (1947)
Boris Vian, La espuma de los días (1947)
Hoy os traigo a un autor francés de culto
ubicado dentro de las vanguardias surrealistas. Boris Vian (1920-1959), antes de escribir la novela, había sido multado Francia por
“atentar a las buenas costumbres” por la publicación de varias obras de
contenido violento y sexual. En España, país de fanáticos donde los haya, lo
hubieran quemado en la hoguera.
Argumento:
Colin
tiene veintitrés años y “una fortuna suficiente para vivir bien sin trabajar
para nadie”. La noche del sábado ha invitado a cenar a su amigo Chick, soltero
como él, de su misma edad, con unos gustos literarios similares pero con menos
dinero. Está contento de poder verlo y hacerle saborear el menú preparado por
Nicolás, su nuevo cocinero. Durante la cena Chick le explica que ha conocido a
Alise, una chica encantadora que resulta ser la sobrina de Nicolás.
Chick invita a Colin para
que vaya a patinar con ellos el día siguiente. “Al llegar al extremo derecho de
la pista se apartaron para dejar sitio a los pajes-limpiadores que,
desesperando de encontrar entre la montaña de víctimas otra cosa que pingajos
sin interés de individualidades disociadas, se había armado de rasquetas para
hacer desparecer a la totalidad de los caídos a los que empujaban hacia el
sumidero de desechos”.
Nicolás es Presidente del
Círculo Filosófico del Servicio Doméstico del distrito, por lo que está
obligado a acudir con cierta asiduidad a las reuniones. “Se va a hablar del
compromiso. Se establece un paralelo entre el compromiso según las teorías de
Jean-Sol Partre, el alistamiento o el reenganche en las tropas coloniales y el
compromiso o la contratación a sueldo de las personas que los particulares
llaman mozos”.
Colin siente cierta
envidia de su amigo Chick y de su novia Alise. El querría estar enamorado. En
un baile le presentan a Chloé, quien “tenía los labios rojos, el pelo moreno y un
aspecto de felicidad en el que no dejaba de intervenir su vestido”…
Comentario:
la
obra es, sin duda, producto de una época. Es posible que no llegue al lector de
hoy en día pero si al más sensible y esteta. Llena de neologismos, historias
absurdas (surrealistas): un ratón que habla, una anguila que se pesca en el
grifo del lavabo para preparar con ella la cena, casas y habitaciones que se encogen. Pero
también de fragmentos bellos y poéticos:
“la puerta de la calle se cerró tras él con el ruido de un beso en un hombro
desnudo”; “las lágrimas crepitando un poco, se congelaban y se acababan
rompiendo en el granito liso de la acera”; “Isis había pedido prestadas también
dos cabezas de cordero bien desolladas, que sonreían desde los últimos ganchos
de la fila”; “Alise le dio unos golpecitos suaves en la espalda que resonó como
un gong de Balí”; “Por la calle corrían canicas de cristal y detrás de ellas
los niños”; “se puso a toser como una tela de seda que se desgarra”.
Música: el jazz está
omnipresente en toda la novela. Hay muchas referencias a músicos y
composiciones de jazz. Por ejemplo, el nombre de Chloe proviene del arreglo de Duke
Ellington titulado "Chloe". Colin también es el inventor
de un instrumento improbable, el pianocktail, que prepara una bebida "que
tiene el sabor de la música que se toca".
Los personajes
evolucionan en un universo poético y confuso, donde los temas centrales son: el
amor, la enfermedad, el trabajo, la muerte. En una atmósfera de música de
jazz, un clima húmedo y pantanoso, que recuerda a los pantanos de Louisiana que
había visitado Boris Vian.
La
espuma de los días es una historia, en primer lugar encantadora,
donde seres, ratones y objetos, están animados por las mejores intenciones. Pero
también, según Raymond Queneau es "la novela de amor contemporánea más
conmovedora". Es un trabajo fuera de lo común que sumerge al lector en un
universo cuyas leyes son absurdas e implacables.
Es muy divertida también
la burla que hace de Jean-Paul Sartre (Jean-Sol Partre) en toda la obra.
También lo absurdo que resulta la obsesión de Chick por comprar todo lo que
publica este autor que además está pensando publicar una enciclopedia de la
náusea en veinte volúmenes. Un ataque en toda regla al mandarín supremo de las
letras y el pensamiento francés de la época.
BIBLIOGRAFÍA
Eva Losada Casanova, Boris
Vian y el sonido de La espuma de los días, La Plaza de Poe, 25/10/2019.
Boris Vian, La espuma de los días, Alianza Editorial, Madrid, 1993 (Fragmentos p. 23, 33, 36, 38, 39, 41, 43, 57, 83).
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