(L620) El maestro de esgrima (1988)


Arturo Pérez Reverte, El maestro de esgrima (1988)

Primera novela que leo de este periodista, ex corresponsal de guerra y escritor español. Arturo Pérez Reverte (Cartagena, 1951) se dedicó, después de su primera etapa profesional, a escribir novelas de aventuras cuyo trasfondo histórico son diversos periodos de la historia de España.

Argumento: una lluviosa noche de diciembre de 1866 en un reservado del Lhardy están cenando un ministro de su católica majestad Isabel II y un misterioso individuo que le deja un sobre que contiene una serie de nombres.

Jaime Astarloa, maestro de esgrima, se está batiendo con su alumno, Luis de Ayala-Velate y Vallespín, marqués de los Alumbres. Soltero, rico, cuarentón, jugador y mujeriego, “era el prototipo del aristócrata calavera en que tan pródiga se mostró la España del XIX”. Más que alumno y maestro son dos amigos que practican una hora al día, luego se toman un jerez y el marqués explica sus aventuras sobre damas conquistadas y “maridos encumbrados”. El maestro tiene más de cincuenta años, cabellos grises, y brazos secos y nudosos “como un sarmiento de vid”. Viste a la antigua con una decadente elegancia.

Don Jaime pasea por Madrid un caluroso día de verano de 1868. Se dirige con sus floretes enfundados a dar varias clases de esgrima a jovencitos de buena familia, lo que le permite vivir modestamente. Solamente la orden de pago firmada por el marqués de los Alumbres le permite darse algún capricho y ahorrar algo.

Al café del Progreso acude Jaime Astarola a una modesta tertulia formada por Agapito Cárceles, cura exclaustrado, republicano y furibundo antimonárquico. Lucas Rioseco de ideas ultramontanas. Marcelino Romero, profesor de piano en un colegio de señoritas, y Antonio Carreño, funcionario de Abastos.

Una mañana Don Jaime recibe una tarjeta firmada por Doña Adela de Otero diciéndole que quiere verlo. Una vez en casa de la señora, ésta le propone algo inusual y más todavía en una mujer: quiere que le enseña la estocada infalible de los doscientos escudos, porque esta es la cantidad que cobra Don Jaime por enseñarla.

Comentario: lo que me llevó a leer alguna obra suya fue la entrevista que le hicieron en su estupenda biblioteca. Pérez Reverte es un personaje que no cae bien, va de sobrado, un poco al estilo de Javier Marías. Ambos se creen el faro de Occidente. “Porque yo, yo, cuando estaba en Jartum, bajo las bombas…”.

Su literatura es de evasión, novelas en los que crea personajes a veces estereotipados que se mueven en varios periodos de la historia de España. El maestro de esgrima está ambientado en la España de Isabel II, allá por el año 1868, próximo está el advenimiento del sexenio revolucionario, la proclamación de una nueva Constitución; la elección de Amadeo I de Saboya para el trono de España y finalmente la instauración de la Primera República.

Su prosa es fácil y concisa, su estilo me recuerda a Galdós y a la novela costumbrista. En su demerito me ha parecido que incluso copia algún fragmento (hoy diríamos que se inspira, también se llamaría intertextualidad) de la novela Scaramouche (1921) del escritor anglo-italiano Rafael Sabatini. Sus novelas son un divertimento que atraen a la juventud a la lectura, lo que no es poco. Pongo por ejemplo la serie del Capitán Alatriste (1996-2010) que se lee o se ha leído en algunos Institutos de Bachillerato.

Sus historias son muy predecibles por lo que no llegará nunca, un libro suyo, a ser un clásico. No hay fondo. El lector solamente podrá pasar un buen rato de lectura sencilla y despreocupada, nada más.

BIBLIOGRAFÍA

Eva Baroja, En la biblioteca de Arturo Pérez-Reverte: “¿Cómo se atreve a ser escritor alguien que no ha leído?”, El País, 06/04/2022.

Arturo Pérez Reverte, El maestro de esgrima, Mondadori, Madrid, 1992 (3ª. Edición).

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