(G226) Restaurante Caelis (Barcelona)
Restaurante Caelis (Barcelona)
Que mejor que despedir el
curso académico con una reconfortante comida con mi amigo Jordi. Hoy el lugar
elegido es el restaurante Caelis, situado
en el interior del Hotel Ohla en el número 49 de la Vía Layetana, 08003
Barcelona. Cocina mediterránea de escuela francesa a cargo del chef Romain Fornell, nacido
en Toulouse, quien lleva varios años afincado en Barcelona ofreciéndonos su buen hacer.
De los tres menús que
proponen nos decidimos por el menú Mar y
Tierra que resultó muy apropiado a nuestro apetito y expectativas.
Empezamos con unos Amuse bouches que consistieron en Pan
negro de calamar, Bombón vermut y Pizza de albahaca y parmesano (foto). Buenos y originales. Le siguió
una Tartaleta de yema curada con caviar y una Tapioca con tartar de buey (foto). Se parecen a unos ojos que nos estén
mirando. Muy ricos. Terminamos con un Buñuelo de anguila (foto), riquísimo. A
partir aquí la comida fue subiendo enteros.
El primer plato una Vichyssoise
de calabacín y su flor con cigalitas (foto),
muy rica y refrescante. Combinación muy adecuada para el día tan caluroso. Puerro escalibado
al carbón con salsa verde y caviar (foto),
tiernísimo y digestivo.
Macarrón «mar y montaña»,
bogavante y alcachofa, en dos servicios (foto),
muy bueno. Los agujeritos del plato filtran la salsa de bogavante que va a
parar a un plato que contiene una crema de alcachofas (foto) más que correcta.
Terminamos con un plato
de pescado y otro de carne. Pargo a la brasa con jugo de bullabesa (foto), bueno. Filete de buey en costra
de ceniza al sarmiento de viña (foto),
muy bueno. La costra también se come.
Pasamos a los Quesos
afinados (foto) a los que son tan
aficionados los franceses. Como a mí no me gustan me lo substituyeron por un
helado de mango (foto), refrescante y
servido en un plato inspirado en las formas que dejan las paredes de los
cañones de piedra arenisca. Por ejemplo el cañón del Antílope en Arizona.
Como prepostre para
desengrasarnos un Aire de fresa y ruibarbo (foto).
Consiste en un sorbete de albahaca, fresas troceadas y espuma de ruibarbo. Rico
y evanescente. Terminamos con un Selva negra con cereza confitada kirsch (foto), se trata más bien de una
deconstrucción del famoso pastel alemán de la zona de Baden (Schwarzwälder Kirschtorte) que ha
conquistado medio mundo. Riquísimo y estéticamente muy acertado.
Para beber agua mineral y
un estupendo Albariño 100% con algo de madera. Tricó Claudia 2017 (foto). Sus viñedos están situados en la zona del Condado que está
ubicada en la vertiente sur del Río Miño, bajo el amparo de la Denominación de
Origen Rías Baixas. Tiene aromas florales y frutales. En boca resulta armonioso
con amplios matices que acaban en un final más seco. El vino acompañó
perfectamente casi toda la comida pues la cocina de Fornell es en sí muy
delicada. En una mesa lejana estaban comiendo dos turistas japonesas, de vez en
cuando pasaban a ser tres y luego volvían a ser dos. Lo normal es que cuando
bebes de dos se pase a cuatro y no a tres. Una vez descubierto el divertido trampantojo
no pudimos evitar soltar una carcajada.
Los panes artesanales (foto): de croissant con romero, de brioche,
integral y blanco de masa madre, acompañados por tres tipos de mantequillas: de
olivas negras, naranja y romero. Resultó una combinación estupenda de la que no
quedó rastro. Terminamos con unos cafés en la misma Sala sin atrevernos a
visitar la terraza exterior.
Precio de los Menús 45/61/92/135 euros, a lo que hay que sumarle
las bebidas y el café. Fecha de la visita 21 de julio de 2021.
PUNTUACIÓN: 8
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