(G267) Restaurante Nairod (Barcelona)

Restaurante Nairod (Barcelona)

La verdad es que Barcelona tiene una oferta gastronómica enorme, cierran y abren restaurantes cada semana. Hoy os llevo a Nairod, Calle Aribau, 141, 08002 Barcelona. Al frente de los fogones está David Rustazo. En su cocina predominan los platos de caza aunque todo lo que toca tiene un buen nivel.

No disponen de menús. Así que escogimos a la carta. Mi acompañante, que no es muy comedora, pidió muy ligero. Como primeros unas Croquetas de pollo asado, cheddar y pimentón dulce (foto), muy buenas; y yo unos Ceps confitados en fino manzanilla y tripa de bacalao (foto), ricos.


Como segundos Salmonete relleno de puerro, espinacas y rossinyols (foto). Una pieza entera de tamaño destacable y perfectamente limpia de espinas. Arroz seco “paella” de sepia con su tinta y gambita roja (foto), bastante conseguido.




De postre Coulant de chocolate blanco, helado de amaretto y nata (foto). Excelente.

Para beber un agua mineral y varias copas de vino blanco. Mallofre blanc (foto). Un Xarel.lo de la D.O. Penedés. Vino joven, suave y afrutado que se deja beber con agrado.

Lou blanc 2021 (foto). D.O. Montsant. De la Cooperativa Falset Marçà. Coupage de las variedades Garnacha blanca, Cariñena blanca y malvasía. Este es un vino más complejo que el anterior, con un suave toque crítico y un fondo de almendras. Ambos vinos no son lo suficientemente singulares como para potenciar la comida. No aportan demasiado. Uno de los defectos de algunos restaurantes actuales es el no cuidar demasiado los vinos que ofrecen por copas.

Con el postre tomamos una copita de PX Maestro Sierra (foto). Un Palomino Fino de la D.O Jerez. Por fin un vino de categoría. En boca sabe a frutos secos tostados, orejones y pasas con un estupendo final dulce y aterciopelado. Su graduación es de 15% envejecido, después de pasar por botas de roble americano, durante cinco años en soleras y criaderas.

El pan rustico muy bueno, sin aceites. Encontramos excesivo que nos cobraran seis euros por el pan, además sin ningún aperitivo de entrante. El servicio de Sala, para llevar tres años abiertos, parece que acaba de aterrizar. Están muy despistados. Pedimos dos postres y nos trajeron uno. Deja bastante que desear, es poco profesional, y eso afecta a la percepción global de la experiencia gastronómica. Puede desmontar el trabajo de un buen cocinero.

Otro punto a mejorar seria la visualización y reservas del restaurante. No tienen página web, ni posibilidad de reservar por internet, solo puede hacerse por teléfono. Creo que esta época de exposición en las redes, que es la que nos ha tocado vivir, le resta mucha visibilidad.

Precio a la carta 50 euros más bebidas y cafés. Fecha de la visita 8 de octubre de 2022.

PUNTUACIÓN: 6-6,5

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