(L519) Sobre los huesos de los muertos (2009)
Olga Tokarczuk, Sobre los huesos de los muertos (2009)
Teníamos entradas para una
conferencia que iba a impartir el 7 de marzo de 2020 en el CCCB de Barcelona
cuando de pronto todo se paró. Olga Tokarczuk
(Sulechów, Polonia,1962) fue la sorprendente Premio Nobel del
año 2018. Esta es la primera novela que comento de ella.
Argumento:
Janina,
la protagonista y narradora, se despierta sobresaltada una noche al oír los
golpes en la puerta de su casa. Es Pandedios que viene a pedirle que se vista
con rapidez y lo acompañe ya que Pie Grande está muerto. Es invierno y está
nevado todo el camino. Durante esta estación solamente viven tres personas en
el poblado, el resto cerraba sus residencias a partir de octubre y volvían a sus
respectivas ciudades.
Al entrar en su casa lo
encuentran tumbado en una postura extraña. Intentan llamar a la policía pero
sus teléfonos no tienen cobertura, solamente conectan con los checos. “La
cobertura cambia de un momento a otro sin prestar atención a las fronteras de
los Estados”. Aunque a ella no le gustaba y no tenía prácticamente trato con él
se pone triste. “porque ni siquiera alguien tan repugnante como él merecía
morir”. Lo suben a un camastro, le quitan las ropas sucias y lo visten. Se dan
cuentan que tiene un huesecillo en la boca. Ha muerto atragantado. Después de
vestirlo con un traje nuevo que tenía en el armario el difunto, se beben un
buen vaso de vodka.
La señora Janina Duszejko
busca papeles para saber la fecha de nacimiento de Pie Grande porque es
aficionada a confeccionar cartas astrales. 21 de diciembre de 1950. Encuentra
un mazo de fotografías, bastante nuevas, a color. Una de ellas le llama la atención,
se apodera de ella la ira, con las manos temblorosas se la mete en el bolsillo.
Luego suben a la colina para llamar a la policía.
Pandedios se va a quedar
con la perra del difunto a quien los dos la bautizan como Marianela porque a
ella le suena a huerfanita. No tuvo dificultad en bautizar al muerto con Pie
Grande cuando vio sus huellas en la nieve. Con su vecino Pandedios es imposible
conversar. Es una persona taciturna. Ella cree que eso les pasa a los hombres
de cierta edad, que ya no se interesan más que por utensilios y máquinas. Lo
llama “autismo testosterónico”. Janina recuerda como denunció al muerto ante la
policía por como maltrataba a la perra.
Llegan conocidos del
difunto, se reúnen todos en la casa del muerto. Cantan una oración. Después
llega el cura. Los caminos han podido ser abiertos por una máquina quitanieves
para que pueda llegar el coche fúnebre. También aparecen dos policías, uno es
el hijo de Pandediós que lo abronca por haber movido el cadáver y les dice que seguramente le harán la autopsia y que ambos pueden ser acusados de obstrucción
a la justicia.
Pasan unos días de
absoluta tranquilidad y monotonía. Janina se reúne con su antiguo alumno de
inglés, Dioni, los viernes por la tarde para ayudarlo a traducir al polaco los
versos de William Blake. Al despedirse ven unas luces lejanas entre la nieve.
Se aproximan y encuentran el coche del comandante de policía y su cuerpo
ensangrentado dentro de un pozo…
Comentario:
Podría pasar por una novela policiaca pero las reflexiones interiores de Janina
la protagonista, una especie de monólogo interior sobre la crítica a la caza de
animales y la confección de cartas astrales, la hacen sumamente cargante. El
ritmo es lento y pesado, se asemeja al andar sin raquetas encima de un metro de
nieve, te hundes a cada momento. Sin embargo en la segunda parte de la novela
aumenta el interés por la curiosidad de saber quién quien es el asesino.
Después de seis semanas
de confinamiento (Covid-19), podéis comprender que mi sensibilidad estaba a
flor de piel. Me sentí engañado por la persona que me lo ha recomendado. Si no
te gusta un libro no seas tan "malo" para dejar que otro lo lea.
La novela solo es
recomendable para las fans de la introspección más pesada y soporífera, para
los defensores de los animales y de los horóscopos y para los que todavía creen
en que recibir un Premio Nobel es garantía de buena literatura.
BIBLIOGRAFÍA
Olga Tokarczuk, Sobre los huesos de los muertos,
Siruela, Madrid, 2019.
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