(L658) Señora de rojo sobre fondo gris (1991)

Miguel Delibes, Señora de rojo sobre fondo gris (1991)

Dio la casualidad de que estaba leyendo este libro de Miguel Delibes (1920-2010) al mismo tiempo que mi madre se estaba muriendo. Como dice el escritor vallisoletano en su libro “ella era mi motor”. “Soy consciente de que con su desaparición ha muerto la mejor mitad de mí mismo”.

Argumento: el protagonista, de profesión pintor, le explica a alguien que suponemos que es su hija la historia de su madre desde que tenía seis años e hizo la primera comunión y comulgó. Tenía un encanto natural. Lo animó a que aceptará entrar en la Academia de San Fernando. Habla de su enfermedad y su muerte y de cuánto la añora: “No obstante, es ahora, a cosa pasada, cuando deploro mi mezquindad. Es algo que suele suceder con los muertos: lamentar no haberles dicho a tiempo cuánto los amabas, lo necesarios que te eran. Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales. Ensimismado en su tarea, uno cree, sobre todo si es artista, que los demás le deben acatamiento, se erige en ombligo del mundo y desestima la contribución ajena. Pero, un día adviertes que aquel que te ayudó a ser quien eres se ha ido de tu lado y, entonces, te dueles inútilmente de tu ingratitud (No es mi caso, creo que di lo mejor de mi). Tal vez las cosas no puedan ser de otra manera, pero resulta difícilmente tolerable. La imposibilidad de poder replantearte el pasado y rectificarlo, es una de las limitaciones más crueles de la condición humana. La vida sería más llevadera si dispusiéramos de una segunda oportunidad”.

Dos de los hijos del matrimonio están presos por manifestarse y oponerse al proceso 1001, por defender la autonomía sindical. Sabemos así que nos encontramos en el año 1973. “A la mañana siguiente fuimos a Madrid, a veros. Marcelino Camacho había repartido unos jerséis de las sindicalistas francesas entre sus compañeros de proceso, pero a Leo no le correspondió ninguno. Eran unos jerséis abiertos por delante, de mezclilla, con cuello y cremallera que, en honor de su distribuidor, fueron bautizados con el nombre de marcelinas”.

Comentario: había leído este libro hacía más de veinte años y por una casual selección del Club de Lectura de Olesa lo he vuelto a leer. La prosa de Delibes, es sobria, precisa, estilista, muy castellana, con abundantes términos del campo y de la caza. También con alguno que otro laísmo y leísmo propio de su zona dialectal.

Los paralelismos entre la vida de Miguel y Ángeles con la vida de Nicolás y Ana son evidentes: el retrato que aparece en la obra y que retrata a Ángeles (obra de Eduardo García Benito, 130 x 90 cm. Fundación Miguel Delibes, Valladolid), existe, no solo es la portada de su libro; el paralelismo entre el evento de nombramiento de Delibes como miembro de la RAE y el de Nicolás como académico de Bellas Artes una vez su esposa está muerta, también es evidente. La casa en la que se narra la historia es la casa de la familia, una casa que compraron juntos en 1971 y que apenas disfrutó Ángeles. Por último, también coinciden las fechas de los sucesos narrados a la historia española y a su historia personal con su familia y la enfermedad de Ángeles.

Esta novela fue para Miguel Delibes en primer lugar un desahogo más que un homenaje, porque en ella vuelca su parte más íntima.​ Antes incluso de publicarla les pidió permiso a sus hijos para poder hacerlo, puesto que sabía que no era una novela cualquiera, sino que en ella contaba la historia de su mujer y de la madre de todos ellos. El libro surgió porque Delibes consideraba que debía hacerle un homenaje al amor de su vida, pero posiblemente escribir esta novela también lo ayudó a “superar” parcialmente su muerte. Existe una adaptación teatral de la obra, es un monólogo, que interpreta el actor José Sacristán.

En España por entonces no existía tradición de escritura memorialista del yo que tan en boga está actualmente. Aquí siempre ha habido un cierto pudor, los sentimientos se guardaban para uno mismo, no se expresaban al público. Prueba de ello son los años que Delibes tardó en publicar el libro desde la muerte de su esposa y el “ocultamiento” del escritor tras la figura de otro creador, en este caso un pintor.

BIBLIOGRAFÍA

Miguel Delibes, Señora de rojo sobre fondo gris, Destino, Barcelona, 1991.

Inmaculada Gómez Vera, Miguel Delibes: señora de rojo sobre fondo gris. Consideraciones sobre la tarea artística, Revista Cálamo FASPE nº 63 • enero-diciembre 2014 • Págs. 71-76.

Jaime Molina, Señora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes, Cicutadry.es

Hans-Jörg Neuschäfer, Dos mujeres: «Cinco horas con Mario» (1966) y «Señora de rojo sobre fondo gris» (1991), Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)

(L305) Bella del Señor (1968)