(L534) Fluyan mis lágrimas dijo el policía (1974)

Philip K. Dick, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (1974)

Sigo comentando los mejores libros de Philip K. Dick (1928-1982), autor de culto en el género de la ciencia ficción que supo vislumbrar mejor que nadie en su época, los años sesenta y setenta, la dicotomía que se nos ha presentado a nosotros sobre la dificultad de distinguir entre el mundo real y el mundo virtual.

Argumento: el programa televisivo Jason Taverner Show tiene treinta millones de seguidores. Esa noche su estrella invitada ha sido Heather Hart, una cantante famosa que odia a los fans. Los policías les abren un pasillo y suben a una aeronave Rolls. Llevan años viéndose y tienen una casa en Zurich donde se refugian de los fans. Ella quisiera casarse y formar una familia. Ambos son guapos y sanos, tienen múltiples cualidades que le han sido implantadas a cada uno de ellos al nacer. Son seises.

Jason recibe una llamada de Marilyn Mason, una antigua amante que quiere verlo. Detiene la aeronave en su apartamento para hablar unos minutos. Marylin, profundamente enojada, le lanza una esponja callista que se le engancha al pecho y que el quema con alcohol. De camino al hospital lo acompaña Heather. Algunos tubos se le han quedado incrustados, seguramente lo tendrán que operar.

Al despertarse se encuentra solo en un sucio hotel barato, infestado de chinches. Tiene su dinero en el bolsillo pero han desaparecido sus tarjetas de identidad. Llama a su representante durante los últimos diecinueve años, Al Bliss. Este le cuelga. Prueba a comunicarse con su abogado, Bill Wolfer, sin éxito. Ya no tiene ningún tubo en el pecho, se dice a sí mismo que lo importante es seguir vivo. Intenta obtener un registro de su nacimiento en Iowa pero el encargado le dice que no existe ningún Jason Taverner nacido el 16 de diciembre de 1946.

Se dirige al encargado del hotel y le deja caer un billete de quinientos dólares para que le presente a alguien que le pueda reemplazar su documentación. El encargado lo lleva a un edificio deshabitado eludiendo cualquier control policial. Kathy es una joven experta en falsificar documentos pero además le explicará cosas importantes que él desconoce y descubrirá que ella tampoco es quien parece ser…

Comentario: el curioso título de la novela procede de una obra de laúd compuesta por John Dowland en 1604, Lachrimae Antiquae Pavan, la primera composición de música abstracta escrita que se conoce. En los mundos distópicos de Philip K. Dick abunda la soledad. “No debe estar sola. Eso la está matando, la está minando. En todo momento, cada día, debería estar en algún sitio con gente”.

Relacionarse con las personas da miedo. “El miedo –dijo Jason– puede hacerle mucho más daño que el odio o los celos. Si uno tiene miedo no acaba de entrar totalmente en la vida; el miedo hace que uno trate siempre, siempre, de reservarse un poco”.

La frialdad de la tecnología ha hecho que los seres humanos apenas se comuniquen entre sí. Lo estamos viendo hoy en día con nuestros jóvenes enganchados en todo momento al Fortnite, hablando con sus compañeros reales a través de lo virtual. Lo prefieren antes que el contacto personal.

La policía y las fuerzas del orden son presentadas como elementos opresivos a los que se ha de evitar siempre que se pueda. “Sólo podré decirte una cosa no llames la atención de las autoridades. No nos intereses nunca. No hagas que deseemos saber cosas acerca de ti”.

El novelista ahonda en sus obsesiones de siempre: la realidad alterada, la falibilidad de la percepción y la duda sobre la identidad. En sus novelas nunca sabemos a ciencia cierta si nos movemos en el campo de la realidad o de la alucinación. Podría ser que lo que nos está explicando sea un sueño producido por el efecto de las drogas: “personas que viven vidas sintéticas de popularidad, dinero, poder, gracias a una capsula. Mientras que en realidad viven en sucias habitaciones llenas de bichos de viejos hoteles. La hez de la sociedad. Chusma, don nadies que no valen nada. Pero que, mientras tanto, sueñan”.

El libro se deja leer con agrado aunque sus fundamentos literarios son más bien pobres. Philip K. Dick no posee un gran vocabulario y no estructura correctamente sus libros. Parece que escribe a impulsos. Esta obra solamente ha calado entre los aficionados a la ciencia-ficción.

BIBLIOGRAFÍA

Emmanuel Carrère, Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos. Un viaje en la mente de Philip K. Dick, Anagrama, Barcelona, 2018.

Philip K. Dick, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, Minotauro, Barcelona, 2019. (Fragmentos páginas 225, 226, 235-236, 285).

Laura Fernández, Emmanuel Carrère: “Vivimos en el mundo que imaginó Philip K. Dick”, El País, 09/10/2018.

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