(L651) Una mirada a la oscuridad (1977)

Philip K. Dick, Una mirada a la oscuridad (1977)

Un autor de ciencia ficción ampliamente comentado en el blog. Esta es la cuarta novela que os traigo de Philip K. Dick (1928-1982). No sé si continuaré con su obra puesto que me quedan todavía muchos clásicos de más enjundia que leer.  

Argumento: Jerry trabaja en un taller mecánico. Tiene su casa y su cuerpo repleto de unos bichos que le pican. Se llaman áfidos. Su amigo Charles Freck viene a verlo y le ayuda a meter en un tarro de cristal unos cuantos para llevarlos a que los vea el médico. (Es una alucinación que ambos creen ver, efecto del consumo de drogas) Freck sale con su coche en busca de sustancia D. Se encuentra a Donna, una chica que conoció en una fiesta y que resulta que puede venderle la droga.

Asistimos a un programa de TV donde se entrevista al agente de policía Fred quien nos habla de su trabajo persiguiendo traficantes. La sustancia D, también llamada “la muerte lenta” destroza el cerebro y la abstinencia te mata. El policía conoce a Donna pero no la detiene, le compra droga para poder llegar a su proveedor. Se cree que la sustancia D es sintética y que se fabrica en un laboratorio o en varios, en las ciudades más importantes de América del Norte y Europa. Pero nadie había conseguido descubrir uno, por lo que se piensa que las autoridades y las altas esferas están involucradas.

Bob Arctor está buscando al traficante de drogas Spade Weeks. Cree que ha podido esconderse en un centro de rehabilitación haciéndose pasar por drogadicto y así desparecer una temporada. Visita uno que se llama New-Path pero no consigue que le den ninguna información. Arctor también se droga y es la misma persona que Fred el policía.

“Lo que más teme un agente de narcóticos no es que le disparen o le den una paliza, sino que le pasen una dosis de algún sicodélico que proyecte en su mente un interminable largometraje de terror durante el resto de su vida, o que le inyecten una dosis mitad heroína y mitad Sustancia D, o las dos cosas más un veneno como la estricnina, que esté a punto de matarlo pero no del todo, para que pueda ocurrir lo anterior: adicción para toda la vida, película de terror para toda la vida. Se hundirá en una existencia de agujas y cucharas, o saltará contra las paredes de un hospital psiquiátrico o, en el peor de los casos, de una clínica federal. Intentará desprenderse de los áfidos día y noche, o se devanará los sesos por siempre intentando averiguar cómo es que ya no puede encerar el suelo. Y todo esto ocurrirá deliberadamente. Alguien calculó lo que estaba haciendo y luego lo atrapó. Y lo atraparon de esta manera. De la peor manera de todas: con el material que vendían, el motivo por el que él los perseguía”.

“Mientras conducía, Arctor reflexionó sobre las coincidencias irónicas entre las mentes de los agentes de narcóticos y las de los traficantes. Varios agentes de narcóticos que él había conocido se habían hecho pasar por traficantes en su trabajo secreto y habían acabado vendiendo hachís, y en ocasiones, incluso heroína. Era una buena coartada, pero proporcionaba al agente un beneficio cada vez mayor además de su sueldo de oficial y lo que recibía cuando colaboraba en la captura de una remesa de gran tamaño. Por otro lado, los agentes se introducían cada vez más profundamente en el uso de su propia mercancía y en ese estilo de vida, por cuestión de rutina; pasaban a ser drogadictos ricos que traficaban, además de agentes de narcóticos, y al cabo de un tiempo algunos empezaban a reducir progresivamente sus actividades policiales en favor del tráfico a tiempo completo”.

Comentario: de todas las novelas que llevó comentadas de Philip K. Dick esta es la que menos me ha gustado. Trata del mundo de las drogas, de su consumo y de los efectos nocivos que ocasionan a las personas, psicosis permanente o muerte. Es una mezcla de novela policiaca y ciencia-ficción.

Muchos de sus elementos narrativos típicos y de sus obsesiones están presentes en esta obra: el control policial, la obsesión de sentirse vigilado, el juego de la doble identidad. Son muchas las historias de este novelista en las que nos resulta fácil identificar estos elementos.

Una de las características de los personajes de Philip K. Dick, es que presentan una personalidad disociada por el abuso de las anfetaminas y otras sustancias. Una completa ruptura de la personalidad. La novela es un paseo por el mundo de la droga y por una galería de personajes, todos ellos enganchados al consumo de la sustancia D. No hay solución ni segundas oportunidades para los actores del drama, todos ellos están condenados.

Me gusta especialmente una frase de la novela: “Cualquier hombre dado percibe sólo una porción diminuta de la verdad total, y muy a menudo, de hecho casi de modo perpetuo, se engaña a sí mismo deliberadamente, además, sobre ese pequeño y precioso fragmento”.

BIBLIOGRAFÍA

Philip K. Dick, Una mirada a la oscuridad, Minotauro, Barcelona, 2002.

Jaime Molina, Una mirada a la oscuridad, de Philip K. Dick: en los límites de la percepción, Cicutadry, s/f.

Rocío V. Ramírez, Una mirada a la oscuridad, Philip K. Dick: el reflejo inverso de la búsqueda de sentido, Fabulantes, 27/10/2014.

E.J. Rodríguez, La exégesis de Philip K. Dick, Revista Jot Down, junio de 2011.

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