(L510) La máscara de Dimitrios (1939)

Eric Ambler, La máscara de Dimitrios (1939)

Ha sido un tardío pero a la vez reconfortante descubrimiento de este excelente autor inglés. En Eric Ambler (1909-1998) tenemos la investigación y el misterio de la mejor novela policiaca con la dimensión literaria que, según dice Guillermo Cabrera Infante, y yo confirmo, no está lejos de Los papeles de Aspern, de Henry James. Una escritura rica y hermosa que sabe captar nuestro interés. 

Argumento: Charles Latimer es un profesor agregado de Economía Política en una universidad inglesa de segunda fila. Con treinta y cinco años había escrito tres libros, todos ellos relacionados con su profesión. Posteriormente escribió una novela policíaca titulada Una pala sangrienta que tuvo un éxito inmediato a la que siguieron dos más. Como hacía dinero con ese pasatiempo, unas desavenencias con su universidad, una enfermedad y el hecho de que fuese soltero, aceleraron el proceso hasta convertirlo en escritor profesional.

Para recuperar su salud decide pasar un año en Grecia. La poca atractiva idea de afrontar un otoño inglés lo lleva a coger un vapor en el Pireo camino de Estambul. Gracias a una carta de recomendación se aloja en casa de Madame Chavez, turca de nacimiento y poseedora de una notable belleza, estaba divorciada de un rico argentino y había comprado un pequeño palacio que dominaba la bahía del Bósforo.

El cuarto y último día de su estancia aparece el Coronel Haki quien después de las presentaciones oportunas a las damas del lugar y de una conversación banal se dirige, en un aparte, a Latimer a quien admira como novelista. Le dice que lo lee en traducciones francesas. Quedan citados para encontrarse en el Pera Palace Hotel tres días después. El gerente de su banco de Estambul le comenta que el coronel Haki es un personaje importante de pasado turbio y del que se dice que es el jefe de la policía secreta.

Durante la comida el Coronel le ofrece a Latimer un argumento para que escriba una novela. El argumento es banal y Latimer lo mira condescendientemente. Entonces Haki, que ha jugado al gato y al ratón con él, le pregunta si sentiría interés por verdaderos asesinos. Le enseña el dossier de Dimitrios Makropoulos. Su cadáver ha aparecido acuchillado en el puerto. El Coronel le explica que los antecedentes del sujeto se remontaran a la ciudad de Esmirna en 1922. Un judío llamado Sholem ha sido asesinado por dos individuos que trabajaban como empaquetadores de higos. Uno de ellos era Dimitrios que logra huir de la ciudad, el otro era un negro al que cogen y ahorcan. El presidente de aquel tribunal militar era Haki. Latimer pide que le deje acompañarlo a la morgue para ver el cadáver:

“Y a lo largo de todos aquellos años. Dimitrios había vivido y respirado y mantenido tratos con sus extraños dioses. Había sido un hombre peligroso. Ahora, en medio de la soledad de su muerte, junto a aquella escuálida pila de ropas que constituían todo su patrimonio, resultaba digno de piedad”.

Latimer decide dirigirse a Esmirna donde el 15 de septiembre de 1922 las tropas turcas asesinaron a ciento veinte mil griegos y armenios, pero donde sobrevivió Dimitrios. Busca pistas de este personaje para reconstruir su vida y sus andanzas a modo de biografía. Sólo que han pasado dieciséis años de aquella fecha. Su sorpresa será mayúscula cuando compruebe que hay alguien más que está buscando información sobre Dimitrios…

Comentario: La técnica narrativa de Ambler es precisa, casi quirúrgica, se parece a la de un médico forense o a la de un paleontólogo reconstruyendo el esqueleto de un animal prehistórico: “En cierta ocasión, Latimer había visto cómo un zoólogo amigo suyo iba reconstruyendo un esqueleto entero de un animal prehistórico, a partir de un trozo de hueso fosilizado. El trabajo le llevó unos dos años y Latimer, el economista, se quedó maravillado ante el inagotable entusiasmo con que su amigo había llevado a cabo la tarea. Ahora, por primera vez, comprendía aquel entusiasmo. Después de haber desenterrado un pequeñísimo e informe fragmento de la personalidad de Dimitrios, anhelaba completar la estructura. El fragmento era muy pequeño, sin duda, pero era esencial”.

La profundidad e inteligencia de los personajes que ha creado Ambler es admirable. Sobre todo la del gordo Peters: “En un asesinato o en un intento, lo importante no es saber quien ha disparado, sino quien ha pagado la bala.”; y la del misterioso jefe de espías Grodek cuando le explica a Latimer la forma tan sutil en que se capta a un confidente.

“Maestro indiscutible del género de intriga, autores de la talla de Graham Greene o John Le Carré así lo han reconocido sin recato”. He pasado unos días muy agradables leyéndola y recomiendo su lectura. Primeramente a los fans de la novela negra, pero también a los admiradores de la buena narrativa inglesa de los siglos XIX y XX.

BIBLIOGRAFÍA

Eric Ambler, La máscara de Dimitrios, Bruguera, Barcelona, 1979. (p. 39, 56).

José María Guelbenzu, Una trampa irresistible, El País, 05/02/2005.

Jean Negulesco, La máscara de Dimitrios, Warner Bros., USA, 1944, 95 minutos.

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