(L556) Antología poética (2001)
Alfonsina Storni, Antología poética (2001)
Una agradable casualidad me llevó a
leer a esta interesante poeta argentina. Alfonsina
Storni (1892-1938) forma parte de una serie de poetas y
escritores argentinos, como Alejandra Pizarnik, Leopoldo Lugones u Horacio
Quiroga, cuya sensibilidad y delicado estado emocional les llevó al suicidio.
“Alfonsina Storni tuvo
una vida tan dura como apasionante. Vivió marcada por las estrecheces
económicas, condicionada en la infancia por el alcoholismo de su padre y
obligada a sobrevivir por sí misma desde pequeña. Era una niña tan distinta que
su madre vio en ella cualidades diferentes de las de sus hermanos y fue a la
única a la que escolarizó”.
Poemas
Tú
me quieres blanca
Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua;
Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.
El
clamor
Alguna vez, andando por
la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente,
sin reservas,
yo di mi corazón.
Y dije al que pasaba, sin
malicia,
y quizá con fervor:
–Obedezco a la ley que
nos gobierna:
He dado el corazón.
Y tan pronto lo dije,
como un eco
ya se corrió la voz:
–Ved la mala mujer esa
que pasa:
Ha dado el corazón.
De boca en boca, sobre
los tejados,
rodaba este clamor:
– ¡Echadle piedras, eh,
sobre la cara;
ha dado el corazón!
Ya está sangrando, sí, la
cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los
hombres y repito:
¡He dado el corazón!
La
caricia perdida
Se me va de los dedos la
caricia sin causa,
se me va de los dedos… En
el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin
destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién
la recogerá?
Pude amar esta noche con
piedad infinita,
pude amar al primero que
acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos
los floridos senderos.
La caricia perdida,
rodará… rodará…
Si en los ojos te besan
esta noche, viajero,
si estremece las ramas un
dulce suspirar,
si te oprime los dedos
una mano pequeña
que te toma y te deja,
que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni
esa boca que besa,
si es el aire quien teje
la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes
como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me
reconocerás?
Borrada
EL DÍA en que muera, la
noticia
Ha de seguir las
prácticas usadas,
Y de oficina en oficina
al punto,
Por los registros seré yo
buscada.
Y allá muy lejos, en un
pueblecito
Que está durmiendo al sol
en la montaña,
Sobre mi nombre, en un
registro viejo.
Mano que ignoro trazará
una raya.
Comentario: surgida
tras el modernismo, Alfonsina detenta en sus versos tanta sensibilidad,
tristeza, ternura, anhelo y melancolía como expresión emocional que manifiesta
su condición femenina en asuntos como el amor o la soledad.
Sus temas recurrentes son
el amor, la naturaleza, el mar y la muerte que impregnan toda su obra poética.
Abusa un poco de los sonetos rimados pero su obra es de una originalidad y
frescura destacable.
“Un año y medio después
de que su amigo Horacio Quiroga se suicidara en 1937 y atormentada por la
soledad, Alfonsina Storni comenzó a llamar al mar en sus poemas y habló sobre
el abrazo del mar y la casa de cristal esperándola allí en el fondo. En 1938 le
reveló a su hijo que el cáncer había llegado a su garganta y que se negó a
someterse nuevamente a una cirugía. El 18 de octubre tomó un tren a Mar del
Plata y se quedó en un pequeño hotel. Escribió el poema Me voy a dormir el 20 de octubre y el día 22 lo envió a la
redacción de La Nación. Mientras el
público leía su poema, ella se suicidó en la playa La Perla en Mar del Plata en
la madrugada del 25 de octubre, tenía 46 años”.
BIBLIOGRAFÍA
Alberto López, Alfonsina Storni, la relevancia
artística de una mujer que renegó de serlo,
El País, 29/05/2018.
Cristina Mucci, Lugones y los suicidas de los años 30,
La Nación, 04/03/2018.
Alfonsina Storni, Antología poética, Editorial Losada,
Buenos Aires, 1971.
Hola Tomàs,
ResponderEliminarM'ha encantat la poesia d'Alfonsina, autora desconeguda per a mi fins ara.
Et torno a dir que aquest blog és molt interessant .
Una abraçada,
Maria C.